CAPÍTULO 1 *Violeta*

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Era raro, me sentía sola, inservible, fea, me sentía… decepcionada. En mi cabeza, yo sabía que sus ojos no iban a mirarme, sabían que sus manos no deseaban tocarme, pero una parte de mí tenía la esperanza de que así fuese. La noticia fue devastadora pero de alguna forma, llegué a pensar que era lo que el destino había querido.Lo peor fue que al día siguiente era su cumpleaños lo cual significaba que la tradición volvía.
-¡VIOLETA!-gritaron mis amigas.
Un total de tres mujeres entraron corriendo, saltando y encendiendo la luz, avisandome de que efectivamente,  mi cumpleañosnohabíaterminado.
-¿QUE HACES ASÍ?- gritó sorprendida Abbie.
Miré dubitativa a mis amigas sin saber qué es lo que hacían ahí; y entonces lo recordé.
En mi familia y la de Hugo ya era tradición hacer una fiesta por nuestros cumpleaños ya que mi cumpleaños es el doce de junio y el suyo el trece. Cosa por la cual, preparamos dos tartas, una la soplo yo a las doce menos cinco y la siguiente Hugo a las doce. Tras eso, solemos irnos de fiesta a celebrar nuestros cumpleaños.Y este año.. no iba a ser menos.
-Son las once Violeta- informó Amaia.
-Venga, que juntas te tenemos lista para la hora- aseguró Laia.
Mis amigas eran increíbles, cada una tenía su particularidad, pero eran maravillosas. A mi corta edad experimenté con muchas amigas, de hecho hubo un momento en el que tenía un grupo bastante amplio de “amigos”, hasta que te percatas de que no se merecen esa palabra. Finalmente los años me han puesto a estas tres locas. Abbie era maravillosa, tenía un pelo castaño, ojos color miel y pecas por toda la cara. Al contrario que Laia que siempre presumía su pelo rizado y sus largas pestañas.Y después estaba Amaia, ella tenía un pelo largo marrón y una sonrisa preciosa.
Mientras Amaia me ondulaba el pelo, Abbie me maquillaba y Laia me elegía la ropa, les conté intentando no llorar,lo que me había pasado unas horas antes. A los que ellas contestaron:
-Pues entonces mejor la falda más corta- Laia puso una falda blanca sobre la cama.

Abbie se acercó a mi largo altavoz ubicado a un lado de la cama, y poco segundos después sonó “Chiquitita”.

-CHIQUITITA DIME PORQUE- comenzó Abbie.
-EN TU VOZ HAY TANTO PESA.
-NO ES NORMAL, PUES LA BODA ES MAÑANA.
-UN PROBLEMA TE HACE SUFRIR.
-ALGO MALO NUBLA TU MENTE
-SE TE VE TAN CALLADA Y TAN AUSENTE.
-CHIQUITITA TODO IRÁ BIEN, SI COMPARTE ESE DOLOR- cantaron juntas-.SOY AUN UNA AMIGA PARA TODO .
-SIEMPRE TAN SEGURA DE TÍ.
-HOY TE VEO POR DENTRO.
-TEN VALOR PORQUE TODO TIENE ARREGLO.
-CHIQUITITA DEBES SABER, QUE EL DOLOR SE PUEDE VENCER NUNCA DURA TANTO, OTRA VEZ PODRÁS BAILAR,TU CANCIÓN CANTAR- imitaban la pelicula a la perfección-.NO HABRÁ TIEMPO PARA LLANTO.

Las tres se complementaron de una manera maravillosa recreando la película y yo, sentada en la silla como tonta pensando en lo afortunada que era de tenerlas.
***
Me veía guapa, llevaba una falda blanca destacando mi inicio de moreno,con un top de  brillos, unos tacones blancos y mi pelo ondulado.
-Estas preciosa- sonrió Amaia.
-Enseñale lo que se ha perdido- me abrazó Laia de lado.
-Hombres..- se quejó Abbie.
Juntas bajamos las escaleras y abajo ya era de noche y las luces de la casa me dejaron ver a mis amigos.
-Hola- Yosemy me dedicó una sonrisa tímida.
Yosemy era mi mejor amigo, mi hermano. Un amigo que sabe el significado al completo de la palabra, un hombre que simplemente merece la pena. Él ha tratado de entenderme, aconsejarme y escucharme en todos los casos, nunca ha intentado nada más que la palabra amistad a pesar de que la mayoría de nuestro curso crean que somos novios.Él y yo somos felices en nuestra propia compañía.
-Estas… bien- me miró de arriba a bajo.
-Gracias- le abracé con todas mis fuerzas.
-Hola Dani- lo saludé.
Daniel era muy bueno, un hombre gracioso y sarcástico. Era el amigo con el que como todos los días en el recreo.Mi gran amigo Daniel.
-Vámonos que ya nos esperan.
Miré la hora; las doce menos veinte, justo a tiempo.Fui la primera en entrar en el patio donde aún esperaban charlando hasta la hora de las velas. Intenté no fijarme mucho en los detalles, pero mis ojos eran demasiados curiosos y se pararon justo donde Hugo y Noelia estaban sentados. Ella encima de él.En mi pecho sentí la clavada de un cuchillo cuando vi esa mirada llena de brillos que ambos compartían. Pero el cuchillo salió cuando mis amigas entraron  acción.
En los altavoces del patio se escuchaba reggaeton antiguo- obra de Abbie- y nosotros salimos sentándose en círculo en el otro extremo del patio.
-HORA DE LOS REGALOS DE VIOLETA- Laia me tendió un paquete blanco.
La trilogía de “Asesinato para principiantes"se escondía bajo el papel, sonreí y agradecí por esos libros que tantas ganas tenía de leer. Me levanté y fui hacia la zona donde Blanca, mamá y Mael charlaban a enseñarles mis regalos.
-Mira, el regalo de mis amigos- sonreí emocionada.
Mamá y Mael compartieron una mirada silenciosa que hizo que me devolviese a mi lugar sin respuesta. Que extraño.
Las doce menos diez.
Mamá entró en el patio con una tarta de chocolate con las velas del número dieciséis preparada para soplarlas.Todos nos acercamos a la mesa y pedí mi deseo.
Minutos más tarde él sopló las velas mientras yo, “sin darme cuenta” charlaba con mis amigos.Hugo tenía diecinueve años.
-QUE EMPIECE LA FIESTA- gritó mi abuela.
Empezó la fiesta, llena de música, bebidas y…. puede que hubiese demasiadas bebidas.

Contigo, siempre ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora