Llevábamos todo el día en la playa, con las olas de banda sonora y yo, no me encontraba bien. No paraba de pensar en cómo la sociedad nos engaña con eso del primer amor. “Es el primer amor, nunca se va a olvidar" .Quizás era verdad, porque me dolía haberme separado de una persona tan buena como ella, tan cariñosa, sincera, bondadosa y única. Toda la vida esperando a la mujer perfecta para que cuando la encuentre, nos tengamos que separar.
Todos estaban en el mar y yo mientras, debajo de la sombrilla escuchando M.A.I. Canción que escuché la tarde anterior proveniente del baño donde Violeta se bañaba.Quizás fuesen mis dudas o la canción pero cuando Violeta se acercaba a la toalla, me volví a fijar en ella. Me fijé en su bañador lila, sus piernas bronceadas y largas, su sonrisa con la que me miraba mientras se acercaba, me fijé en su pelo largo mojado y en sus ojos color miel.
Pero dejé de observarla cuando una imagen de Noelia se cruzó en mi mente.
HUGO YA NO ES TU NOVIA.
-¿Qué tal?-preguntó sentándose a mi lado en una de las toallas.
-Bien- contesté cortante.
Ella se sintió poco convencida y miró a la playa.
No aguantaba más esta tortura, todo esto me estaba sobrepasando. Yo quería volver a sus brazos, quería abrazarla, estar con ella, volver a ver su pelo negro. Y ya no estaba.¿Qué sería de ella ahora?
Una lágrima se deslizó lentamente por mi moflete cuando metí todas mis pertenencias en el bolso de playa y me lo colgué en el hombro.
-Violeta, avisa a mis padres de que me he ido al hotel-dije sin mirar atrás.
Ella miró hacia atrás dubitativa sin entender nada.
No estábamos lejos del hotel pero aún así me pasé todo el trayecto llorando, parando a veces para secarme los ojos e ignorando las caras de preocupación de todas las personas a mi alrededor. Todo me importaba una mierda, una mierda, yo solo la quería a ella.
En uno de esos parones, me senté en un banco y cometí el error de coger el móvil y llamarla.Dos toques pasaron antes de cortar la llamada.
Llegué a duras penas a la habitación y nada más hacerlo me llegó el olor a Violeta. Un olor increíble. Me tumbé en la cama mirando al techo hasta que las lágrimas me dificultaron la vista y me di la vuelta para llorar contra la almohada.
Quizás esa llamada no fue la solución a mis problemas pero sí que era una gran manera de desahogarme.
***Violeta***
Aura llegó del mar a la media hora desde que Hugo se había marchado. Y yo con mi vestido ya puesto, el bolso lleno de mis pertenencias y mis gafas de sol ya colocadas, le dí la noticia de que yo también volvería al hotel.
Aura con su bikini verde asintió y mientras me veía alejarme, me gritó:
-Violeta, cuídalo.
Miré hacia atrás, asentí y corrí lo más rápido que pude hasta llegar a la habitación.
Abrí la puerta, y escuché murmullos y sollozos.Sin pensarlo, me dirigí hacia nuestra habitación y lo ví.
Hugo estaba tumbado en la cama aún con el bañador y la camiseta de la playa, llorando. Estaba destrozado.
-Hugo- dije desde la puerta.
Él miró hacia la puerta asustado y cuando me vió, volvió la cabeza hacia la almohada,listo para volver a llorar.Tenía los ojos rojos del llanto y los labios hinchados de lo mismo.
-Hugo, ¿estás bien?- me senté en un lado de la cama-. Hugo, mírame.
Levantó la mirada e hizo un gran esfuerzo por sentarse en la cama intentando controlar el llanto.Lo incliné hasta que ambos formamos un abrazo y volvió a llorar en mi vestido.
Cerré los ojos en su hombre debido al dolor que suponía verlo tan roto y mal. Por eso, también intensifiqué el abrazo y ambos, sumidos en un abrazo, pasamos varios minutos en silencio hasta que él se calmó un poco más y nos separamos.
-¿Estás mejor?
Hugo asintió, y proseguí:
-Hagamos algo- comencé-.Nos duchamos y cuando estés más tranquilo, si quieres puedes contarme lo que te ocurre.
Asintió lentamente y cuando ambos estábamos en pie, concluí:
-Voy a ser tan buena gente, que te voy a dejar el baño grande.
Sonrió y cada uno cogió su ropa antes de ir a la ducha.
***
-¿Quieres contarme algo?- empecé cuando ambos estábamos sentados en la cama.
-Claro.
Algo en mí se iluminó y sonrió al oír esas cinco letras.
-Noelia y yo, llevamos juntos un año y poco-comenzó-.Comenzamos y se hizo alguien muy importante para mí, le contaba todo y además de eso, me gustaba.
-Ajá- intenté disimular el dolor en el pecho.
-Comenzamos a salir y hace unos meses, cuando hablamos de lo que queríamos hacer después de terminar el bachillerato, nos percatamos de que íbamos a separarnos.
-¿Y habéis cortado?-él asintió.
-Supuestamente lo haríamos dentro de unas semanas pero ayer me llamó para cortar conmigo porque dice que tengo que disfrutar lo que me queda.
Sus ojos estaban brillantes, su cara limpia y su pelo mojado. Olía a casa, olía a él…Lo quería y yo solo quería borrarles las lágrimas una por una y abrazarlo hasta que todas las penas se resuelvan.
-¿Y por qué no ibas a disfrutar?
-Por que no estaba haciendo, solo podría pensar en lo que faltaba para dejarlo.De alguna forma me ha hecho un favor pero..
-¿Pero qué?
-Pues que estaba bien, me cuestan los cambios.Era mi primer amor, ¿sabes?- rompió a llorar de nuevo.
-Puede ser tu primer amor pero no tiene porque ser el definitivo.
-Ya, ya- se secó-.Dice que tengo que conocer a nuevas chicas.
-No creo que funcione así, creo que ahora tendrías que sanar.
-¿Sanar?
-Sí, sanar el corazón.
-¿Y cómo se hace eso?
-Con buena música, amigos, compañía, abrazos, besos, sonrisas, mar y largas caminatas llenas de intensas conversaciones.
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Contigo, siempre Contigo
Teen FictionVioleta y Hugo se han criado juntos, como hermanos. Pero Violeta siente algo más.