CAPÍTULO 33 *Hugo*

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Mamá murió un dos de febrero a la hora del atardecer, mientras Violeta y yo teníamos las manos unidas a la espera de buenas noticias. La única buena noticia fue saber que ya estaba descansando.
Todos creíamos estar preparados para este momento,pero la realidad, el saber que nunca más probaría una de sus comidas, pasaríamos o charlaríamos con ella fue devastador. Mi cuerpo se convirtió en un mar de lágrimas al igual que todos los que estábamos en la sala de espera. Vio estaba estaba completamente destrozada, incluso juré escuchar su corazón partirse cuando nos dieron la noticia.  Pero fue fuerte por mí, por papá, por todos nosotros, incluso, se encargó de hablar con los doctores cuando nosotros no teníamos fuerzas. Aura estaba completamente devastada ante la pérdida de su mejor amiga,permanecía en una esquina de la sala de espera, llorando sin parar y sin hablar con nadie.
En la tarde del tres de febrero fue enterrada, en la iglesia más cercana a casa. A pesar de ser forastera, la iglesia estuvo llena de personas que extrañarían su risa. En el momento del pésame todos nos colocamos esperando los “lo siento” de las personas que la echarían en falta. El camino hasta el cementerio fue duro y más cuando la metieron en un hueco y la taparon. Para siempre.
Meses más tarde, su lápida ya estaría completa. Con mármol blanco, una frase que explicaría lo mucho que la extrañaría sus seres queridos y una foto suya cuándo aún no sabíamos nada.Cuando eramos felices, cuando era feliz. Cuando estaba viva.
Blanca vivió una vida plena, una vida feliz,con subidas y bajadas pero sobretodo una vida llena de amor. Amor hacia Mael, amor hacia sus padres y hermanos, amor hacia su mejor amiga, amor hacia su hijo, amor hacia su nuera.
Vio estuvo conmigo sin separarse, teniendo siempre un brazo preparado listo para abrazar en las noches cuando todo se me venía encima. Vio me consoló dándome pequeños besos en la coronilla, besos que me relajaban y entonces entendí que Blanca no se quería ir sin antes saber que iba estaba bien. Que iba a estar feliz y para ello, esperó hasta estar juntos para marcharse. Porque ya estaba a salvo.






Contigo, siempre ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora