Capitulo 2

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El suave resplandor de la luz de la luna se filtraba por las cortinas de claras tonalidades de la habitación de Ryu-jin, envolviéndola en una serenidad aparentemente tranquila. La joven dormía plácidamente, ajena al torbellino de eventos que estaba a punto de desencadenarse.

De repente, como un rayo, Ryu-jin se sobresaltó en su cama, presa de una taquicardia intensa. Su cuerpo se retorcía mientras una opresión se apoderaba de su pecho, y su mano instintivamente se posó sobre su corazón palpitante, intentando (de alguna forma) que tal dolor tan horrible se le quitara. La piel de su cuerpo se erizaba en una oleada de sensaciones, y por un momento, el tiempo parecía suspendido en un eco latente de ansiedad.

Cuando la taquicardia finalmente cedió, Ryu-jin yacía jadeante en la cama, tratando de recuperar el aliento, deseando haberse llevado un vaso con agua a su habitación desde temprano. La atmósfera en la habitación era tensa, como si algo inexplicable hubiera dejado su huella en el aire. Fue entonces cuando la puerta se abrió lentamente, revelando la figura preocupada de Geum-joo seguida por su abuela.

—¿Ryu-jin, usaste tu fuerza?

—No, yo... yo no hice nada —seguía tocandose el pecho y respirando desenfrenadamente. Amaría si su madre fuera servicial y le diera agua.

—Hwa-ja tampoco fue.

Que grata sorpresa era saber eso, que la desconocida de al lado no era su preciada hermanita casi le hace dar dolor del cabeza, pero técnicamente lo sabía, no sentía esa conexión al estar cerca de ella.

Lo bueno es que su padre no estaba loco y no había que mandarlo a terapia ya.

—Aah, mi pobre hija, mi pobre Nam-soon —salió despavorida Geum-joo tocandose la cabeza con dramatismo.

—Hola, pa —se acercó al hombre en cunclillas y dejó un beso en su mejilla— vine por Nam-in para comer —informó buscándolo con la mirada

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—Hola, pa —se acercó al hombre en cunclillas y dejó un beso en su mejilla— vine por Nam-in para comer —informó buscándolo con la mirada.

—Ya sabía —sonrió ligeramente antes de seguir fotografiando al sujeto que posaba de forma estúpida y exagerada— me lo ha dicho toda mañana.

Ella soltó una risita y entrelazó sus manos sobre su espalda: —Nam-in —canturreó su nombre.

—¡Ya voy! —su respuesta se escuchó con un eco, así que supuso que estaba en el baño.

Mientras lo esperaba, fue inevitable pasearse por el estudio, observando todas las fotografías que tenía su padre colgadas en la pared y puestas en estanterías. Ella y Nam-soon eran las musas de su padre, pero claro que también habían fotos de Nam-in.

Siempre hubo una fotografía en particular que le encantaba: su padre abrazaba a Nam-in y Nam-soon teniéndolos a cada lado mientras Ryu-jin estaba apoyaba en la cabeza del mayor. Era algo así como la representación de la hermana mayor (porque se veía más alta) y los gemelos que nacieron después.

𝗩𝗘𝗡𝗘𝗡𝗢 ||Strong Girl Nam Soon||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora