La vida de Gang Ryu-jin da un giro inesperado cuando su hermana Nam-soon desaparece. Obligada a asumir responsabilidades, Ryu-jin enfrenta desafíos para mantener la estabilidad en la vida de Nam-soon.
Sin embargo, su corazón se ve dividido cuando s...
—Te demoras mucho en llegar —sinceramente no sabía que le esperaba cuando pusiera un solo pie en esa oficina, pero deseaba que no fuera a ser una mala noticia.
Ingresó al espacio luego de haber tocado dos veces la puerta. Shi-oh estaba serio, pero inmediatamente en que la vio, una curva se plasmó en sus labios, se puso de pie y se acercó a ella tomándola por los hombros y girándola hacia la esquina derecha de la oficina, ella puso una expresión de sorpresa.
—¿Ese es mi escritorio? ¿esto era por lo que no querías que me demorara? —volteó a verlo curiosa y él negó— ¿Entonces qué es?
—Te lo diré en un momento. Primero, quiero que digas sí te gustó.
En el escritorio yacían algunos pendientes que debía realizar, al igual que había una cosa negra con detalles azules celestes y una placa con su nombre.
—Me encanta, no podría pedir más —Shi-oh sonrío complacido con sus palabras— pero necesito saber qué es lo importante que tienes que decirme —se giró por completo para verlo, de esta forma fue que él soltó sus hombros, su mirada se tensó al igual que todas las facciones de su rostro y él se apartó abruptamente dirigiéndose hacia el gran ventanal donde se podía observar todo Gangnam-gu. Hubo un silencio incómodo lleno de tensión, no sabía que era lo que le iba a decirle ,pero parecía algo realmente malo. Esperó en silencio manteniendo la mirada sobre él viendo si algo cambiaba en su lenguaje corporal.
—¿Matarías a alguien por mí?
Durante dos minutos siguió allí inmóvil, los labios abiertos y un brillo extraño en la mirada, era vagamente consciente de que influencias completamente nuevas actuaban en su interior aunque le parecía que procedían en realidad de sí misma.
Las pocas palabras que le había dicho, palabras lanzadas al azar y caprichosamente paradójicas habían tocado alguna cuerda secreta nunca jalada anteriormente, pero que sentía ahora vibrar y palpitar con peculiares estremecimientos.
—Ryu-jin... —la llamó al no obtener respuestas de su parte— responde —volteó a verla expectante de lo que próximamente saldría de sus labios, pero ella no sabía que responder, no sabía si dejarse llevar por sus emociones o por lo que realmente era moral.
Abrió la boca quedándose sin aire por unos segundos, considerando que lo que saldría de sus labios era la mejor respuesta posible tanto para él como para ella sin ser consciente de todo lo que afectaría a su alrededor: —Mataría a quien sea solo porque tú me lo pides —sus palabras salieron como un susurro lleno de seguridad. Shi-oh está sorprendido, no se esperaba esa respuesta, pero si era lo que quería.
Con una sonrisa maliciosa y satisfactoria se acercó más a ella y puso su mano sobre su mejilla, acariciándola suavemente: —Respuesta correcta, corazón.
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—Ay por Dios, que acaba de suceder —se decía a sí misma mirándose al espejo mientras con la ayuda de las manos se ventilaba la cara roja.
