La vida de Gang Ryu-jin da un giro inesperado cuando su hermana Nam-soon desaparece. Obligada a asumir responsabilidades, Ryu-jin enfrenta desafíos para mantener la estabilidad en la vida de Nam-soon.
Sin embargo, su corazón se ve dividido cuando s...
Con toda la atención de Geum-joo sobre Nam-soon, Ryu-jin podía hacer lo que se le viniera en gana, era libre al fin en lo que llevaba de vida.
—Mamá —mencionó la joven entrando al despacho de su progenitora— iré a la biblioteca, Jung me dijo que llegaron nuevos libros y estoy que me muero por leerlos —exageró un poco, pero sus palabras tenían sentido.
Geum-joo la recorrió con la mirada de pies a cabeza, su hija parecía decir la verdad pues sus prendas comprobaron su tranquilo plan de la tarde.
—¿Por qué la mochila?
—Por si no acabo algún libro, puedo traerlo. También llevo papel higiénico por si una escena me hace llorar y una manta.
—¿Entonces te quedas esta noche en la biblioteca?
—Es lo que me gustaría, pero si necesitas que haga algo, lo haré.
—No, estoy esperando a Nam-soon, hoy salió con el policía.
Ryu-jin asintió levemente: —Me voy entonces, no quiero perder un solo minuto más.
—Disfruta tu lectura, mi cielo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ryu-jin observó la pequeña pila de libros con pesar, la idea de quedarse a leer no le disgustaba para nada pero si arruinaría sus planes. Seguramente, debía escuchar un resumen de alguno por si su madre le preguntaba.
Dejó la mochila sobre el sofá en el que dormiría y tomó la pila de libros entre manos, con velocidad los ubicó en las estanterías que le parecieran convenientes.
Ella era fuerte y veloz, pero también le gustaría saltar como su hermana menor, pero no siempre uno recibe lo que quiere.
Puso un resumen del libro que eligió en su teléfono y comenzó a escucharlo a volumen alto, mientras sacaba lo que llevaba en la mochila: la manta, ropa y maquillaje.
Allí mismo se cambió, pues en su biblioteca no había ni una sola cámara, no había necesidad de tenerlas. Se adentró al baño del lugar con el maquillaje en manos y se pasó las suaves brochas por distintas partes de su rostro, así hasta obtener un maquillaje natural como el que siempre se hacía.
Se había puesto el vestido menos elegante de su guardarropa, pues ir con un conjunto Chanel o un vestido Dior le parecía excesivo para una fiesta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
