La vida de Gang Ryu-jin da un giro inesperado cuando su hermana Nam-soon desaparece. Obligada a asumir responsabilidades, Ryu-jin enfrenta desafíos para mantener la estabilidad en la vida de Nam-soon.
Sin embargo, su corazón se ve dividido cuando s...
Ryu-jin abrió los ojos con lentitud, sintiendo una sensación de confusión y desorientación al darse cuenta de que estaba atada a una silla en lo que parecía ser un rincón oscuro y lúgubre, similar a un ring de boxeo. La luz tenue que se filtraba apenas iluminaba el lugar, dejando todo en penumbra.
Una sensación de pánico comenzó a apoderarse de ella cuando notó la figura de un hombre de pie frente a ella. Era Shi-oh, pero su rostro estaba retorcido por la ira y la determinación, una mirada fría y despiadada en sus ojos.
—¿Qué está pasando? ¿Por qué estoy aquí? —preguntó con voz temblorosa.
Shi-oh apretó los puños con furia, sus ojos chispeaban con una intensidad amenazante mientras se acercaba a ella.
—Lo sé todo. He descubierto tu secreto, y no voy a dejar que te salgas con la tuya.
Ryu-jin sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar las palabras de Shi-oh, su mente trabajaba a toda velocidad para intentar entender lo que estaba sucediendo.
—¿De qué secreto estás hablando?
Shi-oh se detuvo frente a ella, su expresión dura y despiadada mientras la miraba fijamente: —No me engañes, Ryu-jin. Sé que estás ligada a Hwang Geum-joo. Y necesito que me lo cuentes todo, antes de que sea demasiado tarde.
Ryu-jin tragó saliva con dificultad, sintiendo el miedo retorciéndose en su interior mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas.
—No sé de qué estás hablando...
Shi-oh dejó escapar un suspiro frustrado, su paciencia agotándose rápidamente mientras se inclinaba hacia Ryu-jin, su rostro a centímetros del suyo, le jaló fuertemente el cabello haciéndola gemir del dolor.
—No me hagas enfadar, Ryu-jin. Te he dado la oportunidad de ser honesta conmigo, pero si no me dices la verdad, no dudaré en acabar contigo.
Al quedarse en silencio sin saber que decir, su mente peleaba por encontrar una solución rápida. Vio como Shi-oh levantó la mano y ella cerró los ojos creyendo que la iba a golpear, pero aquel golpe nunca llegó, cuando decidió volver a mirarlo, estaba de rodillas frente a ella, le soltó el cabello y llevó las manos a sus mejillas.
—Ryu-jin~ ¿acaso quieres morir? —apartó las manos de su rostro, pero se acercó a su oído para susurrarle— debes decirme la verdad si quieres seguir con vida.
Ella se sintió atónita al sentir la respiración de Shi-oh en su cuello, tan cerca, tan cálida...
—Está bien. Te lo diré.
Llenó de aire sus pulmones para obtener fuerza al hablar, no sabía que pasaría después, pero podría asegurar que no tendría mucho tiempo luego de decirle, ni ella, ni su familia.
—Te mentí, Shi-oh. Soy una de las hijas de Geum-joo e inicialmente me acerqué a ti para complacer a mi madre y para obtener la información que la policía necesitaba. Pero te juro que nunca pensé que me enamoraría de ti tan... fuerte. Yo estuve transmitiendo información falsa sobre ti para mantener a mi familia alejada de nosotros. Te he mentido. Lo siento y mucho. Y sé que te sientes traicionado, pero te pido que liberes tu ira conmigo y dejes a mi familia en paz. Golpéame, mátame y haz mi cuerpo cenizas, pero huye y escóndete porque mi familia hará lo que sea por verte en prisión.
Un golpe en seco fue lo único que recibió.
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