Capitulo 10

497 76 33
                                    

La luz del sol se filtraba por las ventanas de la espaciosa oficina de Shi-oh. Él estaba sentado en su escritorio, concentrado en su trabajo, cuando sintió la mirada de Ryu-jin sobre él. Levantó la vista, encontrándose con los ojos penetrantes de ella fijos en él, con una sonrisa traviesa curvando sus labios.

—¿Qué pasa, Ryu-jin? ¿Por qué no puedes apartar la mirada de mí?

Ryu-jin se mordió el labio inferior, luchando por contener una risa mientras jugaba con un mechón de cabello entre sus dedos: —Shi-oh~, ¿alguna vez te has detenido a pensar en la coincidencia de nuestros nombres?

Él frunció el ceño, confundido por el repentino de tema: —¿A qué te refieres?

Ella se inclinó hacia adelante, sus ojos brillando con emoción mientras explicaba: —Tu apellido es Ryu, y mi nombre comienza con Ryu. ¿No es curioso? Creo que estamos destinados a estar juntos.

Shi-oh no pudo evitar reír ante la ocurrencia de la mujer, encontrando su entusiasmo contagioso.

—Eso es bastante interesante... ¿Significa que tenemos que seguir el destino y estar juntos?

Ella soltó una risita, llena de alegría ante la respuesta de Shi-oh: —Tal vez deberíamos considerarlo. Después de todo, ¿Quién soy yo para desafiar al destino?

Pero Ryu-jin se estaba yendo más allá de los parámetros, hablaba sin pensar en las consecuencias. Cuando un corta recuerdo pasó por su mente fue como un golpe de realidad que la mandó volando al otro lado del ring.

—De hecho, es muy malo si me gustas... —susurró inconscientemente provocando que él (aparte de escucharla) le clavara una mirada molesta y disgustada.

—¿Qué estás diciendo?

—¿Hm? —volvió en sí— nada, nada.

Llevó la mirada a los papeles de su escritorio, dedicándose a tomar estos entre manos y ponerse de pie para llevarlo a la oficina donde trabajaba antes. Logró abrir la puerta, pero no se esperó que Shi-oh la cerrara fuertemente asustándola.

—Quiero que repitas eso que dijiste.

Se iba a negar, pero el fuerte agarre en su cadera le hizo dar un respingo. La mano de Shi-oh se deslizó hasta su cuello donde ejerció una presión sutil para hacerle escupir las palabras.

—¿Por qué es malo gustarte?

—Porque las personas que me gustan nunca se quedan conmigo —soltó finalmente, con frialdad.

El silencio pesado llenó la habitación mientras Shi-oh absorbía las palabras de Ryu-jin, su expresión suavizándose ligeramente al comprender la vulnerabilidad detrás de ellas.

—Yo no soy como esas personas. Estoy aquí para ti.

Ryu-jin levantó la mirada para encontrarse con los ojos sinceros de Shi-oh, sintiendo un índice de esperanza brillando en su interior.

—¿Realmente?

Shi-oh asintió con convicción, su mano soltando suavemente el cuello de Ryu-jin mientras extendía la otra en un gesto de paz.

—Pero necesito oír una explicación.

—No puedo, tengo que ir a entregar esto.

Los papeles de sus manos fueron apartados por él, quien la tomó de los hombros y la guió hasta el sillón. Se sentó muy cerca de ella, tocando sus piernas expuestas por la falda. Se sentía nerviosa y vulnerable porque realmente era un tema que le había afectado en su adolescencia.

Para Shi-oh, se veía como una apetitosa presa fácil.

—Tuve dos novios —dijo a duras penas— el primero... terminó repentinamente conmigo después de que yo había invertido mucho cariño en la relación. Fue devastador, me dejó sin entender qué había hecho mal. Y el segundo... bueno, las cosas fueron bien al principio, pero después de que nos entregamos el uno al otro, él simplemente se alejó. Como si lo único que quisiera era eso, y luego ya no le importaba seguir adelante con la relación. Mi familia siempre ha querido verme emparejada con alguien, pero no ha funcionado... nunca.

𝗩𝗘𝗡𝗘𝗡𝗢 ||Strong Girl Nam Soon||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora