La vida de Gang Ryu-jin da un giro inesperado cuando su hermana Nam-soon desaparece. Obligada a asumir responsabilidades, Ryu-jin enfrenta desafíos para mantener la estabilidad en la vida de Nam-soon.
Sin embargo, su corazón se ve dividido cuando s...
Observaba al menor comer unos fideos que le había preparado mientras bebía té, en la sala estaba su tío tomándose un suero con una pajita y su abuela también bebía té.
De repente, el aplauso de Geum-joo los asustó a todos: —Todos saben que día es —dijo seria, como si fuera a matar a una acosador.
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Ahora todos hacían diferentes actividades en el gimnasio de la casa. Nam-in en la caminadora a nada de morirse, Geum-dong luchando por pedalear, Joong-gan levantando pesas de 100kg como si nada, Geum-joo tirando de unas cadenas con facilidad y Ryu-jin hacia dominadas mientras con unas cuerdas cargaba 510kg atados a su cintura.
—Mocoso desagradecido. ¿Y que si no me perdonas? ¿crees que me importa? —la habladuría de su madre le llamó la atención por lo que se quedó colgada mirándolos— ¿y si piensas en adelgazar primero? eres susceptible y mezquino, igual que tu papá.
Ryu-jin se dejó caer formando un estruendo por el peso que cargaba, se soltó de las cuerdas y caminó hasta ellos con el ceño fruncido.
—No le digas esas cosas. Si él está enojado contigo es tu culpa. No debiste de hacerle bromas desde un principio.
Todos la miraron sorprendidos, Ryu-jin enfrentando a su madre, eso sí que no se veía todos los días.
—Solo estoy preocupada por su salud, Ryu-jin. Como madre, tengo el derecho y el deber de decirle lo que creo que es mejor para él.
—Entiendo eso, pero hay formas más respetuosas de expresar tus preocupaciones. Nam-in es una persona increíble independientemente de su peso.
Nam-in levantó la mirada, agradecido por el apoyo de su hermana: —Gracias, Ryu-jin.
Ryu-jin le puso una mano reconfortante en el hombro: —Estoy aquí para ti, Nam-in. Siempre.
Geum-joo se puso sus audífonos con resignación, se dio vuelta y siguió con sus cadenas como si nada hubiera pasado. La mayor de los hermanos la miró irse con molestia, luego, dejó un besito en la cabeza de Nam-in.
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Ryu-jin se encontraba más feliz que hombre con moza.
A la mierda las discusiones con su madre, lo que a ella le importaba era que Shi-oh le escribiera cada cierto tiempo y la invitara a comer.
