XXIII

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7 de mayo de 2023.

Hoy es el día, lo sabe. No puede soportar más tiempo de esto, un retorcido juego del gato y el ratón que ha llevado por demasiado tiempo, tiene que acabar. Al principio, fue divertido, claro que lo fue. Había disfrutado tanto acecharlo, ver cómo poco a poco se daba cuenta de su presencia, volviéndose paranoico y cobarde.

Oh, había sido tan entretenido asustarlo con las cosas más sencillas. Había tardado tan poco tiempo en volverlo loco, el hombre había bajado de peso por el terror de ser perseguido por un desconocido, proclamaba a los cuatro vientos que alguien estaba tratando de quitarle su fortuna, su poder, su esposo. No estaba tan equivocado, aunque a él no le importaba tanto su dinero o su casa, solo quería tener a Lionel Messi.

Leo, dulce y hermoso Leo; desde el primer momento que lo vio quedó prendado de su belleza y bondad. ¿Cómo alguien tan maravilloso como Lionel acabó casado con un imbécil como Gerard Piqué? Pensar en Leo siendo tomado por el otro hombre lo llenaba de rabia, una necesidad de hacerlo solamente suyo que crecía cada día de estar lejos.

Trató de evitarlo, claro que sí. Dios sabe cuánto trató de evitar esos pensamientos, enfocarse en su trabajo o en estar con otras personas, pero no pudo sacarlo de su mente. Rezó a un poder superior que le permitiera sanar y olvidarse de todo, seguir adelante con su vida, ser mejor persona. Todas sus plegarias fueron ignoradas por completo; si Dios realmente existe, entonces debe estarse riendo en su cara.

Día y noche piensa en él. Dormido o despierto, el rostro de Leo aparece en su mente. Al fumar, el humo se arremolina sobre su cabeza formando la silueta de Lionel, sensual y bello, intoxicante, más adictivo que la peor de las drogas. Irresistible, encantador, perfecto. El profundo anhelo de tenerlo entre sus brazos crece hasta volverse difícil de contener; desea rozar sus labios con los suyos, devorar su boca y dejar marcas de sus dientes en su lindo cuello. Desea pasar sus manos por cada extensión de piel pálida que pueda, hacerlo temblar y gemir debajo de su cuerpo, hacerlo suyo.

Se siente como un adicto que no ha conseguido otra dosis en mucho tiempo. Se enfrasca en el trabajo buscando olvidarse de él, fuma, bebe y se droga un poco, nada da resultado. Después de bastante tiempo, acepta que no va a superarlo. Lo acepta, y por lo tanto actúa en consecuencia. Arde en rabia al ver cómo Piqué trata a su marido, una absoluta joya que él trata igual que basura. Lo odia, fantasea día y noche con cortarle la cabeza.

Un día, no sabe por qué, esa idea llega a su mente como la solución a su vida. Él quiere a Leo, Leo obviamente no quiere a su marido y dicho marido es un absoluto imbécil que estaría mejor tres metros bajo tierra. Entonces, la solución más obvia es matar a Gerard y con él fuera de camino, entonces puede tener a Leo. Pasa días, semanas y meses planeando todo, debe ser perfecto.

Aprende los horarios de trabajo de Gerard, cuando sale a divertirse, cuando solo no está en casa. Aprende cada detalle sobre él, lo usa a su favor, le causa pesadillas al hombre que no es tan estúpido para no darse cuenta de que sucede. El pobre incluso pide ayuda a sus tres socios, todos lo rechazan dejándolo solo para enfrentar su destino, no puede huir de eso.

El día empieza normal, se asegura de ser visto haciendo su rutina usual y, al llegar el momento, va a la casa. Gerard es tan imbécil que discute con Leo, provocando que él salga de la casa enojado. Eso hace todo más fácil, evita que deba ser en extremo silencioso a la hora de colarse por una de las ventanas. Quiere reír por lo sencillo que es entrar a la casa sin ser detectado por el otro individuo, avanza entre paredes con un horrendo papel tapiz y pisos alfombrados que esconden el sonido de sus pasos.

Gerard está en su oficina, así que ahí lo encuentra. La expresión de su rostro al verlo vale oro, tan asustado y confundido. Sabiendo que la muerte lo acecha sin saber qué día será el último, ahora que su verdugo está frente a él, el pánico gana sobre el instinto de supervivencia. Cómo si viera pasar su vida frente a sus ojos, se pone pálido, sudor frío le baja por el cuello mientras sus pecados se reproducen en su mente. Ha llegado la hora de su juicio y es encontrado culpable.

—¿Qué quieres? Tengo mucho dinero, puedo darte eso.

Ríe. —No voy a negar que me interesa. Pero tienes algo mucho más valioso que quiero para mí. A Lionel.

Eso lo enfurece. Pero él es torpe y descuidado, neutraliza su intento de ataque en segundos sintiéndose eufórico. No piensa mientras lo ataca, solo sigue sus instintos, el desgarrador deseo de hacerlo pagar por todo lo que le hizo a Leo. Hay una insistente voz en su cabeza gritando que le haga daño porqué lo merece, merece sufrir y llorar suplicando por su vida. Merece recibir esa bala mirando de frente a su asesino, quien le sonríe diciéndole las últimas palabras que escuchará.

—Llevo tanto tiempo deseando esto. Poder estar con Leo al fin, él va a ser todo mío, tal como debe ser. He esperado seis largos años para volver a tenerlo. Ahora nada va a alejarlo de mi lado. Espero que te pudras en el infierno, Gerard.

El sonido del disparo calma todas las voces en su cabeza. Jadeando, se quita el pasamontañas negro que ocultaba su identidad y mira alrededor de la habitación, una cámara en aparente desuso y una taza de té color lila en el escritorio llaman su atención. Escucha el sonido de la puerta principal al abrirse, vuelve a cubrir su rostro y se apresura a salir del lugar, seguro de no haber dejado huellas.

Tres años después de matar a Gerard, no se arrepiente de lo que hizo. Tiene a Leo, a Mateo, a Ciro y su esposo está en espera de otro bebé. Recuperó a Javier, su amigo, aunque perdió a Manuel. Manu, quien siempre supo la verdad y se ofreció a cargar con la culpa para resolver el caso y asimismo, forzarlo a cumplir su deseo de terminar con su vida. Mantiene una relación cordial con André Gignac, no sabe mucho de él ni de Diego.

Pablo se vuelve un hermano mayor para sus dos hijos que lo adoran absolutamente. A Leo le encanta que su familia sea tan grande, le ha preguntado a Pablo si piensa tener hijos pronto, eso había provocado un violento ataque de tos en Robert y estridentes carcajadas de su parte. Robert es una gran sorpresa, han aprendido a llevarse bien motivados por el cariño que le tienen a Leo y a Pablo. Además, claro, el favor que le está haciendo al polaco al guardar todos los secretos sobre Pablo.

A cambio, Robert guarda su mayor secreto, que fue Memo quien mató a Gerard esa tarde de mayo. Al mirar a Leo, sabe que lo haría todo de nuevo una y otra vez solo para tenerlo aquí, a su lado, tal como lo quiso desde esa vez que se vieron por primera vez.

•••

Bueno, hemos llegado al final. Lxs que siempre sospecharon de Memo, ¡muy bien!

Si tienen alguna pregunta la respondo con gusto ^^

¡Curiosidades!

• Leo efectivamente intentó envenenar a Gerard, no sabía que Memo se le iba a adelantar al matarlo.

• Gavi mató a alguien la misma noche que le dieron cuello a Gerard, no le dijo a Robert quien fue así que él tenía miedo que lo fueran a inculpar.

• Robert no revisó las cámaras en la oficina de Gerard hasta que se cerró el caso, pues se le hacía que la historia no concordaba con los hechos. Además, ese lugar nunca fue uno que le interesara vigilar en el día a día de Leo y con Gerard muerto, ¿para qué iba a revisar las grabaciones?

• Leo y Memo tuvieron cuatrohijos. Gavi cuenta como un hijo más para ellos.

• Cambié algunas cosas mientras escribía, pero siempre mantuve quién sería el asesino.

• Es mi primera vez escribiendo misterios, espero que haya salido bien.

Gracias por acompañarme, nos vemos en más historias 💕

Expediente 65Donde viven las historias. Descúbrelo ahora