Himiko
Las luces de los flashes de las cámaras siempre me encandilaban, a pesar de llevar tanto tiempo haciendo lo mismo, jamás podría acostumbrarme. Estábamos en una sesión para una revista que sinceramente, ya no recordaba su nombre, pero sabía que era una de las más importantes en Tokio. Nuestra banda "The Ladys" estaba en un momento exquisito de fama y reconocimiento, hace unos 4 años que la habíamos formado junto a mis amigas Jirou y Hagakure y nos había ido excelente, ahora con el lanzamiento de nuestro último álbum, las visitas se dispararon, creo que dimos en el clavo para esta temporada.
-Es suficiente, tomemos un descanso -dije con el semblante serio, de verdad que no soportaba esa leve ceguera producida por las cámaras, apenas pude caminé lejos de aquel telar tan grande que colocaban de fondo hacia un camarín.
-En 20 minutos estaremos listas -se excusó Jirou mientras me seguía- hoy si han estado más insistentes.
-¿No te cansas? Siento que perderé un ojo si sigo con esto.
-Hace mucho que tenemos este tipo de situaciones, no debería extrañarte -Jirou se rio- además, la que más goza las fotografías es Toru.
-Y me encanta -sonreí- quisiera tener su misma actitud y positividad, porque un poco más y les rompía esos estúpidos juguetes.
Ambas reímos mientras veíamos como la tercera en cuestión llegaba con nosotras con una sonrisa y unas aguas minerales, Toru era la más alegre y viva del grupo, Kyouka resultaba ser más reservada pero siempre tenía buena disposición con todos, y yo, pues se podría decir que era la más antipática, soy la vocalista pero aun así, por votación unánime decidimos que todas las propuestas que lleguen, las analizaríamos en conjunto ya que perfectamente si algo no me parecía podría decir que no y ahí se va todo nuestro trabajo.
-Los chicos de la revista quieren unas tomas con nuestros instrumentos -anunció Hagakure- les dije que les consultaría.
-Por mí no hay problema -dije alzando mis hombros.
-Estaría genial -Jirou sonrió- iré a buscar mi bajo y tu guitarra, Himiko.
-Gracias, Kyouka.
Ella y Hagakure salieron a buscar las cosas, para la segunda era más fácil ya que tocaba la batería y solo tenía que presentar sus baquetas, nosotras tocábamos cuerdas y las cosas eran más pesadas. Al encontrarme sola, aproveché que había un espejo en una pared para arreglar un poco mi maquillaje, además, había otras cosas que tenía que saber cubrir o miles de rumores podrían hacernos subir en fama o aplastarnos en segundos.
-¡Dios! ¿Es que tenía que ser tan ruda?
Corrí un poco mi camiseta para mirar las marcas que yacían por el área de mi clavícula, varios chupetones escondidos por base de maquillaje me estaban haciendo las cosas un poco más difíciles que de costumbre. Sonreí al pasar mis dedos sobre ellos con una capa más de base, sin duda había sido una noche fantástica y aquella chica castaña que movía su nariz como conejo todavía no salía de mi mente, cuando me fui de aquel hotel a la mañana siguiente, se me encogió el corazón al dejarla sola, pero ella había sido bien clara esa noche, era cosa de una vez y ya, mi trabajo no me permite tener relaciones duraderas, siempre terminan por arruinarse y ciertamente, no quería que me rompieran el corazón otra vez, pero habían pasado unos días desde aquello y no podía quitármelo de la cabeza.
-¿¡Qué te pasó!?
La voz algo chillona de Hagakure me hizo saltar de un susto, debería comprarle una campana para la próxima. Dejé mi camiseta como estaba y me dispuse a ver su expresión preocupada junto a la de Jirou.
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¡Oye, chica!
FanfictionSon de mundos distintos, la fama y la farándula no va con Ochako, pero es lo que más le gusta a Himiko, después de todo, es su trabajo, y su principal problema para estar juntas. -La portada créditos a su autor correspondiente ya que la saqué de Pi...