¡Oye, chica!

Capítulo 7

Himiko

En el hotel me repetía muchas veces por qué le había pedido a Camie que me llevara nuevamente al Dojo para ver a sus amigos, más directamente a la castaña, me quedó clarísimo todo aquel día, pero me dolía que no pude inventarle una excusa buena a ella, ya que al salir con su novio me vio llorando en medio de la acera, no pude esconderlo.

En el hotel con las chicas intenté disimular, pero no lo conseguí, me sentía mal todavía por haberlas puesto en una situación vergonzosa el día de la presentación y ahora las preocupaba porque no paraba de llorar, incluso Nemuri intentó hablar conmigo, pero fue mucho más difícil, no quería hablar sobre ella.

Habían pasado unos días desde aquella presentación, ahora era mucho más difícil salir solas ya que más gente nos reconocía, así que nos habíamos limitado a dar paseos cortos y siempre con Nemuri y sus guardaespaldas, después de ese día la pelinegra había conseguido una hora para el médico por mi asma, estaba a solo horas de tener que ir a la consulta, pero la verdad no tenía muchas ganas, no quería que más gente me viera llorar.

-¿Himiko? -La voz de Hagakure llamó mi atención, ella junto a Jirou estaban en el buffet- Nemuri dice que te alistes para salir.

-Está bien -me levanté sin muchas ganas y me dirigí al baño.

Mi reflejo fue lo primero que busqué, estaba destruída solo por llorar, con unas ojeras que me hacían ver como mapache, era terrible. Con agua bien fría me lavé, tenía que despertar de alguna manera de todo este episodio, me maquillé sutilmente, lo mejor era que las sombras negras que usaba disimulaban mejor mis ojeras y arreglaban un poco mi aspecto, luego busqué mi ropa, pero a eso no le di tanta importancia, solo fui con una camiseta bastante holgada y unos pantalones cortos, me puse mi gorra y la mascarilla y salí junto a la peliverde.

-¿Cómo estás hoy? -preguntaba Hagakure mientras íbamos con las demás.

-Igual -alcé mis hombros.

-Espero que el médico te encuentre bien, solo fue un desliz. 

-Gracias, Toru -sonreí levemente después de mucho tiempo, ella me abrazó.

Seguimos hasta el buffet donde estaban Nemuri y Jirou, allí nos alistamos para salir con la pelinegra, el tramo donde había conseguido la hora con el médico tomaba un poco de tiempo, pero llegamos puntuales.

En la revisión el médico me encontró bien, solamente dijo que había encontrado mi pecho un poco obstruido, y como si hubiese presentido algo, me preguntó si había estado llorando, a lo que solamente pude responder con un asentimiento de cabeza, Nemuri explicó por encima lo que había sucedido y él lo entendió, dijo que no era algo preocupante pero me dio otro inhalador que tenía que ocupar por unos días independiente si no hay alguna crisis, solamente es para que mi cuerpo se adapte y no ocurra alguna reacción adversa al utilizarlo en una crisis como tal.

Cuando salimos de la consulta, Nemuri divisó que no había tanta gente, así que me ofreció caminar un rato antes de tomar un auto hacia el hotel.

-¿Quieres un helado? -me preguntó de la nada con una sonrisa.

-Eso estaría bien.

Ella buscó alguna heladería cerca, al encontrar una nos dirigimos allí, no fue tan difícil llegar, adentro tampoco había tanta gente, mucho mejor. Tenían una infinidad de sabores que no estaba segura cuál elegir.

-Uno de frutos rojos con salsa de caramelo, por favor- la miré como una niña pequeña pidiéndole algo a su mamá.

-Pensaba que escogerías el de vainilla, es tu favorito -dijo Nemuri con una leve sonrisa.