Capítulo 27

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Himiko

Mis noches de sueño no habían sido tan plenas hasta hoy, admito que al despertar por la mañana y ver a mi castaña favorita junto a mí, hizo que todo se alegrara, más aun al ver su nariz que le hacía como un conejo ¡Era tan linda! Todavía me quedaban un par de minutos allí, así que me acurruqué con ella, sentí como me abrazaba con cariño y de manera inconsciente dejaba un beso en mi cabello, hasta en sus sueños era así de linda. 

Quisiera decir que el día de hoy lo tendría para poder tener mimos y un lindo día con ella, pero no, estos días habían sido solo de entrevistas, grabar canciones, fotografías y más, incluso íbamos a aparecer en un programa pero tuvimos un pequeño problema, pasó lo mismo que en una de nuestras primeras entrevistas que solo me querían a mí y eso colmó mi paciencia, Nemuri todavía no me hablaba como antes por todo lo que ocurrió ese día, y quizás haber traído de la nada a Uraraka no arreglaría nuestros asuntos, es más, puede que los empeore. 

Una de las alarmas de Hagakure sonó por toda la habitación y supe que ya teníamos que levantarnos, estas chicas eran tan puntuales cuando sonaba la primera de las alarmas, yo necesitaba por lo menos unas tres para poder despertar y no odiar al mundo entero. 

Sentí como Hagakure se levantaba y venía en dirección a mi cama, le había dicho que me despertara últimamente ya que no confiaba en mi reloj biológico.

-Himiko -canturreó- es hora de despertar.

-Estoy despierta, Toru -me asomé entre las sábanas con una leve sonrisa- hoy te gané.

-Qué extraño, nunca estás despierta antes que nosotras -sonrió- vamos, bajemos a desayunar.

-Esta vez paso, comeré algo rápido cuando nos vayamos.

-¿Por qué no quieres comer? -la castaña apareció de entre las sábanas medio adormilada sorprendiendo totalmente a Hagakure- debes alimentarte bien.

-¡Ochako! -chilló la peliverde- ¿Por qué estás aquí? ¿En qué momento llegaste?

-Es una larga historia -sonreí avergonzada- no le digan a Nemuri.

-¿Decirme qué?

Ni siquiera me había dado tiempo a reaccionar o por último esconder a la castaña cuando ella apareció en nuestra habitación, incluso Jirou se había quedado “modo quieto” viendo la situación como tal. Quizás así no la verían.

-Le dije que viniera porque tuvo problemas con la locomoción -mentí mientras arropaba a la castaña y me levantaba a hacerle frente- ¿Estuvo mal?

-Claro que no -dijo sin cambiar su semblante serio- pero los cargos extras los tendrás que cubrir tú, ya le dije al señor Aizawa que anulara lo que le dijiste.

-Como quieras -alcé mis hombros despreocupada- estaremos listas en unos minutos.

La pelinegra solo asintió y salió del lugar, fue allí cuando ya toda pudieron respirar con tranquilidad.

-Detesto cuando están peleadas -dijo Jirou- pareciera que todas pagamos por sus riñas.

-¿Qué ocurrió ahora? -preguntó Uraraka visiblemente preocupada- no quiero ser una molestia más para ti, quizás no debí venir.

-No tienes la culpa de nada, Cutie Pie -me acerqué a ella y me senté en su regazo- fue un problema tonto, algo que ya había pasado antes. 

-Himiko sigue discutiendo con nuestra representante cuando en los programas, entrevistas o lo que sea, solo la quieren a ella para declarar -dijo Jirou.

-Detesto que sea así, nuestra banda tiene tres integrantes, solo por ser la vocalista no tengo que llevarme todo el crédito.

-Hoy en día eso es lo que más vende -dijo la castaña acariciando mi cabello- pero me parece muy lindo de tu parte considerar a las chicas.

¡Oye, chica!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora