Capítulo 21

111 19 3
                                    

Himiko

No recordaba la última vez que dormí tan bien, pero debido a eso desperté más temprano de lo que hubiese querido, la rutina en Corea nos había hecho madrugar muchas veces, y hoy que esperaba que fuera distinto, no pasó como quería.

Me desperecé y a los segundos sentí un abrazo un poco más firme por parte de mi acompañante. Sonreí con cariño, Uraraka tenía el sueño un poco más pesado que el mío, pero eso no le impedía aprisionar entre sus brazos.

Me acerqué para besar su frente y después vi la hora, bufé al ver que eran las 8 de la mañana en punto de un día sábado, ella seguramente tendría que ir al Dojo, en algún momento me comentó que los fines de semana hacían clases para otro tipo de alumnos a parte de los que ya tenían, por lo que era algo más relajado.

-Cutie pie -susurré dejando besos por sus mejillas- tienes que despertar.

No hubo respuesta, así que con el mayor de los cuidados me zafé de sus brazos para poder levantarme, le daría unos minutos más de sueño, por mientras haría el desayuno.

Fui a la cocina con la camiseta con la que dormí la noche anterior, era bastante holgada y cómoda, además me cubría lo suficiente, estando desnuda abajo lo agradecía. Antes de todo ordené un poco el desastre que habíamos hecho, recogí algunas prendas que habíamos tirado y las bolsas con los regalos los dejé en la habitación de la castaña que aún dormía.

Revisé que había en la cocina para poder hacer algo, cuando era pequeña Nana me enseñó una forma especial para hacer que la leche quedara más cremosa y hacer un latte perfecto, así que no lo dudé y empecé por preparar un buen café. Con un par de huevos y harina hice la mezcla necesaria para un intento de crepas, tenían bastante fruta así que se me ocurrió que podía ser una buena idea de acompañamiento.

Eran las 8.45 am y todavía no escuchaba movimiento por parte de Uraraka, no sabía muy bien a qué hora saldría pero quizás era mejor y a despertarla. Antes de poder abrir su puerta, llamaron a la principal, la noche anterior cuando llegué escuché cuando ella decía algo del que el cenizo había salido sin llaves, así que pensé que podría ser él y abrí como si nada. Gran error.

-¡Ocha...!

La cara de la inesperada visita cambió tan rápido como la mía, apreté ligeramente el marco de la puerta con una expresión molesta.

-¿Qué haces aquí? -solté.

-Mimi, es una gran sorpresa verte por aquí -ella sonrió mientras alzaba una pequeña bandeja con unos vasos de papel de una cafetería del sector- ¿Gustas uno?

-Sabes que si no es un café preparado en casa me sienta mal -dije de forma innata provocando una sonrisa en ella, me regañé internamente- vuelvo a preguntar, ¿Qué haces aquí?

-Vine por Ochako, le envié un mensaje ayer pero no respondió así que vine a ver qué pasaba.

Suspiré molesta mientras me hacía a un lado para dejarla entrar, su sonrisa algo burlona había empeorado mi mañana.

-Todavía duerme, pero le diré que estás aquí.

Anuncié mientras entraba a su habitación, ella seguía donde mismo así que me senté a su lado para moverla por su hombro.

-Hey, ya debes despertar, el desayuno está listo y Kizuki vino a buscarte -dije con voz dulce a pesar de estar algo molesta.

-¿Kizuki? -ella empezó a abrir sus ojos de a poco, bostezó y me abrazó- saldré en un momento, hoy abrimos más tarde.

-No te tardes o se enfriará.

Me incliné para dejar un beso en su mejilla y volví a la cocina para montar su plato con su café, Kizuki estaba en el sofá pero al verme fue directo hacia donde me encontraba y se apoyó en la mesa mientras miraba lo que hacía.

¡Oye, chica!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora