Capítulo 22

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Ochako

Mi mañana de domingo empezó de lo mejor, el solo despertar y ver a la rubia a mi lado me generó una sonrisa, ella estaba sentada al borde de la cama aún desnuda, hablaba por teléfono con alguien. Con mis dedos recorrí su espalda causándole leves escalofríos, me miró con una sonrisa mientras seguía en lo suyo.

-Evaluaré la situación, Nemuri -decía mientras tomaba una de mis manos para dejar caricias- no es algo que me agrade mucho la verdad.

Me puse un poco en alerta al escuchar eso, me recosté por el costado y la abracé por la cintura mientras ella ahora cambiaba las caricias a mi cabello.

-Te hablaré más tarde por mi decisión, adiós -ella colgó para ahora dirigirme su atención- buenos días dormilona.

-¿Tienes que irte? -mi constante miedo de que se fuera otra vez siempre se hacía presente, me miró con una sonrisa cálida- perdón, no quiero molestarte con eso.

-Quiero hacerte una invitación -dijo alegre- pero por tu trabajo quizás sea algo difícil.

-¡Puedo hacer lo que sea!

-Mi madre llegó a casa -suspiró- se contactó con Nemuri para que me diera unos días más y que la fuese a visitar, la verdad no me agrada nada pero tengo que ir. ¿Quieres acompañarme?

-¡Claro que sí! -solté con una sonrisa- mi madre también vive en Shirakawa go, podríamos hacerle una visita también.

Ella se recostó otro rato conmigo, seguíamos desnudas pero eso no importaba me gustaba sentirla de esa manera, la abrazaba con cariño mientras me hablaba de lo que le había dicho su representante, ya tenían agendadas para unos días más una sesión de fotos y entrevistas en programas bastante conocidos, su concierto en Corea del Sur les había abierto las puertas a varias cosas y ahora las querían en todas partes, creo que nunca había escuchado a su representante estar tan feliz, pero eso era bueno, la gente las escuchaba todavía más, eran reconocidas dentro del mundo de la música, lo estaban haciendo bien.

-Espero que tu madre no me eche a patadas en la primera impresión -bromeé- sé que es una mujer importante pero jamás he escuchado su música ni sabido de ella.

-No te preocupes, vas como mi invitada y como mi novia, no es necesario que sepas todo de ella para caerle bien, a esa mujer es muy difícil que alguien le agrade.

Suspiró con la expresión algo triste, dejé un beso en su frente y sonreí.

-Seré un amor con ella para que se acostumbre a mí, y si no le agrado, tendremos que vernos a escondidas como si fuéramos de preparatoria.

Eso la hizo reír y me relajé, no tenía idea que había detrás de toda esa leve tristeza que apareció en su rostro, pero tendríamos tiempo para conversar sobre ello.

Nos quedamos un rato más en cama pero el hambre nos hizo salir, cada una más desarreglada que la otra, ella seguía usando esa camiseta extra grande y yo solo me había puesto un top con un pantalón corto, cuando fuimos a la cocina vimos que el cenizo estaba preparando comida, pensaba que era el desayuno pero era bastante tarde y estaba haciendo el almuerzo.

-Pensé que estaban muertas -dijo sin apartar la mirada de lo que hacía- ninguna daba señales de vida cuando toqué la puerta.

-Lo siento -vi como Toga hacía una leve reverencia mientras se disculpaba- no reparamos en la hora.

-¡No hagas eso maldita extra! -la regañó Bakugou- somos amigos ¿No? Eso déjalo para las putas celebridades que conoces todos los días, entre amigos no es necesario.

Eso me dejó sorprendida y también a Toga, no solía escuchar a Bakugou decirle a alguien que eran amigos, ni siquiera a Kirishima que era uno de sus cercanos le decía amigo, pero eso quería decir que le había agradado en serio, lo miré con una sonrisa y noté un leve sonrojo en sus orejas, era obvio que estaba avergonzado.

¡Oye, chica!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora