Capítulo XIII

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—Uh... Bueno... —Katsuki pudo observar como Izuku se ponía rígido y completamente nervioso ante la pregunta que le había hecho su madre.

«¿Cómo es que nadie descubrió que era Spiderman si se pone así?»

Por suerte para él, Katsuki sabía mentir con bastante facilidad.

—Tenías que adelantarte y arruinar mis planes, ¿No, vieja? —soltó un bufido pretendiendo estar molesto, lo cuál no era muy difícil.

—¿De qué hablas, mocoso? —reprimió una sonrisa al darse cuenta de que había captado su interés fácilmente.

—Planeaba pasar año nuevo con Deku, aquí —explicó con sencillez—. Para compensar todos los años que no nos vimos y... Bueno... Eso —aunque odiara admitirlo, no le era fácil hablar de como había tratado a Izuku hace tantos años. Apenas y se creía que este lo había perdonado.

Con esas palabras pareció cautivar a todos en esa habitación, menos a su madre, que le lanzaba miradas llenas de sospecha.

Izuku lo miraba con sus enormes esmeraldas brillantes como si fuera la solución a todos sus problemas —lo cual en cierto modo, así era—, y tuvo que apartar la vista de sus ojos antes de que fuera demasiado.

—Bien, supongo que ya tenemos nuestra respuesta —habló Mitsuki, y algo en su voz no le gustó para nada a Katsuki, quien la miró directamente a esos ojos tan rojos como los suyos. La mujer lo miraba con una sonrisa como si acabara de entender algo importante.

«Da miedo cuando se comporta así», sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

Afortunadamente, la guerra de miradas que estaban teniendo ambos rubios se vio interrumpida gracias a Inko, que se había levantado para comenzar a cocinar la comida para esa noche.

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Luego de un no tan gentil intercambio de palabras con su progenitora —la cual le dijo que moviera el culo e hiciera algo útil en vez de quedarse sentado—, Katsuki terminó en la cocina ayudándola a ella y a Inko con la cena, mientras Deku y Masaru hablaban tranquilamente en el comedor, poniendo la mesa.

—¡Mamá, mira esto! —llamó el pecoso, a lo que la peliverde se fue de la cocina dejando a madre e hijo solos.

Y al rubio no le gustaba para nada la mirada pícara que le estaba dando la vieja bruja.

—¿Qué? —no se resistió más y terminó cansandose.

—Nada —respondió ella—. Sólo que sé el porqué no quieres ir a México.

Sudó frío, si la vieja bruja lo descubría estaría en problemas.

—¿Eh? ¿Por qué entonces? —«Muy bien Katsuki, hazte el idiota.»

Mitsuki lo miró como si intentara esconder una obviedad.

—Porque quieres pasar tiempo a solas con Izuku.

«¡¿AH?!»

—Te tomó bastante tiempo la verdad, creí que nunca darías el paso —la buena noticia es que no tenía que fingir que no estaba comprendiendo la situación, porque de verdad no estaba entendiendo absolutamente nada.

—¿Te golpeaste fuerte la cabeza? ¿De qué mierda hablas ahora?

—Aunque te cueste creerlo, eres mi hijo, ¿De verdad creíste que no me daría cuenta de cómo lo miras?

La comprensión de la situación golpeó a Katsuki como un balde de agua fría, pero pronto sintió como sus orejas empezaban a arder y explotó.

—¡NO ES LO QUE ESTAS PENSANDO, VIEJA LOCA!

Tu amigable y vecino, Spiderman y ¿Deadpool?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora