Capítulo VIII

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—¿Así que ahora vives con un tipo con la cara mitad tostada y con el cabello de un bastón de navidad?

—¡Kacchan! Te he dicho que se llama Shoto —lo reprendió por -¿Quinta?- vez en la noche, parece que la manía de Katsuki por nombrar a las personas a su antojo no se había ido en lo absoluto—. ¿Y tú? ¿Has hecho algún amigo?

El rubio hizo una mueca a lo que Izuku reprimió una carcajada. Estaban sentados cada uno en su cama, Izuku en la suya —a pesar de que quiso que Katsuki la usara— y el ojirojo en un futón en el suelo. Aunque habían apagado las luces, la iluminación de la calle y la luz de la luna que colaban por la ventana les permitía ver.

—Conozco a tres idiotas, si eso cuenta —a pesar del insulto, pudo notar que había cierto aprecio hacia ellos—. Al cara de idiota, lo conocí en un bar, el imbécil tenía cero resistencia al alcohol y casi se mete en problemas de no ser por mí. Ahora no puedo quitármelo de encima porque según él "soy su salvación" —rodó los ojos—. A ojos de mapache la encontré peleándose con pelos de mierda por un tinte para el cabello, ella terminó cayendose sobre un puesto de maquillaje y salió de allí con todos los ojos negros, de ahí el nombre.

—¿"Pelos de mierda"?

—Se llama Eijiro, lo que sea que quiso hacer con su cabello le quedó de la mierda; pero según él lo hace ver más "varonil" —se quedó en silencio como si estuviera pensando si debía decir algo o no, pero rápidamente agregó—. A él lo conozco desde hace mucho tiempo, estaba en el mismo lugar que yo mientras intentaban curarme el cáncer, tenía alguna mierda incurable que le hacía extremadamente débil, tenías que verlo, apenas y podía trotar sin que temblara como un chihuahua.

Eso le llamó la atención, hasta ahora, Katsuki no había mencionado nada sobre ese tema.

—¿Cómo fue que te curaron? —soltó sin pensar y Kacchan puso una cara incómoda, se arrepintió al instante en que soltó la pregunta—. ¡No tienes que responder si no quieres! Lo siento no consideré qué...

—No, está bien —suspiró—. Yo sólo... —un ruido de radio se escuchó e Izuku palideció: era la radio que él usaba para captar las conversaciones de los policias—. ¿Qué es eso?

—Eso es... —dudó. Izuku Midoriya dudó si decirle a su mejor amigo de la infancia sobre su vida alterna, pero el riesgo a que Kacchan supiera algo era muy grande, ¿Qué si descubrían la relación entre él y Spiderman y lo usaban en su contra? Si algo le pasaba al rubio por su culpa no iba a perdonarselo nunca—. Una radio que hackeé para saber las conversaciones de los policías e informarme mejor, los noticieros nunca cuentan todas las cosas y siempre alteran los sucesos para beneficio propio —bien, no era toda la verdad pero tampoco era cien por ciento mentira.

«El onceavo piso de las instalaciones Might está en llamas; hace unos minutos se oyó una explosión y varios trabajadores han sido evacuados pero nadie ha visto al famoso Yagi Toshinori, ¿Seguirá allí? ¿Estará bien?»

Mierda, ¿Ahora qué? No podía dejar que le pasara algo al señor Toshinori, era su ídolo básicamente; pero, por otro lado, ¿Qué le diría a Kacchan? Tenía que inventar algo.

—Oh... Espero que todos estén bien... Bueno, ¿Tienes hambre? —el rubio se le quedó mirando, ¿Esa es tu mejor excusa, Izuku?—. Porque yo me estoy muriendo por unas papas, pero mamá nunca compra ya que no son saludables y no le gustan, se que a tí tampoco- bueno, antes ¿Ahora te gustan? Si no las quieres puedo comprar cualquier otra cosa, ¿Venderán algo picante? Supongo que si ¿Quieres-?

—Deku, estás tan ansioso porque a tu ídolo le pueda llegar a pasar algo que necesitas hacer cualquier otra cosa para distraer tu mente, ¿No? —no esperó una respuesta—. Sólo vete, no quiero nada.

Tu amigable y vecino, Spiderman y ¿Deadpool?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora