↑ La Sheriff y La Jefa ↓

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La Vigilante esperó pacientemente para que la pelirrosa pudiera procesar sus palabras, sin embargo, jamás esperó que la sorpresa de Vi se convierta en una fulminante mirada capaz de calar con rudeza sus huesos.

-Mentirosa.- gruñó la peleadora entre dientes desconcertando a la peliazul- ¡Eres una puta mentirosa!- le gritó furiosa.

-¿Qué dices?- logró musitar Caitlyn completamente anonadada por su reacción.

Violet negó con la cabeza y rió con amargura, mientras se pasaba con desesperación sus manos por sus revueltos cabellos. ¿A ese nivel de cinismo había llegado Caitlyn por el sufrimiento de todos estos años? ¿Cómo se atrevía a decir una mentira así para conseguir que regrese con ella?

-¿Tienes la osadía de usar a mi hermana para lograr que tome de nuevo las riendas de Los Carriles? ¿Tan desesperada estás por mi mísera ayuda?- interrogó Vi con voz gutural por el gran esfuerzo que hacía para no estallar y arremeter con ella- ¡Pues estás equivocada, Caitlyn! ¡Tu erudito cerebro piltoviano te falló si crees que voy a caer en esa mentira! ¡Powder jamás dañaría a la gente por poder o simplemente placer, jamás apoyaría a alguien como Silco!- exclamaba irascible, mientras gesticulaba con sus brazos para enfatizar su postura.

Kiramman exhaló claramente ofendida y negó indignada.

-¿En serio me crees capaz de embaucarte con respecto a eso? ¿Respecto a una persona que tú amas y atesoras tanto?- reclamó sin alzar la voz, todo lo contrario, mantuvo un tono sosegado- Al final nunca me conociste de verdad, ¿o sí, Violet?- cuestionó en una mezcla de enojo y decepción.

Vi sintió aquel tono y aquellas palabras como una flecha que fue disparada directamente a su corazón, pero no de forma romántica como lo haría Cupido, sino que fue un ataque ofensivo y no podía permitir que Caitlyn viera el dolor que le causaba la discusión y su acusación. Por lo tanto, la zaunita decidió seguir refutando, así que apretó fuertemente sus manos en puños y apretó su mandíbula hasta que le dolió tanto que tuvo que gruñir para evitar golpear algo.

-¡Eso no es verdad! ¡Powder no sería capaz de...!- Vi no terminó su oración, ya que Kiramman la interrumpió con ímpetu.

-¡Powder ya no existe más!- gritó explotando y sin poder tener más anestesia para la situación.

No obstante, tus palabras tuvieron otro sentido para Vi, quien sintió cómo su corazón dejó de latir unos segundos para luego galopar con ferocidad contra su pecho. Miró con terror a la piltoviana e hizo un esfuerzo sobrehumano para evitar que lágrimas furtivas escapen de sus celestes ojos.

-No, ella...- su voz salió mucho más quebrada de lo que quería sonar, así que carraspeó para volver a hablar- ¿Ella está...?- ni siquiera podía completar la idea, simplemente no podía.

-¡No!- negó Caitlyn de inmediato- Lo siento, no quise darte esa impresión, ella aún está con vida.- se disculpó al intuir lo que la pelirrosa había entendido.

-¿Entonces a qué te refieres?- cuestionó con hartazgo.

No estaban llegando a ningún lado, Cait solo conseguía que su mente diera más vueltas que un carro de la fórmula 1 derrapando en una carrera.

-Es Jinx.- soltó en un suspiro agotado- Powder se hace llamar Jinx desde hace 8 años, la noche en que todo cambió.- añadió tenuemente, mientras observaba a la mujer delante de ella entrar en sus recuerdos y respirar con mucha más intensidad.

"¡Ella trae mala suerte a todos los trabajos!"

Violet recordó la última vez que Mylo le gritó aquella típica frase en la cara de su hermana menor. Habían sido muchas veces en las que él le reclamó por lo mismo, pero la última fue poco antes de la noche con aquel fatídico desenlace. La peleadora dejó de ver el piso a sus pies y conectó nuevamente su vista con la mujer de ojos azules, su respiración era agitada y pesada, intentó cavilar la información que ahora ella le daba, pero sintió que se estaba ahogando en un vasto mar sin tierra cerca a la vista; así que sólo caminó pasando de largo a Caitlyn y salió de la habitación.