↑ La Sheriff y La Jefa ↓

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El primer golpe llegó con fuerza directamente a su pómulo izquierdo, sus sentidos se entumecieron y tuvo que retroceder un par de pasos por el impacto, subió nuevamente sus manos en posición defensiva, pero cuando quiso devolver el golpe su oponente aprovechó su distracción para moverse con rapidez, darle un puñetazo limpio en el estómago que la hizo inclinarse hacia delante y luego otro de sus puños fue otra vez dirigido a su rostro, esta vez al lado derecho.

Vi tuvo que alejarse de su contrincante ante la mirada de sorpresa de todo el público, después de muchas peleas, ella estaba perdiendo.

-¡Joder!- exclamó Jay, un pelinegro alto de ojos cafés y musculoso, pero sin llegar a ser muy fornido- ¿Pero qué le pasa?- cuestionó preocupado al ver a su amiga perder.

-No lo sé.- le respondió la pelirroja de ojos verdes a su lado, era mucho más baja que él, le sacaba más de una cabeza.

Ambos, al igual que la pelirrosa, comenzaron a concentrarse en lo que ahora gritaba el público a su alrededor; Violet dejó de ser la favorita y los vítores pasaron a aclamar el nombre de su oponente. La luchadora gruñó con rabia y se lanzó hacia él, no logró golpearlo a la primera; fue todo lo contrario, recibió unos cuantos golpes más, pero le permitió volver a coger el ritmo y la adrenalina. Al cabo de unos minutos de intensa pelea, Vi consiguió noquearlo y consagrarse como la ganadora una vez más.

-Carajo.- exclamó ella por lo bajo cuando iba a su esquina del ring y se sentaba en la silla que estaba esperándola.

Sus amigos no tardaron en llegar a ella.

-¡¿Se puede saber qué mierda estabas haciendo?!- cuestionó furiosa Luna, mientras clavaba su vista en ella. Vi sólo soltó una risa amarga, antes de hablar.

-Sigo estando invicta, bombón.- señaló con superioridad y al fin levantando su mirada hacia ellos.

Fue cuando el pelinegro y la pelirroja pudieron apreciar las heridas en su rostro, tenía los pómulos en combinaciones de morados, rojos y verdes; el labio superior al lado izquierdo estaba partido y sangrante, la ceja del mismo lado también estaba abierta y derramando sangre por montón. Ellos la miraron con preocupación, la mitad de su cara estaba llena de sangre, y ni hablar del torso, pues a pesar que no podían ver sus heridas de esa zona por su ropa, podían suponer que también estaba lastimada por la forma en la que se encontraba encorvada en el asiento y por tener uno de sus brazos rodeando la zona.

-Será mejor que vayamos a casa.- intervino Jay al ver que las dos mujeres se miraban con desafío mutuamente- Necesitas ducharte, atender tus heridas y descansar.- le dijo a la de ojos celestes.

Vi rodó los ojos con resignación, se puso de pie, buscó al organizador de las peleas, reclamó su dinero de las apuestas y se fue con sus amigos a la casa que compartían.

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Salió del baño envuelta por una toalla asegurada sobre sus pechos, mientras secaba su corto cabello con otra, se dirigió a su habitación, ni siquiera se molestó en cerrar la puerta, simplemente la dejó entreabierta y se disponía a buscar una nueva ropa para dormir, mientras aún caían algunas gotas de su cabello.

Cuando encontró un conjunto de pijama limpio, escuchó que alguien abrió su puerta y se quedó recostado en el marco.

-¿Puedes decir de una maldita vez lo que quieres decirme?- exigió Vi cerrando con fuerza su cajón y sin darse la vuelta, no era necesario, sabía quién era.

-Desde que Jay y tú iniciaron hace 7 años en las peleas, nunca te había visto tener desventaja de esa forma. Estabas lista, pero de repente te desconcentraste. ¿Qué rayos fue lo que pasó?- cuestionó con enojo, pero Violet sólo la escuchaba sin dar la vuelta para encararla, trataba de no perder los estribos y no mandarla a la mierda- ¡¿No vas a contestar?! ¡No tienes ni idea de cómo me sentía al ver que ese sujeto te lastimaba! ¡Me tenías angustiada!- añadió alzando la voz con impotencia, mientras se adentraba a la habitación y quedar a pocos centímetros de su musculosa espalda tapada por la toalla.