↑ 32 ↓

119 14 3
                                    

-¿Y qué hay de los otros dos idiotas que vienen con ustedes?- cuestionó Ekko una vez se alejaron del muro pintado y caminaban de regreso al edificio del que salieron.

Caitlyn miró de reojo a Vi, pues era algo que ella debía contestar.

-Son amigos míos.- informó tajantemente la pelirrosa- No debes preocuparte, son de mi total confianza y ellos también me respaldan. Están de nuestro lado.- aclaró con tranquilidad llevando sus manos a los bolsillos de su chaqueta.

-¿Nuestro lado?- repitió Kiramman frunciendo el ceño- ¿Ellos siquiera saben qué hacemos? Porque incluso yo apenas entiendo que hay lados.- reclamó ella.

-Somos nosotros contra Silco. Es simple.- decretó con brusquedad.

-No creo que sea tan simple.- intervino de nuevo el moreno, llamando su atención- Hay muchas más personas de por medio. Está la gente civil de Piltóver y Zaun, Marcus, los Vigilantes, Los Firelights, los secuaces de Silco, Sevika y... Bueno, Jinx.- número titubeando ligeramente al final.

Violet se limitó a ignorar el último nombre pronunciado por su pequeño hermano.

-¿Cuál es la postura de los Vigilantes?- le preguntó a Caitlyn.

-En realidad, seguimos por obligación las órdenes de Marcus, él fue nombrado Sheriff luego de la muerte de Grayson.- contestó alzándose de hombros y mirando al suelo, algo apenada- Si no lo hacemos, él mismo nos llevaba con Silco a recibir un castigo. No obstante, hay una resistencia entre nosotros.- añadió sintiendo la mirada analítica de Vi penetrando su fibras.

-Un segundo...- habló otra vez el peliblanco- Recuerdo que aún no habías ingresado a la Academia de Vigilantes la última vez que nos vimos, justo antes de que Silco tome el mando, ¿por qué decidiste terminar tus estudios como Vigilante sabiendo que ibas a servir al traidor de Marcus y al mismo Silco?- cuestionó dejando de caminar y girando para encararla a la chica.

-Porque claramente sabía que iba a tener más pesa en mi sociedad siendo una Vigilante; en vez de ser sólo una civil más que tiene un gran apellido, pero que ya no significa nada.- arremetió Cait de inmediato con completa seguridad, pues cuando fue el primer ataque, ella recién iba por la mitad de su entrenamiento para ser una Vigilante.

Los zaunitas lograron identificar la molestia que surgió en aquella pregunta y aún más en la respuesta que dió. No tardaron en deducir que había algo más detrás

-¿Y tú fuiste castigada?- cuestionó ahora la de ojos celestes con voz suave y cautelosa.

La peliazul sostuvo su mirada sobre la de ella unos segundos, antes de responder.

-Solo un par de veces.- dijo, mientras volvía a alzar sus hombros menospreciando lo ocurrido- No obtuve castigos tan severos, siendo honesta. Soy muy buena para escabullirme entre las calles y evitar que me vean robando suministros de los almacenes de la ciudad, solo lograban atraparme cuando iba con un Vigilante más y yo le daba tiempo de huir.- relató con una sonrisa nostálgica.

-No sabía que también estaban tan mal las cosas allá arriba.- soltó Ekko en tono de disculpas.

-Con Vi de vuelta y Los Firelights uniéndose con nuestra resistencia, ahora tenemos una oportunidad.- soltó ella manteniendo su sonrisa, la cual fue correspondida por él.

-¿Cuántos hay en esa resistencia tuya?- interrogó nuevamente la peleadora.

Sin embargo, antes de que Kiramman pudiera responder, una estruendosa alarma resonó por toda la base y, de inmediato, Los Firelights a su alrededor empezaron a gritar y correr en diferentes direcciones.

-¿Qué sucede?- exigió saber la más alta.

-¡Vayan por sus armas a la armería!- el chico decidió ignorar su pregunta y le dió órdenes a su gente que seguía moviéndose de un lado a otro- ¡Todos a sus puestos defensivos!- añadió con autoridad.

↑ La Sheriff y La Jefa ↓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora