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Caitlyn caminaba con prisa por las calles de su cambiada ciudad, hace años podías trasladarte sin tener algún temor por Piltóver, pero ahora tenías que estar siempre atento a lo que pasa a ti alrededor, pues los hombres de Silco rondan por cada rincón, sin mencionar a la más peligrosa: Jinx.

La chica se desvió de su zona de patrullaje y comenzó a apresurar aún más el paso cuando estaba por llegar al almacén que antes le pertenecía a la gente, pero ahora sólo a Silco. Sin embargo, giró su rostro al oír cierto escándalo en una calle a su derecha, allí vió a un grupo de matones de Zaun atormentando a una familia piltoviana, liderados por Sevika.

-¡Oigan, ya déjenlos en paz!- les gritó con enojo y acercándose al lugar tomando por precaución su rifle.

-Pero miren a quién tenemos aquí, la escurridiza Kiramman.- habló Sevika despectivamente en cuanto la vió- ¿Qué haces tú por aquí? La zona que te asignó Marcus es por el puente.- gruñó acercándose para intimidarla.

-Eso no te incumbe.- bramó iracunda la ojiazul.

-¿Sabes? Justo ayer tu Sheriff nos advirtió a Silco y a mí que ciertas guarniciones del almacén están desapareciendo otra vez.- informó con una intranquila calma y Cait desvió fugazmente su vista a la familia detrás de la morena- ¿Tú no tienes nada que ver con eso o sí, Kiramman?- interrogó y la mencionada tuvo que apretar su agarre a su arma para no perder los estribos.

-No sé de lo que me hablas.- negó rápidamente- Pero sí sé que gracias a tu jefe, sus secuaces y toda la destrucción que están creando, están dejando a Piltóver en la ruina y no importa que ustedes se roben nuestras provisiones, porque ya no tenemos comercialización ni dinero, así que esas provisiones se acabarán en cualquier momento y ustedes también se morirán de hambre.- arremetió tratando de no escupir todas y cada una de sus palabras.

Sevika sólo mantuvo su postura relajada, pero a la vez intimidante. No obstante, antes de que diga algo más una explosión cerca al centro de la ciudad detonó.

-Es ella.- susurró la mayor con disgusto- ¡Vámonos!- se dirigió a sus hombres y corrieron cuando otra explosión retumbó.

-¿Todos bien?- le cuestionó Caitlyn a la familia, quienes asistieron aturdidos.

Aquella respuesta fue suficiente para ella, así que decidió no perder más tiempo y también corrió hacia donde ocurrían las explosiones. Cuando estaba más cerca, vió cómo un grupo de enmascarados llegaban con una especie de aerodeslizadores y tampoco era la primera vez que intervenían en un atentado contra su gente. No sabía quiénes eran, solo intuía que eran de Zaun.

Al llegar al lugar, vió a Marcus dirigiendo a los Vigilantes para que ataquen al grupo denominado Los Firelights; mientras que Sevika trataba de detener a la peliazul de trenzas.

-Piensa volar el puente.- murmuró para sí misma al ver que Jinx no se alejaba del inicio del mismo.

¿Por qué quería terminar la conexión entre la reciente Zaun y la destrozada Piltóver? ¿Tal vez para que los piltovianos no escapen de la dictadura de Silco? ¿Los zaunitas ya no tenían derecho a subir? ¿Cuáles son exactamente los planes de Silco y Jinx para ambas ciudades?

Dejó sus pensamientos a un lado y subió a una estatua para acomodarse en lo más alto y apuntar a la terrorista.

-¡Malditos piltovianos, sé que muchos de ustedes se quieren ir!- empezó a hablar la desquiciada joven, antes de soltar una estridente carcajada e ignorar por completo a la mano derecha de quien consideraba ahora su padre- ¡Pero ya no podrán escapar del mandato de Silco! ¡Yo no dejaré que eso pase! ¡Ustedes se merecen toda la mierda por la que están pasando! ¡Ustedes le dieron la espada a los zaunitas y ahora nosotros nos independizamos de esta maldita ciudad!- gritaba con rabia justo ante de sacar una de sus bombas.

↑ La Sheriff y La Jefa ↓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora