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Después de unos minutos sus sollozos fueron disminuyendo, las lágrimas dejaban de rodar por sus mejillas y su respiración volvía a normalizarse. Llevó sus manos a su rostro para secar sus ojos y se puso de pie. Observó el cuerpo de la admirable mujer y apretó el agarre a su escondida arma con ambas manos.

-Voy a descubrir qué te sucedió y me aseguraré que el culpable no quede impune.- le prometió con rabia.

Tras aquel juramento, desvió su vista y analizó el área cerca del cuerpo para ver si encontraba alguna pista por donde empezar. Y vaya que sí la encontró. Abrió en demasía sus ojos y su boca ahogando un grito al encontrar un rastro de sangre.

Caitlyn no sabía de quién, a dónde la llevaría o si aquella sangre tiene relación con el asesinato de Grayson, pero estaba en una ciudad peligrosa, con el cuerpo muerto de la mujer a la que aspiraba imitar y acababa de prometerle, algo en que no pensaba fallar.

Así que se aferró bien al rifle bajo su abrigo y siguió el camino de sangre.

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Minutos antes...

Mientras que en la sala que compartían los hijos de Vander, debajo del bar, los dos varones sacaron todas los posibles objetos que podían servir como armas. Teniendo como arma principal los guantes de metal de su padre.

-Bien, si los Vigilantes deciden atacar, estaremos listos.- anunció Mylo mirando con satisfacción lo que reunieron sobre la mesa.

-¡Quiero el bate!- dijo Claggor, quien intentó tomar lo mencionado, pero su hermano lo interceptó antes.

-¡No, no, no, no!- le negó dándole un manotazo impidiéndole llegar a su objetivo- Yo lo encontré.- declaró cruzando sus brazos y el de lentes refutó en un gruñido.

-Pero yo lo pedí.- aclaró.

-¡Deja de ser un gran bebé!- le gritó el moreno- Te estoy diciendo que yo lo encontré, así que yo me lo quedo.- argumentó justo antes de que la puerta se abriera y vieran bajar por las escaleras a una Vi bastante abrumada.

-¡Regresaste!- exclamó Powder en alivio cuando apenas llegó a ella para abrazarla por fuerza por el abdomen, puesto que pensaba que, al final, no iba a volver por entregarse a los Vigilantes.

La pelirrosa no pudo contestarle a la menor, las palabras se atoraron en su garganta cuando abrió los labios para hablar, tampoco pudo corresponder el abrazo, sólo abría sus ojos mostrando un temor que no es usual en ella. Se alejó con sutileza de la peliazul, caminó hacia la mesa y, con la mano temblorosa, quiso tomar los guantes del Jefe.

-¡Oye!- Mylo no dejó que los tome, así que tomó su mano con la suya, para su sorpresa, Vi no hizo ningún movimiento brusco para soltarlo- Esos son de Vander, más despacio, tranquila. ¿Qué sucede?- le cuestionó algo desconcertado de verla tan ensimismada y aterrada.

-Benzo está muerto.- soltó afligida y cerrando los ojos con fuerza.

Los demás se estremecieron por la noticia.

-¿Muerto?- repitió Claggor sin llegar a creer por completo en ello, sobre todo, por el impacto que había tenido Benzo en la vida de ellos.

Mientras que a Powder se le vino un nombre a la cabeza de inmediato: Ekko.

-Se llevaron a Vander.- siguió informando la mayor, haciendo un gran esfuerzo para que su voz no se quiebre- No sé quién se lo llevó, estaba encerrada, pero tengo que ayudarlo.- decretó con más firmeza.

↑ La Sheriff y La Jefa ↓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora