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Parpadeó rápidamente, viendo a la mujer aún lado del oji-café y sus mejillas se tiñeron de carmín mientras daba un paso atrás.

— Hola, Niurka. — saludó nervioso jungando con sus dedos.

La rubia sonrió y se puso de pié.

— Hola, Joaquín. — saludó sin poder borrar su sonrisa. — Tanto tiempo, ¿Cómo has estado?

— Bueno, sigo vivo, eso es algo bueno ¿No? — ladeó su cabeza.

Soltó una cantarina risa.

— Es muy bueno, cariño. — respondió demasiado feliz, aún más de lo que había imaginado al verlo otra vez. — Debo hablar con el doctor, los dejaré sólos. — informó para luego besar la frente de su hijo. — Te amo, bebé. Vengo en unos momentos. — Osorio asintió sin decir más, entonces ella volteó y se dirigió hacía la puerta. — Es agradable verte de nuevo, Joaquín.

Asintió. — Gracias, Niurka, es agradable verla de nuevo a usted también. — Niurka salió de la habitación dejando a los dos sólos, entonces Bondoni volvió a acercarse a la cama. — ¿Cómo te sientes, Emilio? Lamento haber venido sin avisar, pero dijiste que podríamos ser amigos y creí que venir a verte aquí es lo que un amigo podría hacer. — agregó viendo sus pies todavía algo nervioso.

Las comisuras de sus labios se elevaron un poco cuándo palmeó el lugar libre.

— Siéntate, Joco. — pidió, el castaño hizo una mueca, sin embargo, se acercó sentándose a su lado. — Tienes razón, es lo que los amigos hacen, gracias por estar aquí y estoy un poco mejor ahora. — respondió.

Los ámbar lo observaron por unos segundos antes de desviarse y no pudo cambiar su mueca de preocupación.

— ¿Te duele algo? ¿Te sientes mal?

— No, sólo, estoy muy enojado. — masajeó su cuello antes de levantar la mirada. — ¿Tú estás bien?

Ladeó la cabeza mientras fruncía el ceño.

— Estaba muy preocupado por tí, tenía mucho miedo, es la segunda vez en 1 semana qué estás en un hospital, Emilio. No quiero verte aquí de nuevo. — dijo con un tono de angustia. — y también estoy muy enojado, no te mereces nada de ésto y ese chico es un... Un... — su pecho comenzó a subir y bajar con rapidez mientras apretaba sus manos con fuerza. — Lo odio.

Bufó antes de sonreír.

— También lo odio... Y la palabra correcta para describirlo sería que es una puta mierda, un hijo de puta. — escupió con tono seco.

Bondoni lo miró rápidamente antes de elevar sólo un poco sus comisuras.

— Dijiste una mala, mala palabra. — reclamó ganándose una pequeña risa por parte del mayor. — pero es exactamente cómo lo llamaste. — ¿Cuándo puedes volver a casa?

Encogió sus hombros. — Espero que pueda hacerlo hoy mismo, no quiero estar aquí.

Asintió lentamente. — También espero que puedas irte hoy, te sentirás mejor en tu casa.

— De seguro iré a casa de mis padres, no quiero volver a la mía por un tiempo. — murmuró por lo bajo.

— Correcto. Podría.. si tú quieres... — se removió inquieto en su lugar. — si me dejas, podría ir a verte a tu casa. Es lo que los amigos hacen, ¿No?

Volvió a sonreír, ésta vez de verdad.

— Claro que puedes, es lo que los amigos hacen. — dijo concordando con el castaño. — Joaquín, yo-...

¿Can I Hold You Again? // Adaptación Emiliaco - 2° Temp. de ¿Puedo Abrazarte?  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora