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— Puedes trabajar en la empresa hasta las 12 del mediodía y luego tener toda la tarde libre para comenzar tu tratamiento. - sugirió la pelinegra reposando su cabeza contra el hombro del rubio.

— Leidy, estoy tomándome mucha confianza cómo el segundo al mando, si tu padre se enterara-...

— El viejo no dirá nada porque ya no compete lo que haga ó no haga en la empresa, además, tú eres mí hermano. Lo mío es tuyo.

— Si, pero-...

La melodía ya bastante conocida del celular de la pelinegra comenzó a sonar.

—Aguarda. — dijo tomando el aparato. — ¿Bebé? ¿Qué suc-...?... Bebé, cálmate... Escúchame, ya iré a casa, ¿Bien?... Mí amor, está bien... Por favor, no te alteres, todo estará bien... Dios... Sé que es algo grave, pero confía en mí, él estará bien... Porque creo firmemente en ello... Ely, cálmate... Basta, mí amor, por favor, ya voy. — colgó la llamada levantándose inmediatamente de la cama. — No, mierda. —soltó con su voz quebrándose al mismo tiempo que tomaba su chaqueta.

El oji-café lo imitó, genuinamente preocupado por la actitud de la pelinegra.

—¿Qué sucede, Leima? ¿Qué pasó? ¿Elyzabeth está bien? ¿Joaquín está ahí?

Negó. — Nada, no te preocupes. —  respondió. — Yo... Mierda, te llamo luego, Emilio. — agregó tratando de escapar de los cuestionarios de su mejor amigo. Salió de la habitación a toda prisa para luego abandonar la casa.













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No tardó más de 10 minutos en llegar a su casa después de haber conducido a toda la velocidad que su auto aguantaba y es que Elyzabeth hace muchísimo tiempo que no sufría de crisis. Trataba de organizar sus prioridades, mantener la calma y la mente en frío para no descolocarse ella también. Lo primero que haría sería: tranquilizar a Elyzabeth. Lo segundo sería tratar de asimilar el hecho de que Joaquín estaba enfermo y sacar todo su optimismo; fuerza y hasta su fé.. La tercera: buscar todas las posibilidades para mantener todo en orden y que nada se fuera a la mierda y la cuarta, pero no menos importante: encontrar la forma de que Emilio no se enterara de nada el mayor tiempo posible..

Bajó del auto una vez que lo estacionó en el garaje, para después entrar a casa y encontrar una escena que le quitó el aliento. Elyzabeth estaba dando vueltas de un lado a otro mientras gritaba, lloraba y negaba, todo mientras que Joaquín se encontraba casi en el mismo nivel, pero al contrario de la ojinegra, era el castaño quién intentaba tranquilizar el ambiente. Cosa que no estaba resultándole positivamente.

Era todo un caos.

— Ely, cálmate, mí amor. — dijo agitada al mismo tiempo que se interponía en el andar de la ojinegra

¿Can I Hold You Again? // Adaptación Emiliaco - 2° Temp. de ¿Puedo Abrazarte?  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora