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1245 palabras

El camino de vuelta a las murallas fue incómodo para ambos, se podía cortar la tensión que había en estos momentos entre ellos, sobre todo porque Emma se encargaba de mantenerse alejada de él mientras que el azabache no le quitaba el ojo de encima en ningún momento, a pesar de que se había comportado como un idiota seguían en peligro así que seguiría manteniendo sus ojos en ella hasta que llegaran al cuartel y pensara de manera clara como intentar disculparse con la joven.

La misión había sido todo un éxito, a penas y hubo bajas entre los soldados más jóvenes, además de todo ello, habían conseguido obtener información de la vegetación fuera de los muros, esta era mucho más abundante y Hange pudo observar que los suelos eran incluso más fértiles que los del muro María. 

La entrada al cuartel se sintió como cruzar el umbral de una tormenta, y la tensión entre Levi y Emma persistía como una sombra. Aunque la misión había sido exitosa, la atmósfera estaba cargada con la incomodidad que ambos compartían. Emma se apresuró a retirarse a sus aposentos, deseando dejar atrás el incómodo viaje y procesar los eventos del día.

Levi, por otro lado, se encontró solo en su despacho, enfrentándose a sus propios demonios. Sabía que su comportamiento había sido inaceptable, pero las palabras adecuadas para disculparse se le escapaban. La frustración de Levi Ackerman resonaba en la quietud de su despacho, como un eco constante de sus propias torpezas. Cada palabra mal elegida durante la misión se repetía en su mente, creando un bucle interminable de autorreproche. Sabía que tenía sentimientos hacia Emma, pero enfrentarse a esa verdad le resultaba abrumador, y sus intentos de expresar esos sentimientos habían sido más desastrosos de lo que estaba dispuesto a admitir.

Cerró los ojos, tratando de desentrañar el nudo de emociones que lo atormentaba. "¿Por qué tengo que complicarlo todo?", se preguntó en voz baja, aunque nadie más estaba allí para escucharlo. Los sentimientos hacia Emma eran como un torbellino en su interior. Era consciente de que cada gesto suyo, cada mirada, le afectaba de maneras que no podía entender completamente. Sin embargo, en lugar de abordar esas emociones de manera directa, Levi optaba por la muralla de la indiferencia y la frialdad, una muralla que él mismo se había construido a lo largo de los años.

No sabía como lo hacia pero, cuando hablaba con Emma, su lengua parecía ser más afilada de lo normal. Cada palabra era un intento desesperado de ocultar la vulnerabilidad que sentía. La imagen de la fortaleza y la indiferencia era su escudo, su forma de evitar enfrentarse a los sentimientos que lo atormentaban. Pero, con cada interacción, ese escudo parecía volverse cada vez más endeble.

En la privacidad de su habitación, Emma se sentía atrapada en un torbellino de emociones contradictorias.  La misión había sido un éxito, pero la tensión entre ella y el Capitán Levi Ackerman persistía, dejándola sumida en una sensación abrumadora de frustración.

Había dado un paso adelante al unirse a la expedición, buscando demostrar su valía como soldado y ganarse el respeto de todos los que antes la llamaban bruja y así darle una mejor vida a su madre. Sin embargo, cada palabra mal interpretada o mirada fría de Levi la hacía sentir que retrocedía dos pasos por cada avance. La sensación de haber "metido la pata" se aferraba a ella como una sombra constante. La joven soldado miró su reflejo en el espejo, tratando de encontrar respuestas en sus propios ojos. Se recordó a sí misma que era una recién llegada, que no había tenido la oportunidad de conocer completamente el temperamento de Levi. Sin embargo, el nudo en su estómago persistía, y la incertidumbre sobre su relación con el capitán la hacía sentirse vulnerable.

Emma se decidió salir de su habitación y buscar respuestas, pero, al parecer su capitán se había adelantado, ya que al abrir la puerta le encontró alli, de pie, a Emma le era muy dificil intentar leer las expresiones del azabache, sin embargo, en ese instante, pudo encontrar arrepentimiento en el brillo de sus ojos.

-Mocosa-comenzó Levi, su voz más suave de lo habitual. -Tenemos que hablar, así que déjame pasar-Ella asintió y se echó a un lado, aunque la confusión persistía en sus ojos

Levi inhaló profundamente antes de continuar, eligiendo cuidadosamente sus palabras. -Sé que me comporté de manera inaceptable durante la misión. No hay excusa para ello, y lamento las palabras hirientes que dije- Emma lo miró, sus ojos buscando sinceridad en las palabras de Levi.

-Entiendo, creo que yo también tuve la culpa y le hice...- La chica fue cortada de repente, aunque había una gran separación entre ambos, ellos no lo sentían así

- No hay una razón válida para mi comportamiento. A veces, dejo que la presión me afecte más de lo que debería, y eso no es excusa para tratarte de esa manera- El azabache se sorprendía de que pudiera decir esas palabras de manera tan clara, en su vida, nunca se había disculpado con nadie.

La confusión en los ojos de Emma se mezclaba ahora con un atisbo de comprensión. Sin embargo, ninguno de los dos se atrevía a abordar el tema subyacente de sus emociones no expresadas. -Es solo que... las cosas se complican-, murmuró Levi, desviando la mirada.

Emma asintió lentamente, sintiendo la tensión en el aire. -Sí, se complican-. Ambos se extendieron la mano en un gesto de reconciliación, dejando atrás el malentendido y las palabras hirientes. Aunque no habían resuelto completamente el dilema de sus sentimientos, al menos habían dado un paso hacia la comprensión mutua.

El tacto de la mano de Emma contra la suya envió una corriente eléctrica a través de Levi. Se sorprendió de la intensidad de la sensación, una mezcla de calidez y nerviosismo que no esperaba. Era como si ese contacto hubiera abierto una puerta a un conjunto de emociones que preferiría no reconocer. La pelirroja notó la sorpresa en los ojos de Levi, pero también sintió algo, una chispa de conexión que iba más allá de las palabras. Aunque había incertidumbre en el aire, la atmósfera había cambiado. 

El azabache sin entender completamente lo que estaba sintiendo, se encontró deseando más. Deseaba explorar esa conexión, entender qué significaba realmente. Deseaba encontrar el porqué sus manos eran tan suaves, porqué de repente su mente y su cuerpo pedían por más, y sin siquiera notarlo ya se encontraba a escasos centímetros de distancia con su otra mano apoyada en la mejilla de la menor, ambos corazones latían al mismo compás. Justo cuando los dos estaban a punto de sumergirse más profundamente en ese momento, la puerta de la sala se abrió abruptamente. 

La figura de Hange Zoë apareció con una sonrisa maliciosa en el rostro.

-¿Es este el lugar correcto para el romance, chicos?- bromeó Hange, ignorando la expresión de molestia en el rostro de Levi. Emma se retiró de inmediato, dejando caer la mano de Levi. La interrupción repentina dejó una sensación de inconclusión en el aire, como si estuvieran a punto de descubrir algo importante y, de repente, se les escapó.

Levi, aunque visiblemente contrariado por la interrupción, no pudo evitar sentir una mezcla de alivio y deseo frustrado. -Mañana a las 5 en el campo de entrenamiento mocosa- dijo Levi, su voz ligeramente ronca. Con esa promesa no dicha en el aire, Levi y Emma se separaron, cada uno llevándose consigo la sensación inesperada de lo que podría haber sido. La puerta se cerró detrás de ellos

MIDNIGHT RAIN. LEVI ACKERMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora