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1327 palabras

Después de un año compartiendo momentos íntimos con Emma, Levi se encontró reflexionando sobre la verdadera naturaleza de la intimidad. Para él, la proximidad emocional con Emma superaba con creces cualquier encuentro físico que hubiera tenido antes. En su vida marcada por la guerra, descubrió que la ternura de un abrazo o el roce suave de sus manos generaban una conexión mucho más profunda que cualquier gesto más explícito.

Aunque no habían tenido encuentros íntimos, Levi contemplaba a Emma con una reverencia que rozaba lo divino. No solo la admiraba por sus habilidades, sino que también la veía como una diosa de la belleza, cada rasgo y gesto resonando en su mente como una obra maestra. Sin embargo, aunque despertaba en él un apetito sexual, Levi temía incomodar a la joven al expresar sus deseos. La misma adoración que sentía por ella también lo llenaba de respeto y temor de cruzar límites que pudieran hacerla sentir incómoda.

Por otro lado, para Emma, la atracción palpable entre ellos y la conexión emocional creaban una base sólida para explorar una intimidad más profunda. Sin embargo, la imagen de Levi como una figura fuerte y respetada a veces generaba una barrera mental, haciéndola cuestionarse si estaría a la altura de las expectativas o si su falta de experiencia afectaría su conexión con él.

En medio de este laberinto de emociones, ambos se enfrentaban a una encrucijada, equilibrando sus propios deseos con la necesidad de preservar la belleza única de su conexión. Reconocían que la evolución de su relación requeriría paciencia, comprensión y un delicado equilibrio entre el deseo y la preservación de lo que ya tenían. La introspección y la comunicación franca se revelaban como elementos esenciales para avanzar hacia un entendimiento más profundo y una intimidad más plena entre ellos.

***

Emma confió a Hange sus preocupaciones más íntimas, adentrándose en el complejo entramado de tabúes y expectativas sociales que pesaban sobre las mujeres en lo concerniente a las relaciones sexuales. La conversación puso al descubierto una ansiedad profunda que trascendía la mera inexperiencia, ahondando en las presiones y estigmas que las mujeres a menudo enfrentaban en este ámbito.

- Me preocupa no poder estar a la altura de las expectativas de Levi por eso de que soy novata en esto- compartió la pelirroja con sinceridad.

Hange, siempre consciente de las complejidades sociales y culturales, asintió con empatía, reconociendo la carga adicional que recaía sobre las mujeres en relación con las expectativas sexuales.

-Pero escúchame bien, tu valía no tiene nada que ver con cuántos hombres hayas llevado a la cama. Eres una persona completa y mereces amor y respeto, sin importar lo que digan los demás- respondió la científica con convicción.

Emma asintió, agradecida por las palabras de Hange, que la hacían sentir comprendida y apoyada. Sin embargo, la raíz de su preocupación seguía ahí, latente, y sabía que necesitaba hablar con Levi sobre ello para poder seguir adelante y superar los obstáculos que la sociedad ponía en su camino en cuanto a su vida íntima.

-Mira, creo que sería bueno que hablaras con Levi sobre todo esto- sugirió Hange con una sonrisa alentadora. -Él te eligió por quien eres, y la clave de cualquier relación es la comunicación. Si le hablas de tus preocupaciones, seguro que os entenderéis mejor y fortaleceréis vuestro vínculo.

-Tienes razón, Hange. Supongo que tengo que dar el paso y ser honesta con Levi sobre cómo me siento- respondió Emma, con determinación. -Solo espero que pueda entender mis inseguridades y que podamos enfrentarlo juntos.-

Hange asintió, mostrando confianza en la capacidad de Emma para enfrentar este desafío. Con aliento y apoyo, la de gafas dejó a Emma con la certeza de que la comunicación abierta sería clave para superar las barreras y fortalecer la conexión única que compartía con Levi.

MIDNIGHT RAIN. LEVI ACKERMANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora