OO4.

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19:54.

— Dime cómo te fue y suéltame todo ya. — Bae Min le pide a Sebin apenas y le ve cruzar la puerta.

— Hola Sebin, ¿Cómo te ha ido en tu primera guardia? Oh, Bae. Muy bien, gracias por preguntar. — La pelinegra se burla cerrando la puerta detrás suyo.

— Ay, mucha etiqueta. Venga, dime dime dime. — Dando pequeños saltitos, espera a que Sebin se frene frente suyo y la toma de sus brazos. —¿Lo has visto?

Sebin guarda el silencio por unos segundos, sus manos se posan en su cintura y deja su peso en su pierna derecha, asiente con lentitud y Bae suelta un chillido dando otro saltito.

— Le ha tocado guardia la misma noche que yo, pero algo me dice que eso tuvo que ver con alguno de los demás. — Su amiga ríe por ello. — Pero sí le he visto y joder, el tipo se ha vuelto tan...

—¿Tan?

— Tan rompe ovarios. — Culmina mirándola con un pequeño puchero. — Mujer, está mucho más entrenado, dejó crecer su cabello y lo tiene con ondas... ¡Es que está tan precioso, joder!— A final de cuenta, chilla tomando sus cabellos y tirando de éstos un poco. — Además creo que se ha hasta tatuado, a pesar de llevar una remera debajo del ambo, pude notar algunos en su mano y algo dentro de mí dice que se ha mandado tremenda manga.

Joder, había sido todo un reto para ella mantenerse más que firme con él. Pero tampoco podía ir como si nada a lanzarse en sus brazos para pedirle perdón o algo por el estilo.

Si él quería volver a acercarse, debía ganarse la confianza que una vez le tuvo. Por el momento, sería un trato de Médico— Enfermera y ya. Nada más.

Y aunque se muriera por cogerlo y besarlo, sabía soportar sus ganas, porque el orgullo y dignidad le valía mucho más. Nadie podría lastimarla de nuevo, ni mucho menos dejarla sufriendo. Sabe lo que vale.

— Te dije que JungKook había dado un cambio físico muy grande. — Bae le recuerda enrollando su brazo en el de Sebin mientras la lleva hacia la sala de estar. — Pero dime, ¿Que ha hecho cuando te vio?

Sebin se queda callada unos segundos y ríe negándose. JungKook parecía haber visto un fantasma. Pálido hasta el alma y muy nervioso.

No iba a negarlo, le gustó verlo así de nervioso por ella.

— Parecía haber visto un fantasma, apenas y entre con Jin se quedó callado y si no era yo quién tomaba la iniciativa de saludarlo, él no lo iba a hacer y estaríamos aún allí en Guardia. — Explica con media sonrisa de por medio. — Eso sí, no dudó en demostrar lo molesto que se encontraba por haberme visto con Yixing en la cafetería.

—¿Yixing dices?— Sebin asiente. — Vaya, le has conocido eh.

— Sí, un tío muy majo. Por lo menos, eso es lo que me ha dejado ver en estas horas.— Bae puede notar la pequeña sonrisa que se escapa de Sebin. Ella abre su boca impresionada. —¿Qué?

— Te gustó.

Ni siquiera lo pregunta, lo afirma mirándola con picardía. Sebin niega y se suelta de su amiga para dejar su mochila en el sofá y desplomarse en éste. Bae Min le sigue y se sienta de su lado.

— Sebin.

—¿Uhmm?

—¿Te gustó Yixing?

— Yo dije que era un tío muy majo, no dije que me gustaba, Bae. — Le recuerda apuntándole. — Aunque no voy a negar, es guapísimo. Alguna que otra paciente perdía baba cuando le veían.

—¿Y quien no? Es guapo, Sebin. — Bae está de acuerdo. — No estaría mal que te gustará.

— Pero no me gusta.

Hey, Doctor Jeon! [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora