24.

825 83 57
                                    


Siete semanas después.



JungKook.

— Estoy nerviosa, cariño. — Sebin toma mi mano y la aprieta levemente.

Quiero decir que estoy tranquilo, pero en realidad sería una vil mentira. Porque vamos, estoy nervioso y ansioso.

Hoy es su primera ecografía.

¡Y estoy malditamente nervioso de solo verle!

— Tranquila Sebin, eso no duele. ¿Verdad, papá?— Hye Kyo llama su atención con una sonrisa inocente.

Señorita «Papá me duele la cabeza y me siento mareada», quiso acompañarnos e increíblemente, comenzó a sentirse mal cuando supo que el día de la ecografía era hoy.

—¿Por qué te has parado rápido? Dijiste que estabas mareada. — Yo indago y alzo una ceja.

—¡Oh, me mareé!— Y nuevamente vuelve a sentarse en su lugar.

Yo ruedo los ojos y froto mi frente antes de decir algo, Sebin lo único que hace es reírse de las cosas que hace Hye Kyo.

—¿Sabes? Si te sientes mal, no puedes ir a clases de baile hoy. ¿Entiendes eso, no?— Mirándola fijamente, puedo notar como sus ojos se abren y sus pupilas se dilatan.

¡Ajá!

— Puedo tomar una pastilla para que se me pase, ¿Verdad, Sebin?— Volviendo a levantarse de sopetón, va en busca de un auxilio.

Un auxilio que claramente tiene en cuanto toca la mano de Sebin.

— Claro que sí, bebé. Yo tengo unas que te dejan como nueva.

Al demonio mi intento de hacerle la contra.

¡Es imposible con dos mujeres cuyo pasatiempo es hacerme ver estrellas!

— No ayudas, ¿Sabes? — Soltando un bufido, escucho nuevamente la risa de Sebin y ella solo puede acercarse para besar mi mejilla. — Bien, quizás ayudas. No tanto, pero ayudas.

—¿Por qué eres tan blando con Sebin y conmigo no?— Hye me protesta mientras se sienta de golpe en mi regazo.

— Hye, ¿Tú sabes que si tu papá es blando conmigo, yo puedo conseguir las cosas más fácil para ti, verdad?

Hija de su...

— Me siento usado. — Protesto cruzándome de brazos.

Y aunque intento dejarlos así, Hye Kyo hace fuerzas y cuando los dejo a ambos lado de mi cuerpo, ella me abraza para dejar su cabeza en mi pecho.

— Entonces puedes seguir siendo blando con Sebin. — Murmura.

Para estas alturas, ya no me queda más que reírme de mi propio pozo.

Ya estoy mentalizandome para cuando tenga unos 16—17 años. Sé que voy a sufrir, pero no importa, estoy preparado para lo que sea.

Claro, menos para cuando me diga «Papá, mira este es el chico con el que estoy saliendo» o si es mujer. Sea cual sea, voy a aceptar sus gustos.

Porque ¿Quién soy yo para obligarla a estar con alguien que no es de su agrado y menos gusto personal? Ostias, no.

Pero primero me va a dar un síncope y luego revivo para hacer de las mías. Sí, ya tengo todo planeado.

—¿A que hora es mi turno? Yo... Uh.— Sebin acalla sus palabras y su mismo rostro se contrae.

—¿Náuseas?— Pregunto algo preocupado. Hye se endereza y toma su mano dándole apoyo.

Hey, Doctor Jeon! [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora