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Ayer habíamos llegado super tarde del lago, nos divertimos tanto con mis hermanos, Regina y mi novia, que se nos había olvidado avisarles a mis papás a que horas llegábamos, ayer habíamos hecho una apuesta mientras nos bañamos, y era el que tardará menos tiempo bajo el agua se iba a tatuar algo que quiera la otra persona que ganó, en efectivo yo gane y Leila perdió así que me tocarla llevarla a tatuarla.
Había decidido llevarla a un lugar con un amigo de confianza acá en Michoacan, obvio ya le había dicho.
—Estas nerviosa flaca?-. Le pregunté a mi novia.
—Un poco-.
—¿Ya decidiste que hacerte?-.
—Quiero varios, siempre me he querido tatuar, pero no me había animado-.
—Pues yo creo que vamos a estar ahí un buen rato-. Le dije y le sonreí.-Haber tus prospectos-.
—Van a ser sorpresa cariño-. Me beso.
Después de eso salimos camino a el estudio donde nos iban a tatuar.
—Hola viejo-. Salúde a mi amigo.-Vengo a que mi bella mujer se haga sus primeros tatuajes, y nadie mejor que tú-.
—Excelente amigo, muchas gracias por el aprecio, bien mija, tú debes ser Leila-. Le dijo estrechando su mano.
—Asi es, mucho gusto-. Le respondió amable mi novia-.
—El gusto es todo mío, bueno pues pásale para empezar-.
Como iba a ser sorpresa me quedé afuera, habían dos tatuadores, un hombre y una chica, ella iba a tatuar a Leila mientras mi amigo me iba a tatuar a mi, la muchacha ya me había tatuado antes y vaya que lo hacía bien, por lo que le confié a mi novia.
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Me metí al estudio y estaba una joven tatuada de pies a cabeza.
—Hola hermosa, te voy a tatuar yo, ¿Esta bien?-. Por mi mejor si me tatuaba una mujer que un hombre.
—Perfecto-.
—Bien, recuéstate acá y muéstrame que tienes en mente-.
Seguido me acoste en la camilla y le mostre las ideas que tenía en mi cel.
