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Leila:
Acabo de llegar de París, luego de la llamada de Jardine tuve que agarrar un vuelo directo a Ciudad de México, era la primera vez que me contrataban para un trabajo formal ya que mayormente le hacia trabajos a mis amigos y familiares.
Tenia casi 3 horas sentada en el asiento del avión y esto ya me estaba matando, y todavía faltaban 1 hora de vuelo más para llegar a tierras mexicanas, y poder reunirme con los directivos del club.
(...)
Al fin había llegado a la Ciudad de México, era de noche así que fue el último vuelo del día, fui por mis maletas adentro del Aeropuerto, hice el Check Out para que revisaran que toda la pertenencia que traía estaba en orden y que no haya faltado nada. Mi cámara, los lentes, y todo estaba en perfecto orden así que me dispuse a salir del lugar para agarrar un Taxi e irme al departamento que había rentado cuando estaba en París.
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-Buenas noche señorita, ¿donde la llevo?- Le di la dirección al taxista y este fue tan amable de subirme las maletas a la cajuela.
Arranco el carro y nos dirigimos al departamento, era grande, la fachada era color blanca y ventanas grandes tal y como de una mansión. Me gustaba vivir sola, ya que muy joven me independice y mis padres me apoyaron esto.
Baje del taxi el señor me ayudo a bajar de nuevo las maletas, y cuando ya estaba el afuera le di el dinero y le agradecí por haberme traído, entre a la casa y una mujer de unos 35 años o más me recibió muy calidamente.
-Hola tu debes leila- Ella me saludo con una sonrisa y me dio la mano.
-Si, soy leila, usted debes ser Doña Estefania, la dueña del departamento- Le pregunte
-Así es, bienvenida a tu nueva casa, te voy a dar un recorrido antes de que entres a descansar, porque se que el vuelo fue muy largo- Entramos a la casa, ya estábamos en la entrada deje mis maletas en el piso, y vi al rededor del enorme departamento en el que estaba.
