Ohm esta seguro de que el novio de su amante es un tóxico manipulador, por lo que esta dispuesto a hacer de todo para ayudar a su chica a salir de aquella relación tan dañina. Lo primero que tiene que hacer es mostrar la verdadera cara de Nanon Kora...
—¿Lo lograste? —fue lo primero que preguntó Samanta en cuanto llegué a su lado.
Hice una mueca de desagrado, que ella ignoró por completo. Ni siquiera me preguntó cómo estaba o fue capaz de saludarme primero. No, ella fue directo al punto, como si estuviera hablando con uno de sus súbditos en lugar de su amante.
—Sí. No diría que somos los mejores amigos, pero somos un poco más cercanos.
—Perfecto —respondió emocionada, con una amplia sonrisa en su rostro —eres el mejor, Ohm.
Le devolví una sonrisa forzada, mis labios curvándose ligeramente mientras mi mirada se desviaba hacia otro lado.
—Sam, ya no estás con Nanon ¿Verdad? Entonces nosotros...
—Todavía somos novios —me interrumpió, bajando la cabeza —. Él se niega a terminar lo nuestro. No deja de mandarme mensajes diciendo cuánto me ama, que sería capaz de hacer todo por mí y que yo nunca voy a poder desear a alguien como a él.
Pero... ¿Qué? Esa descripción no se parecía en nada al Nanon que vi ayer. Todavía recuerdo su sonrisa amable cuando hablamos. Nunca me cuestionó por qué de repente iba a pedirle perdón o por qué me acercaba. De alguna manera, él...
—Siempre que uno de los dos quiera terminar, entonces la relación ya no existe —aseguré —porque una relación es de dos personas, no de una.
—Pero él...
—No puedes obligar a alguien a que te ame —insistí —Samanta, ¿cuándo vamos a ser novios oficialmente? Nanon ya no es excusa.
—Es que entiende, Ohm, Nanon tiene cosas mías que podrían arruinarme por completo —se lamentó, abrazándose a sí misma como si buscara consuelo —. ¿Piensas que yo quiero seguir atada al lado de alguien como él? Yo te amo ¿Qué tengo que hacer para que me creas? Dímelo y lo haré.
Suspiré profundamente, dejando escapar toda la frustración que sentía en ese momento. Mis hombros cayeron hacia abajo con resignación y la acerqué a mí para abrazarla. A diferencia de las veces anteriores, no sentí calidez ni el reconfortante olor de su cabello que me encantaba. Yo estaba tenso, rigido. No se supone que las cosas sean así.
Tal vez me sentía frustrado al seguir siendo solo el "amante" incluso con todo lo que había pasado, pero no tenía caso seguir insistiendo con lo mismo. En algún momento llegaría lo que estaba buscando, estaba seguro.
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Me dejé caer en la cama, sintiendo cómo mi cuerpo se hundía en el colchón. Estaba cansado, frustrado y desilusionado, y no tenía a nadie con quien hablar de ello, o bueno, no quería acercarme a nadie para hablar de ello.
En un intento por distraerme, saque mi celular y comencé a revisarlo. No tenía muchas expectativas, más bien lo hacía para mantener mis manos ocupadas y distraer mi mente de mis pensamientos negativos. Después de todo, Drake estaba la mayor parte del tiempo en mi casa, ¿por qué me enviaría un mensaje? Y aunque tenía otros amigos, solíamos comunicarnos más a través de llamadas, por lo que no esperaba encontrar nada en mi bandeja de entrada. Sin embargo, para mi sorpresa, había tres mensajes de Nanon.
