Wrong (OhmNanon)

20

P.V Nanon

Podía escuchar la voz de Jimmy, preguntándome cosas a las que no podía entender. Sea, a su lado, trataba de darme palabras de consuelo. ¿Qué había pasado? ¿Por qué todo se desmoronaba de esta forma? Mi pecho se sentía pesado, como si alguien lo estuviera apretando con todas sus fuerzas y las lágrimas me impedían ver correctamente. Todavía podía escuchar las voces de esas personas, juzgándome, diciendo cosas horribles sobre mí. Incluso escuché a una chica afirmar que la cárcel era poco para mí y lo mejor sería que muriera.

Estaba pasando, estaba pasando aquello que tanto temía. ¿De verdad Ohm me odió todo este tiempo? Solo se acercó a mí para ayudar a Samanta. ¿Cómo pude ser tan tonto? ¿Cómo es que no lo noté antes? Las señales estaban ahí, tan claras, pero no pude verlas. El que se acercara a mí tan de repente, sin pedir explicaciones, tendría que haberme hecho dudar, aún así yo...

—Quiero estar solo... —dije por fin, intentando sonar firme, pero fallando miserablemente porque mi voz estaba temblorosa— Necesito estar solo...

—Pero Nanon...

—Sea, quiero estar solo —murmuré, apretando mi remera con fuerza.

—Es que nosotros...

—¡Que se vayan! ¿No lo entiendes? ¡Quiero estar solo!

Sea abrió los ojos sorprendido, mientras que Jimmy frunció el ceño algo molesto. Sabía que estaba haciendo mal, pero tenerlos a mi alrededor solo me sofocaba.

—Es mejor que nos vayamos. Nanon nos llamará cuando sienta que sea el momento.

Jimmy pasó un brazo por la cintura de Sea y se lo llevó, ignorando sus protestas.

Una vez solo, me apoyé con cansancio en la fría pared, dejando que mi cuerpo se deslizara lentamente hasta el suelo. Me sentía tan patético, había caído tan bajo.

El silencio me molestaba, me asfixiaba, era un detonante que permitía que mis propios pensamientos negativos se escucharan con fuerza. Un ruido que nunca se detenía. Pero esta soledad era mucho mejor que los susurros tan altos de las otras personas, que se clavaban en mi pecho como cuchillos ardiendo.

No quería que Jimmy y Sea me vieran en este estado. No quería que nadie lo hiciera.

No tenía idea de cuánto tiempo había pasado, pero el sol ya no brillaba como antes. La oscuridad me rodeaba por completo y, aunque quería levantarme para encender la luz, no lo hice, me quedé quieto. Mi celular no dejaba de vibrar a un lado de mí, y aunque una parte me decía que no debía agarrarlo, lo hice. Fue una mala idea, claro que sí. El vídeo ya se había vuelto viral y, de alguna manera, en ese corto periodo de tiempo, alguien había encontrado mi Instagram. En cada una de las fotos los comentarios estaban llenos de insultos hacia mí.

"Que hijo de puta, criminal, ojala te pudras en la cárcel"

"Es tan guapo, lastima que sea un maltratador 😣"

"¿Cómo puedes dormir en las noches?"

"Muérete, el mundo estaría mejor sin basuras como tú"

"No voy a pisar de nuevo ese restaurante, si lo dirigen personas como él no se puede esperar nada bueno"

"Pobre chica, tener que soportar a este imbécil por tanto tiempo"

"Te vas a pudrir en la cárcel"

Deje el celular a un lado, sin atreverme a seguir leyendo. No quería, no podía.

¿En serio yo era una basura? ¿El villano de esta historia? ¿Merecía todos esos insultos? Necesitaba que esto se detuviera, que alguien se acercara y me dijera que abriera los ojos, que todo era una pesadilla, un mal sueño que pronto iba a terminar. Lo necesitaba desesperadamente.

Con un esfuerzo, me levanté del suelo y caminé hasta mi habitación, sin encender la luz aún. Había algo que podía ayudarme en este momento. La única prueba que podía hacer que todo ese odio disminuyera, ¿verdad?

Me senté frente a la computadora y abrí todos los archivos, pero no... No estaba... ¿Cómo no estaba ahí? Yo la tenía aquí... Tenía todas las pruebas aquí. Maldición, no podía perder eso. Era mi única esperanza. No podía... No podía... Por favor...

Regresé a la sala, donde dejé mi celular, y marqué el número de Jimmy. Cada segundo se sentía como una eternidad mientras solo escuchaba el timbre del teléfono y mi corazón latir con fuerza, tan fuerte que casi dolía.

—¿Pasa algo? —preguntó de inmediato, ya hasta parecía que se mantuvo pegado al celular todo este tiempo. Lo agradecía muchísimo, porque no estaba de ánimos para esperar más tiempo—¿Estás bien? ¿Necesitas que vaya? Solo dame un momento, yo ya...

—Los archivos —lo interrumpí desesperado—. No están, no los encuentro.

—¿Qué? ¿Cómo qué no están? ¿Buscaste bien?

—Lo hice... No están, Jimmy, no están. ¿Qué hago? No sé como pude haberlos perdido. Estaban ahí, te lo juro, yo no los borré por error, no los moví, no hice nada. Te prometo que yo no hice nada. No sé qué está pasando, cómo pude...

—Intenta tranquilizarte —me interrumpió ahora él, su voz intentando sonar suave, seguramente para no alterarme más de lo que ya estaba—. Piensa con claridad, ¿en algún momento Ohm entró a tu habitación?

—No, él...

Iba a negarlo, pero lo recordé. Ese día que me pidió pasar al baño, la puerta de mi habitación quedó entreabierta.

—Carajo... —susurró, seguramente entendiendo mi silencio—. No te preocupes, no está todo perdido, solo debo pasarte los archivos de nuevo y ya está.

Hubo un ruido de fondo, seguramente estaba yendo hacia su computadora para buscarlos. Todo iba bien, ¿verdad? Jimmy aún los tenía. Tenía que ser así. No había manera de que fuera de otra forma. Sin embargo, sentí el mundo paralizarse cuando lo escuché maldecir por lo bajo.

En mi interior, rogué porque fuera que se golpeo sin querer contra algun mueble de su habitación y no estaba en frente de la computadora. Solo era yo y mi mente paranoica. No fue así.

—Nan... No sé cómo decirte esto... —dijo, mucho más bajo que antes, como si temiera mi reacción.

Honestamente, yo también tenía miedo.

—¿Qué... Qué pasó?

—Los archivos no están.

Sé que dije que no iba a subir nada hasta el 18, pero estoy haciendo una excepción porque este capitulo esta cargado de emociones y no podía esperar más.

Seguramente me deben estar amando más que nunca, lo sé, no deben decírmelo. /Se esconde detrás de una pared. Ahre.

El capitulo es muy triste, lo sé, pero recuerden que lo malo no dura para siempre, solo tengan paciencia.

Como siempre digo, cualquier falta de ortografía pueden decirme, no me molesta. Al contrario, seria una gran ayuda porque muchas veces se me pasa.

Los tqm.