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P.V Ohm

Todavía podía sentir los labios de Nanon cerca de los míos. La calidez de estos y cómo me vi tentado a robarle un beso yo. Pero eso no pasó. Solo seguimos charlando de cualquier cosa al azar, ignorando lo sucedido. ¿Por qué lo hice? No estoy seguro, pero Nanon no parecía demasiado interesado en abordar el tema tampoco.

Tal vez era lo mejor.

Miré el celular una última vez, viendo que tenía varios mensajes de Samanta, pero los ignoré y me acomodé mejor para dormir. Eso era lo único que pasaba por mi cabeza en ese momento: dormir.

De repente, escuché el ruido de la puerta al abrirse y creí que se trataba de Drake que solo quería molestar, sin embargo, la voz que escuché no era la suya.

—Ohm...

¿Nanon? ¿Qué? Me senté con una rapidez que hasta a mí me hubiera impresionado, si no fuera porque estaba demasiado sorprendido ya por la presencia de Nanon en mi habitación. ¿Cómo había llegado? Él no sabía mi dirección.

—Me trajo Drake —respondió, como si pudiera leer mi mente.

Todo sucedió como en cámara lenta. Él se acercó a la cama, sentándose en mis piernas con una sonrisa seductora, antes de atrapar mis labios con los suyos. El contacto fue suave al principio, como si estuviera probando el terreno, pero rápidamente se intensificó. Mis manos se deslizaron suavemente por su espalda, acercándolo más a mí  Podía sentir el calor de su cuerpo, haciéndome desear más. Mucho más.

Fue solo cuestión de segundos, para que el ruido de algo cayendo al piso me alertara. Cuando abrí los ojos, Nanon no estaba en la habitación. No había ni el más mínimo indicio de que lo hubiera estado en algún momento. Entonces, ¿todo fue mi imaginación?

Con frustración, agarré la almohada a mi lado, lanzándola al piso con enojo. Desquitándome con ella. Cuando presté más atención en mí, fue cuando me di cuenta de que cierta zona de mi cuerpo parecía particularmente emocionada. Tal vez, solo tal vez... Debería darme un baño con agua fría.

—¿Ohm? ¿Escuchaste algo de lo que dije? —preguntó Perth, mi compañero de trabajo y amigo

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—¿Ohm? ¿Escuchaste algo de lo que dije? —preguntó Perth, mi compañero de trabajo y amigo.

—Claro que sí, cada palabra —aseguré, ampliando mi sonrisa para parecer más creíble.

Sin embargo, él no pareció creerme, ya que cruzó los brazos y me lanzó esa mirada de: "Sé que estás mintiendo".

—¿Qué es lo que dije? —preguntó.

—Yo... Bueno... Dijiste que...

Miré alrededor, buscando ayuda, cuando mis ojos se posaron en una figura conocida. Era la chica que nos había atacado a Nanon y a mí ayer. Esa loca.

—¿Quién es ella? —pregunté, cambiando de tema sin molestarme en disimular.

Perth giró para verla, confundido, seguramente sin esperarse que le preguntara por alguien más.

—Llegó ayer, parece ser amable, aunque algo en ella no me termina de convencer —confesó, luciendo pensativo.

—No es tan inocente como parece, créeme, ayer nos atacó a Nanon y a mí.

Perth dejó de lado su actitud molesta y se acercó un poco a mí, preguntando qué había pasado con exactitud. No lo juzgaba, yo también era curioso. Y tal vez, solo tal vez, él podría ayudarme un poco. No podía simplemente pasar por alto todo lo que ella dijo e hizo. Me negaba a seguir como si nada.

Le conté la situación en detalle, desde que me acerqué a Nanon porque lo vi sentado en la plaza, hasta la llegada de esa chica que nos empezó a gritar cosas sin sentido y que además, había lastimado a Nanon.

—Si algo así vuelve a suceder, entonces lo mejor es llamar a la policía. Pero, si lo que quieres es venganza, entonces hay otra opción. Ella es nueva, ¿no? Y los rumores corren tan rápido, que no sería sorpresa que haya uno de ella.

—¿Qué puedo hacer? —pregunté con interés.

—Debes acercarte, provocarla lo suficiente y ella sola explota.

—Provocarla y dejar que ella explote —repetí —. Está bien, lo voy a hacer.

Perth sonrió una vez más antes de centrar su atención en la computadora frente a él.

Perth sonrió una vez más antes de centrar su atención en la computadora frente a él

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P.V Nanon

—Me siento mal tercio —me quejé, mientras lamía mi helado con desgano.

Jimmy soltó una risa burlona al ver mi sufrimiento, mientras entrelazaba sus dedos con los de su novio. Como si quisiera molestarme más, se inclinó y le dio un beso en los labios. No me molestaba que se besaran, pero llevaban toda la tarde insistiendo en que querían tener una salida conmigo, y ahora se dedicaban a besarse como una pareja de recién enamorados. Y para colmo, ellos llevaban ya tres años juntos.

Sentí un poco de envidia al verlos compartir un dulce momento juntos. Una parte de mí quería experimentar algo así aunque sea una vez, porque, incluso si estuve varios años con Samanta, no fuimos ese tipo de pareja. Nunca logramos encontrar ese nivel de intimidad y complicidad que parecían tener ellos. A pesar de intentarlo, nuestras muestras de cariño siempre parecían forzadas y superficiales.

—¿Por qué tan amargado? —preguntó Jimmy, en un tono burlón que intentaba disfrazar de uno amable.

Yo solo fruncí el ceño, mostrándole el dedo medio, ganando una carcajada de su parte.

Mi momento para reír llegó cuando Sea le dio un golpe en la cabeza, diciéndole que pare o esa noche dormía afuera.

—Ya vas a encontrar a la indicada o indicado para ti —intentó animarme Sea con una sonrisa.

A mi mente llegó el recuerdo de lo que pasó con Ohm el día anterior, pero era obvio que, entre todas las personas, no sería él con quien viviría esos momentos. Algo dentro de mí me lo decía, que las cosas no serían tan fáciles. Una vocecita en mi interior me gritaba una y otra vez que algo malo estaba por pasar. Pero la ignoré, siempre lo hacía, porque a veces es mejor vivir en la ignorancia.

Wrong (OhmNanon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora