28

154 24 19
                                    

P.V Nanon

Una parte de mí quería correr detrás suyo y abrazarlo con fuerza, decirle que en realidad no lo odio. Porque mis sentimientos por él siguen latentes dentro de mí y es tan confuso. No sé si estoy confundido y solo lo veo como a un amigo o… o en realidad estoy enamorado de él. ¿Cómo saberlo? Todo se vino sobre mí como una avalancha, haciendo que las preguntas acerca de mis sentimientos pasaran a segundo plano. Me siento vulnerable, y detesto que sea así.

Jimmy y Sea fueron los primeros en entrar, después de que el doctor me revisara. No me había dado cuenta de lo mucho que los extrañé hasta este momento.

Extendí los brazos, para que se acercaran a mí y así poder abrazarlos, algo que hicieron de inmediato.

—Nanon, no vuelvas a hacer algo así nunca —sollozo Sea en mi hombro —. Nunca nunca. Estábamos tan asustados.

—Es cierto, no vuelvas a hacer algo así.

—Pero aun así llegaron por mí, ¿no?

Los dos se separaron de mí, mirándome confundidos. ¿Qué estaba pasando? ¿No habían sido ellos los que me encontraron? ¿O fue un vecino? Bueno, lo último era poco probable.

—¿No lo sabes? —preguntó Jimmy y yo negué. ¿Saber qué exactamente? —El que te trajo aquí es Ohm. Él fue quien te encontró.

Oh… Así que era eso…

—Bien.

—¿Bien? ¿Eso es todo lo que vas a decir?

—No sé qué más quieres que diga, Jimmy.

Jimmy suspiro frustrado, pero no dijo nada más; en lugar de eso me abrazo de nuevo.

Charlamos un rato más, con ellos dos buscando maneras de animarme. Podía notar que estaban haciendo el esfuerzo. ¿Cómo decirles que en realidad no estaba avanzando demasiado?

Cuando acabo el horario de visitas los dos tuvieron que irse, murmurando un par de quejas por lo bajo.

Estaba solo… Otra vez.

Miré mi muñeca vendada y no pude evitar preguntarme si de verdad era bueno que yo siguiera vivo. Los problemas seguían ahí, como un demonio acechando en la oscuridad, esperando el momento oportuno para atacarte y dejarte tan malherido, que no habría cura alguna. Desearía que fuera como en los cuentos de hadas, en donde aparece tu hada madrina y automáticamente todos tus problemas desaparecen. Tal vez debí hacerme un corte más profundo.

Miré alrededor de la habitación, pero no pude encontrar nada filoso a la vista; sin embargo, como si fuera una señal del destino, vi la ventana. Era lo único que tenía.

Mis piernas temblaban en el momento que me levanté de la camilla. Camine hasta la ventana, tardando un poco más de lo que me hubiera gustado y golpeé con fuerza. Mi mano ya estaba sangrando, pero no eran heridas peligrosas. No era suficiente. Miré detrás de mí, temiendo que el ruido hubiera alertado a alguien, pero estaba solo en la habitación. Saque la venda de mi muñeca, agarré un pedazo de vidrio roto y estaba por terminar con lo que había empezado.

La puerta se abrió de golpe y solo bastaron unos segundos para sentir unos brazos rodearme con fuerza.

—No lo hagas, Nanon. —Con extremo cuidado, agarró el vidrio que tenía en mi mano y una vez pudo sacarlo, lo dejo caer al suelo —. No sigas haciendo esto.

—¿Por qué estás aquí, Ohm? Te pedí que te fueras. Te dije que te odio.

—Pero yo te quiero —insistió, obligándome a darme la vuelta y verlo directo a los ojos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 28 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Wrong (OhmNanon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora