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¿Tú? Tú eres el recuerdo que uso para invocar mi patronus, eres el olor de mi amortentia, eres mi horrocrux, eres mi deseo en el espejo Oesed.

Habíamos estado esperando a las chicas más de una hora. Tener el traje perfectamente arreglado me estaba dando dolor de cabeza. Luca no dejaba de mover el pie constantemente esperándolas y Alex ya estaba por dormirse en el sofá.

Cuando salieron por el pasillo, el castaño muy contrario a quejarse de la demora se levantó con la baba en la cara mirando a la rubia. Mi vista pasó de ella a Ehla y —sabiendo que me veía exactamente como Luca— no aparté la mirada. Fernanda y ella se dijeron algo al oído que hizo que Ehla hiciese contacto visual conmigo. Llevaba un vestido rojo ajustado y unos tacones altos. Su cabello blanco se veía hermoso y el maquillaje le hacía parecer una niña que jugaba a ser grande. Ella se veía como las estrellas.

—¿Ya nos podemos ir? —se queja el pelirrojo poniéndose de pie

—Si, ya podemos —Fer le responde.

Dejo pasar a todos por mi lado quedándome al final. Veo que Luca se detiene para hablar conmigo así que me acerco a él.

—Disimula al menos cuando mires a mi amiga.

Sus palabras me dejaron en mi lugar. Dio unos pasos grandes llegando a donde su novia. Al final llegamos todos al auto, me tocó conducir con Alex sentando al lado. Luca y Fer estaban en lo asientos de atrás. Ehla estaba al lado de Luca mirando por la ventanilla como dejábamos el lugar detrás. Al llegar nos pedimos un salmón, era algo que comíamos a diario pero también era lo más barato del menú.

Ehla se puso a hacer un Live —y Alex no dejaba de coquetear— y luego estaba yo que mientras todos hablaban solo giré los ojos con pesadez por los comentarios de la panda de chicas que se habían unido. Turroncito se giró para pinchar mi mejilla pidiendo que hablase. Esta mujer debía saber en su interior que yo no podía decirle que un «no» y lo usaba en mi contra. Suspiré rendido mirando la cámara de su móvil como lo peor que me pasó en la vida.

—Hola —la voz me salió áspera, sin muchas ganas.

No sé bien pero las cosas pasaron demasiado rápidas. Ehla comenzó a hablar de que el albinismo no era una enfermedad —obviamente todos queríamos que dejase el tema—. Luego Luca se puso a hablar con alguien que desconocíamos y todos sin excepción de ninguno estábamos prestos al chisme. Según él era algo de una ex... luego de eso no presté atención hasta que de pronto llegaron seis —juraría que Luca solo mencionó a una chica, pero quizás me entretuve mirando por la ventana cuando habló de la pandilla—. Tuve que apagar el live cuando las cosas se pusieron feas. Para ser específicos cuando Ehla las puso feas, agarró a ese chica del cabello. No lo niego esto me encantaba. Todos preocupados por Ehla y yo preocupado por la chica que se sujetaba la nariz en la acera mientras ella le daba una paliza. Por favor que nadie las separase nunca.

Alex me miró de forma significativa, dejé de reír al instante para resoplar luego de que el pelirrojo quisiera ponerle fin a la fiesta. Me acerqué al turroncito que estaba respirando entrecortado y le rodeé los pies para lanzarmela encima. Lanzó un chillido en cuanto se vio con la cabeza mirando el suelo.

—Se acabó el drama por hoy chica —sin poder contenerlo le di una nalgada

—¡Kang! —tanto Luca como ella se quedaron.

Le pedí perdón a Luca por ello. Decidimos que era mejor irnos de ahí, Fer se había quedado dejando a aquella chica en su lugar y cuando volvió a nuestro lado seguimos nuestro camino al auto —todos menos Alex que se había ido a pagar y pedir disculpas por el escándalo.

Un demonio para ella [libro #2] [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora