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Seguirás siendo mi estrella favorita, así decidas iluminar otros cielos otras noches y otras vidas y yo seguiré siendo el que le escriba de todo a la nada.

Estaba sentado en la cama, sentía lo suave, la comodidad, e incluso cuando apretaba las sábanas. En cambio mis ojos habían picado alrededor de una hora, y después de eso todo lo que veía eran unos reflejos de luces y más nada. Podía oír las voces de Luca y Alex mucho más alto, era lo que me permitía saber que estaban aquí.

—Dios, has roto el tercer termómetro —oigo a Luca decir mientras cierra la puerta al entrar en la habitación.

—Alex te dijo que no usaras esas cosas conmigo, no soportan la temperatura de mi cuerpo.

—Al menos equilibras un poco con el invierno y el aire acondicionado —comenta—. Ni siquiera estás sudando, pero estás hirviendo.

Lo oigo moverse de aquí a allá, también como abre las gavetas, e incluso el sonido de la ropa cuando la dobla. Es un poco molesto, mis oídos silban como si llamasen a cada parte de mi cerebro. Le sigo con la cabeza aunque no pueda verle.

—¿Aún me veo así?

—¿Cómo un niño? —pregunta.

—Sí.

—No, desde que tus ojos comenzaron a soltar ese líquido oscuro cambiaste. ¿Te duele aún la herida de las alas?

Se estaba refiriendo a cuando se desplomaron sin previo aviso dejando una herida dolorosa. Negué con la cabeza.

—Luca —por el tono que usé, sentí que dejó la pieza de ropa en un lado para prestarme mayor atención—. Cuida de Ehla, ¿si?

—Siempre lo he hecho.

—No hagas que Alex se sienta triste siempre, sé que se sentirá mal, pero, hazlo reír. Y ayuda a Fernanda con sus diseños he visto algunos, sé que le falta algo de técnica en cuanto a dibujo. Por favor véanse mucho con Alison, lleva al pelirrojo todos los días al trabajo de Ehla si es necesario...

—Kang —trata de detenerme.

—Aún no he terminado, ayuda a Ehla con sus materias también, y a Blace si puedes llévate este libro —señalo sobre la mesita de noche, conocía mis manías y sabía que estaba ahí—, hay dentro una nota con la habitación del hospital. Puedes leerle un poco por día, es de Astronomía. Si te quedas sin ninguno puedes pasarte por la librería que hay cerca de la escuela, hablas de mí a la dueña y te deja llevarte cualquiera. También hay una dirección en la primera gaveta del armario, es de los dos dioses, la chica es psicóloga por si pasa algo con Ehla.

Notó que había terminado de hablar, suspiró antes de decir palabra alguna.

—¿Crees que desaparecerás hoy?

—Sí.

Parpadeo cuando la vista se me nubla y comienzo a ver de nuevo. Luca lo notó al instante, quizás por el hecho de que me miré al espejo y comencé a tocarme el rostro. Tenía la camiseta blanca manchada de una especie de agua negra, me la quité por encima para ponerme una negra que Luca aún no había doblado. Tenía los ojos con unas bolsas enormes que lo adornaban.

Me eché hacia delante, agachándome para sacar las bolsas que ahí había guardado. Saqué un pedazo de papel rasgado y se lo di.

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⏰ Última actualización: Jun 15 ⏰

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Un demonio para ella [libro #2] [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora