Me gustan las personas que llevan una tormenta en su alma. Esas que han sufrido toda su vida. Esas que tienen algo por contar.
Alex salió detrás de mí casi al instante. Ambos entramos al apartamento y yo tomé asiento en el sofá donde dejé reposar mi teléfono con la llamada en altavoz. El pelirrojo se sentó a mi lado mirando como los segundos pasaban en la pantalla mientras el número no registrado la adornaba. Él arrugó el entrecejo y fue cuando le dirigí palabra a la chica de la llamada.
—Ahora sí, ¿qué me querías decir?
Pareció una eternidad para ambos cuendo simplemente se escuchó un suspiro leve. Alex abrió los ojos y a su vez una lágrima salió de uno de ellos, nada más. Parecía que la sensación que tenía dentro fue tan fuerte como la mía que no pudo siquiera acumular el dolor.
—¿Es... ella? —preguntó mi amigo como si no supiera de quien trataba. Noté al instante que no mencionó su nombre por el miedo a que el Congreso la encontrase.
La chica aguardó un corto silencio para luego hablar.
—He sido yo quien ha estado yendo de lado en lado, fui quien entró en la habitación, Kang. He hecho muchos cosas, al final me lo agradecerán, no estaba hecha para el Congreso. Mi deber era pulir un camino para alguien más, no preguntéis. Porque más allá de los paquetes que les comenzaré a dejar no diré nada. Menos intentéis llamarme, lo haré yo, y si por casualidad tratan de hacerlo no los veré nunca más.
Cortó la llamada. Su voz se oyó vacía, diferente, casi igual al sonido del eco que se quedaba en mis oídos cuando me concentraba en escuchar las gotas de agua caer. Mi pie izquierdo subía y bajaba. Se escuchó el timbre de la puerta y Alex se levantó rápidamente, casi corriendo.
Le vi volver con un paquete envuelto primeramente en una tela azul oscuro llena de pequeñas estrellas, y luego en una especie de papel brillante de un tono algo más suave. Puesto sobre la mesa lo abrió con desesperación. No era más que dos carpetas con nuestros nombres.
La de Alex estaba llena de papeles, la mía sólo tenía una hoja. La saqué sobre la mirada del chico que estaba a mi lado. Era una foto, un niño que sonreía sentado en la cama mientras enseñaban unas cuerdas de guitarras en sus manos. Detrás de él, justo sobre la cama y también a los lados. Las paredes llenas de guitarras eléctricas que lejos de ser reales eran más bien cartulinas. El niño llevaba una camisa larga de cuadros, con tonos grises y negros, unos pantalones de mezclilla negros y unas converses. Tenía el cabello negro rulozo apuntado a todos lados.
Sobre la cama también se veía un arco profesional y debajo de la cama algunas flechas. El niño sonreía con los ojos cerrados y los dientes fuera. Noté primero sus hoyuelos, luego los lunares, el cabello, y algunas cosas que había visto en mis recuerdos. Pero diferente a las otras veces esta, no sentí dolor en lo absoluto de ver algo de mi pasado. Alex miró cada parte de mi expresión viendo como reaccionaba, y al ver que no pasaba nada dejé la foto justo donde estaba antes.
El pelirrojo sacó lo suyo con cuidado. Demasiado papeleo. La primera hoja era más bien una presentación de algo que comprendí cuando terminé de leer..
Nombre: Alex.
Nombre real/completo: Alex Xavier Harris.
Edad: 20
Cumpleaños: 29/2/2003
Sexo: Masculino.
Nacionalidad: Española.No era más que la propia planilla de Alex. Muy diferente a las que había visto a lo largo de mi muerte, esta era muchísimo más larga, y ese asterisco junto al sello del Congreso, junto a esa doble U color dorado. Lo miré mientras él leía a toda prisa, sus ojos estaban saltando desesperadamente por casa lado del papel.
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Un demonio para ella [libro #2] [Pausada]
FantasySEGUNDO LIBRO DE LA TRILOGÍA "FANTASMAS DE WATTPAD" Ehla y Kang 🎶🌨️ No debía ser normal, o amarme a mi misma. Era fácil quererle completamente aunque yo me odiase completamente. Él siempre lo supo, supo que le quería. Que mi corazón estallaba con...