Solo Un Cuerpo

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Sergio Verstappen

Todo estaba yendo bien demasiado. El día de ayer fui con un abogado para hablar sobre los papeles de divorcio Hoy también vería al abogado, pero mama que la ayude con las compras, pero no me espere la presencia de...Max.

-N-no quiero- -negué con la cabeza- me da asco.
-Entonces tendré que usar tu
culo.
-Max no lo hagas, te lo ruego -intente abrir la puerta, pero Max le había colocado el seguro para niños-. Esta semana es con mi familia, te lo ruego, te lo ruego.

Veo como saca el celular de la
americana, me lo extiende, sin
embargo, no llego a tocarlo

-Ahora llamaras a tu madre y
le dirás que te iras conmigo a
casa y luego regresaras
-Max...- me callo bruscamente.
-¡Llámala! -grito

Tomé su celular y con las manos temblando empecéba marcar el numero de mi madre. El primero, el segundo y el cuarto, un par de segundos después me envió a buzón de VOZ.

-No contesta-susurro
- Le enviaremos un mensaje
en el camino- dijo Max prendiendo el motor. Se que a pesar de lo que ha dicho no lo hará.

El auto empezó a moverse, yo no queria hacerlo. Hace tan solo unos días había recuperado una sonrisa en mi rostro hasta los golpes ya estaban desapareciendo, pero ahora solo debería prepararme ya que ahora tendré unos nuevos.

Al transcurrir dos o tres horas
el auto se detuvo, Max salió primero rodeo el auto abriendo la puerta de mi lado

-Vamos- al salir veo una enorme casa de dos pisos frente a nosotros
-¿Qué hacemos aquí?-pregunto-Esta demasiado alejada.
-Aquí viviremos ahora- Me acerco a su cuerpo- aquí viviremos para siempre
-Max quiero hablar de algo contigo-hable sin tartamudear. Debo mantenerme firme
-Entremos a nuestra casa, amor.

Me jalo de la mano hacia la
entrada de la casa, saco las llaves de su bolsillo las cuales llevaban un lazo rojo. Max abrió la puerta, la casa no me gusta se ve muy... triste

-Siéntate, amor-Max me guio al sofá, se sentó junto a mi y poso su mano en mi pierna -ahora dime que quieres
hablar.
--Ayer yo... fui con un abogado-comencé-. Quiero el divorcio.

Los ojos de Max destilaban fuego, se puso se pie y sin esperar algún segundo su mano fue directo a mi mejilla

-¡¿Por qué mierda has hecho
eso?!-quiso tocarme, pero moví mis brazos bruscamente alejándolo de mí.
-No quiero que me toques -hable-. Ya no quiero estar junto a ti, ahora me traes aquí a lo lejos de dos horas de la civilización.
-¡Como te atreves a contestarme!-su puño se estrelló en mi estómago, provocando que se me dificultara respirar
-De-dejame - camine unos pocos pasos separándome de Max- yo ya no te amo.
-Pero yo si- volvió a abofetearme
-tu eres mi hombre, solo mío y
no dejare que otro hijo de puta te
toque.

Me tomo del brazo obligándome a
pararme, Max me arrastro por
las escaleras. Subimos al segundo
piso.

-¡Jamás! ¡Jamás! te iras de mi
lado! - sentí como me arrojo en a
la cama, sus manos fueron hacia
mi cuello haciendo presión sobre
él.

Comencé a toser, no podía
respirar.

-N-no-fue lo único que pude
decir. Max quito sus manos, no
obstante, sus puños fueron hacia
mi estomago golpeando. Intente
yo también golpearlo, pero lo
único que logre fue que mis dedos
rozaran su mejilla.

-¿Mi perra quiso golpearme? - su
fuerza aumento, las lagrimas y el
miedo ya gobernaban mi cuerpo-
¡Quisiste golpearme!

Me dio la vuelta y bajo mis shorts.
Comencé a moverme intento que me
soltara, pero lo único que logre fue que me diera nalgadas.

‐Quieta, perra- mordió mi hombro.
-N-no quiero- esculle bajar su
cremallera-me prometiste que no
m-me harías daño
- Tu me hiciste daño con el divorcio
-la punta de su glande se posiciono
en mi entrada- pero ahora yo te
destrozare.

Se hundió en mi interior en menos
de un segundo. Sus embestidas son
violentas.

-Desde ahora solo eres un cuerpo
-solloce-. Tu no vales nada, no le
importas a nadie, el único que estará
contigo soy yo.
-Ya... no-hipé.

Solo soy un cuerpo... a nadie le
importo... no valgo nada. Ahora creo
en sus palabras. Max se corrió en mi interior, salió provocándome dolor.

-¡Solo un cuerpo!- exclamo jalando
mi cabello.

Me sentía cansado, mis ojos se fueron cerrando, sin embargo. los golpes en mi mejilla por parte de Max hicieron que los abriera

-Ni te atrevas a dormir, aun queda una larga noche.

Max tuvo razón me destrozo y desde
ahora solo soy un cuerpo que no vale
nada y a nadie le importa.

Max Verstappen

Han pasado tres semanas desde que
nos hemos mudado, pero tres semanas donde no he conseguido que Checo me hable.

-Nana-la llame, ella levanto la
mirada viéndome seriamente-¿No
has hablado con Checo? Hoy es su
cumpleaños.
-Está en la sala, en el sofá, señor.
-Iré por el- digo levantándome de mi
silla y saliendo de mi oficina.
Baje las escaleras viendo que Checo
esta sentando en el sofá.

-Hola amor- hable sonriendo
El ni siquiera levanto la mirada-
Estaba pensando en salir a pasear
por tu cumpleaños o ir a tu heladería
favorita por uno de chocolate tu sabor favorito.

No respondió

-Mi niño Checo-nana bajo las
escaleras, acercándose a mi esposo
-ven cariño iremos por algo de
comer, no has tomado tu desayuno. Lo prepare con mucho cariño.

Negó con la cabeza y solo cerro
sus ojos mientras que lagrimas
comenzaron a salir de sus ojos
resbalándose por sus mejillas.

-So-solo soy un cuerpo- nana lo miro
sorprendido.

Esas fueron mis palabras cuando
llegamos a casa. Enloquecí volví a
hacer una mierda, pero al ofr que
quiso el divorcio... revente

-Nana déjanos solos‐ordene

- No-hablo-Vamos Checo iremos a
la cocina y comerás algo.

Nana ayudo a Checo a ponerse de pie,
me levanté y volví hacia mi despacho.
Busque el vídeo de hace tres semanas,
justo esa tarde donde todo cambio.

El día en que rompí lo más preciado de mi vida.

ERES MIO SERGIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora