Empezar de Cero

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Max Verstappen

Ha pasado dos dias desde que mi Checo se fue en estos días me he encargado de moler a golpes a Daniel, Saco mi celular de mi abrigo viendo que aun Checo no me ha devuelto la llamada y los mensajes. Bufo y subo las escaleras dirigiéndome a mi oficina. Entro y cierro la puerta detrás de mi, voy directo hacia mi escritorio
donde se mantiene una foto de mi Checo desnudo Ese día lo molí a golpes porque no quiso posar, incluso llego a salir de la habitación para ir directo a nana, lo arrastre del primer piso hacia nuestro habitación, pero finalmente lo obtuve. Ahora cada vez que trabajo lo único que me relaja es el. Volví a marcar su numero. luego de unos segundos recién contesta.

—Checo ¡¿Porque mierda no
contestabas?!
—Ma-Max—ya empezó a tartamudear—estaba do-dormido. Tenia mucho sueño.

Mierda

—Lo siento, mi amor— contesto— pensé que evitabas contestarme
—No, no, no. Solo tenia mucho
sueño—puedo sentir el miedo en
Su VOZ.
—Acabas de tener una pesadilla?—pregunto.

Checo tarde, uno, dos, tres.Y
contesta.

—No.
—Porque mientes?—y como
lo supuse otra vez se queda en
silencio.

-No, por favor no- sollozo. mis ojos se fueron abriendo al sentir como mi pequeño se movía bruscamente-no quiero, ya basta por favor.

Me senté en la cama viendo como
Checo llora, mientras que niega
con la cabeza y por sus mejillas
recorren lagrimas

-Max te lo ru-ruego. Detente.
- Checo, mi amor- moví su hombro.
- No basta--seguí moviéndolo
hasta que logre que sus ojos se
abrieran—pe-perdón no quise
levantarte.
-:Que soñabas?--negó y bajo la mirada- ¡Responde!
-No vayas a golpear-contesto.
abrazando sus piernas
-No te voy a golpear, pero quiero
saber que soñaste-masculle.
-No era un sueño, e-era un
recuerdo-hipo-...cuando tu me
violaste.
-Checo eso no pasara- sollozo
mas fuerte-debes tranquilizarte.
Solo paso una vez, ya jamas
sucederá.
--Me arrepiento de haberte querido
dar ese vaso de whisky. Pero- alza
sus hombros- eso pasa cuando
uno...- -no continuo, solo se acostó
y cerro sus ojos.

—Checo... tu recuerdas cuando
nos fuimos a Francia- hablo- tuviste miedo a la turbulencia, yo te tranquilice con un beso
—Fue un hermoso viaje-comento.
—Ahora mismo yo iría y te daría un beso para que te tranquilices ¿No lo quieres? Puedes volver ahora a casa y dormiremos juntos.
—Max.
—Mañana compraríamos una nueva casa, donde no tengamos malos recuerdos. Comenzaremos de cero, yo nunca te volveré a tocar sin tu consentimiento.
—Max, tu no puedes eliminar
el dolor que siento—sollozo—me
siento usado, has abusado por mi
durante un año.
—Yo prometo cambiar
—Eso dijiste la primera vez, pero
a los cuatro días me volviste a golpear.
—Te amo— le recuerdo.
—Buenas noches, Max

Checo colgó la llamada. Solo me quede mirando mi celular dándome cuenta que lo había perdido, si esta conmigo es porque sabe que no lo dejare en paz.

Estaciono el auto en una esquina Checo se mantiene sentado en el césped plantando algunas plantas Han pasado tres días desde la llamada que tuve con el, no hemos vuelto a hablar y no saber nada de
el me tiene el filo de la desespera.
Veo como Checo se pone de pie,
quitándose los guantes y entrando
a la casa de su madre. Carajo, solo
espero que no se haya dado cuenta
de mi presencia. Sin embargo luego de unos minutos el junto a su madre salen de la casa.

Cierro mis ojos intentando aguantar las ganas de salir y ofrecerme a llevarlas al lugar donde quieran ir. Prendo el motor moviendo el auto hasta la casa de Los Perez.

—Hola Marilú
—Max, hola—sonríe—hace mucho no te he visto, me alegra que pases por aquí.
—Vine a verla a usted y Checo—mi mirada se posa en el—¿A donde se dirigen?
—Al súper—respondió mi esposo.
—Suban los llevo—Marilú  asintió.

Abrió la puerta de los asientos
traseros, mientras que Checo se
sentó a mi lado. Conducí durante unos minutos, en el trayecto Marilú me contaba sobre su nueva florería que abrió.

—Hoy te quedas a cenar? Max—pregunto.
—Por supuesto, señora—respondí,
estacionando el auto—¿Puede adelantarse? Tengo que hablar con Checo.
—La pareja quiere tiempo a solas.
Claro—Marilú tomo su bolso y salio del auto.

Espere a unos segundos a que se
alejara. Cuando no la vi ni a ella o
alguna otra persona hable;

—Estas muy callado—comente
—¿Me llevaras a casa?—Checo alzo la mirada dejándome ver sus ojos rojos—quiero estar aun con mi madre por favor.
—Claro que no, Bebe—bese sus labios- pero necesito que me ayudes en algo
—¿E-en que?
—Quiero que me hagas el amor
con tu boca.

ERES MIO SERGIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora