La promesa

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Max Verstappen

Mis carcajadas y las de Daniel se escuchaban en toda la casa Ya son como las tres de la madrugada y el alcohol aun no se nos acaba.

—Debimos invitar a esos
chiquillos-comenta Daniel-estaban dispuestos a hacer su trabajo a domiciliooo—arrastro la palabra
—Mi Checo es una delicia en el
sexo—conteste. Dándole otro trago a la botella.
—Debería probarlo para saberlo—solté otra risa mas fuerte
—Hazlo y te mueressss— di
otro trago. Me acosté en el
sofá, abrazando la almohada—
ahora cállate y déjame dormir

Cierro los ojos mis sentidos se van perdiendo logrando ver Daniel subiendo las escaleras.

Sergio Perez

El sol empezó a salir, mire el reloj de la habitación y este marcaba las ocho.

-Mi amor—:Qué? Ni siquiera lo escuché llegar. Me hice un ovillo en el suelo, deseando que no me haga daño—amor porque estas en el suelo y  desnudo — Se acercó a mi, tomándome en sus brazos. No pude evitar soltar un sollozo, ya que mis costillas crujeron en el proceso. —:Otra vez te caíste?- soltó una risa- que torpe eres mi amor.
—¿Do-donde estabas?—en su rostro
seguía su sonrisa. Cuanta ganas tengo para borrarsela de un golpe.
-Fui al bar con Daniel, pero dormí abajo no quise levantarte tan temprano-beso mi frente—se fue en la madrugada y no pudo cerrar bien la puerta. Idiota—Qué lindo que me recibas asi—sus manos acariciaron mi pecho, y fueron bajando a mi entrepierna— ¿Quieres que tu esposo te haga el amor?
-Qui-quiero ir al hospital--musite.
-Otra vez con eso- me tomó bruscamente de los hombros- no saldrás de esta casa iNunca!

Mis lágrimas no tardaron en salir. Max no sabe lo que paso, ya no quiero estar aquí. Volví a la realidad cuando su puño se estrelló en mi rostro.

—-Mira lo que has causado-tomó mi mano izquierda llevándola hacia el bulto en su pantalón-ahora tu lo resolveras.
—No por favor—me puso boca abajo,
tomando mi trasero en sus manos,
abriéndolo y dándole paso a su polla—te ruego, te ruego. No quiero.
—Eres mi esposo, yo te mantengo, te doy lo que quieras. Ahora quiero que me complazcas

Ya no podía soportar el dolor. El nudo en mi garganta hacía que me dificultará respirar Solo cerré los ojos soportando por lo que pasaba cayendo en un profundo sueño.

Restregó mi culo sobre el enorme pene de Max. El gruñe ante el tacto, mientras que va dejando besos sobre mi cuello.
—Eres todo un pervertido-murmura-me encanta.
—Tú me encantas a mi- beso sus labios- te amo.
Tardo unos segundos en responder.
-Quiero hablar contigo- me tiro sobre el es algo importante.
-¿Qué pasa?-pregunte acariciando su
cabello. Como lo amo.
-Eres mi hombre- beso mis labios-
quiero que te cases conmigo
Mis ojos deben estar ahora abiertos
como platos, no puedo creer lo que estoy escuchando.—¿Aceptas?-mis ojos se llenaron de lágrimas, en mis labios se formó una sonrisa.
— Si, acepto-enrede mis brazos alrededor de su cuello-te amo, mi holandés.
--Yo te amo, mi Checo.

Max Verstappen

—Amor— El niega con la cabeza, sigue mirando a un punto fijo.

De mi bolsillo trasero saco mi celular y marco al número de Chris, avisándole que la reunión se pospondrá para mañana, mi
pequeño me necesita ahora no lo voy a dejar solo. Vuelvo a guardar mi celular para ir ahora al armario, saco un buzo mío color plomo y uno boxer con un pantalón negro y un par de medias del mismo color que el pantalón.

-Amor... no puedes quedarte ahí con la toalla, acuérdate que sigues enfermo de fiebre- asiente.

Se levanta aun evitando mirarme, quito la toalla para colocarle primero el boxer siguiente el pantalón y por ultimo las medias. Checo no hace ni dice nada, suelta un gemido cuando rozo un hematoma suyo por sus muslos.

Visualizo bien su cuerpo, es perfecto, pero aquello hematomas que tienen hacen que haga una mueca, en verdad se me paso la mano.

Cuando ya está cambiado vuelve a acostarse abrazando la almohada.

-Checo no me gusta verte así ¿es por haberte forzado tener relaciones el otro día? - no dijo nada y solo se mantuvo en silencio— siempre hemos hecho el amor, Checo—poniendo mis manos en su espalda.
-No me to-toques, por favor-suplico—
por favor

Dejo la toalla mojada en el cesto de ropa sucia, vuelvo a la cama con mi pequeño. Me quito mis zapatos y mi saco, deshago el nudo de mi corbata además de desabrochar los dos botones principales de mi camisa.

-Amor por favor- el en todo este rato por fin suelta un sollozo.
- Ya no quiero vivir así, si-siempre me
usas a tu antojo- lo volteo haciendo que ambos quedemos frente a frente, con mi pulgar limpio una lagrima saliente.

-Te prometo que todo va a cambiar amor- por su mirada puedo afirmar que no me cree, beso suavemente su frente- , te lo prometo.

Por una vez en lo que llevamos de casados ambos estamos tranquilos, tan tranquilos que pudimos dormir y esta vez no hubo ninguna pesadilla que lo impidiera.

ERES MIO SERGIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora