Capítulo 11 "Ira"

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Andrew:

Aún seguía pensando en cómo Alexandra me había dejado en ridículo frente a Kaylee, era cierto, estaba cabreado con el asunto, pero después de que ella se la llevó a la escuela a mí no me quedaba razón para volver allí y mi ira se apaciguó sólo un poco. Entré rápidamente a mi habitación, necesitaba pensar muy bien en lo que estaba pasándome, estaba a punto de sentarme en el gran sillón de cuero que se encontraba en la pequeña sala de mi gran habitación cuando la voz de mi hermana me sorprendió con la guardia baja.

—No ha cambiado en nada, mamá sigue haciendo lo que le da la gana— Sostenía con sus manos el New York Times frente a ella, ya me imaginaba el nuevo escándalo producido por la gran presidenta del imperio Biersack, quizá alguna otra decisión cruel para seguir teniendo a nuestro imperio en la cima.

—¡¿Qué?! No me vengas ahora como si no hubiese pasado nada— Le reproché el teatrito que había formado en la vía pública cuando se atrevió a golpearme de esa forma frente a Kaylee, ella bajo el periódico y me miró con aquella cálida sonrisa que conocía muy bien.

—Mis disculpas por lo de antes, pero tenía que hacerlo, deberías dejar de ser tan engreído, Andy— Ella se levantó y tomó una revista de la mesa caminando hacia mí, se sentó en uno de los sillones enormes de la habitación mientras la hojeaba.

—¿A qué has venido?— Pregunté realmente interesado sentándome junto a ella.

—Mi marido tiene cosas que arreglar aquí— Mi hermana no despegó los ojos de la revista que sostenía en sus manos.

—¿En qué problemas se ha metido ese idiota ahora?— No era un secreto que el maridito de mi hermana me caía malditamente mal, no porque fuera mala persona ni nada, sino por la historia detrás de su relación.

—Nadie llama a su cuñado "Idiota"— Apartó la mirada de su revista por unos instantes sólo para dirigírmela con desaprobación.

—Pues yo sí, además, ¿Por qué estás todavía junto a alguien que no te gusta?—

—Ahora soy muy feliz, Andy, ya he olvidado lo que pasó— Su tonó me molestaba un poco, estaba tan calmada que no podía creerlo.

—Está claro que tú no querías casarte— Murmuré aquello.

—¿Eh? ¿Cuándo he dicho eso?— Dejó su revista a un lado para mirarme con expresión divertida —Lo que significa que, quieres que lo abandone y vuelva a casa ¿Quieres volver a vivir con tu hermanita de nuevo?— Hizo un puchero mientras se burlaba de mí.

—No digas tonterías— Aparte mi mirada de la suya, sabía que nunca podría mentirle a ella —Y bien, ¿Por cuánto tiempo te quedas?— Cambie el tema para que no notara mi débil intento por hacer que volviera.

—Sobre una semana— Se encogió de hombros ¿Una semana? Era realmente poco, de pronto me sentí solo a pesar de tenerla conmigo, el único cariño que conocía era el que ella me había proporcionado durante toda mi vida pues, aunque sonará un tanto cruel, mi madre sólo me tenía como adorno y para no perder el imperio que había formado mi padre, además de ese cariño no conocía más que el que ahora yo sentía por...

—No me mires con esa cara, volveré realmente pronto— Ella me abrazo fuertemente a lo cual yo correspondí tratando de verme indiferente.

—No me importa si vuelves o no—Claro que si me importaba, me importaba mucho.

—Eh, Andy ¿Te gusta esa chica?— ¿Por qué siempre todos tenían que tomarme con la puta guardia baja? —Estoy hablando de esa chica, Kaylee, a la que estabas persiguiendo—

—¿Por qué me vienes con esto de repente? Eso no va a pasar— No la miré en lo absoluto, trataba de mirar a otro lado que no fuese ella, obviamente lo había notado y me dio un codazo en las costillas, giré la cabeza rápidamente, ella tenía una sonrisa burlona y contenta al mismo tiempo, joder sí que me había descubierto ¿Era tan putamente obvio acaso?

We're From Saturn | Somos de Saturno (Andy Biersack)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora