𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟒 "𝐻𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑒𝑟𝑟𝑎, 𝑛𝑜 𝑒𝑙 𝑎𝑚𝑜𝑟"

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Andrew's POV

—¿Luke? — Grité encolerizado al teléfono

—Sí, él apareció en el último minuto, estábamos a punto de darle el susto de su vida, Biersack— La voz del enclenque trataba de justificarse.

—¿Por qué no se deshicieron de la chica antes? — Mi tono de voz no había cedido, entrecerré los ojos ante la absurda idea que había aparecido en mi mente haciéndome quedar callado antes de procesar la pequeña conversación —¿Qué iban a hacerle? — Mi voz salió un tanto dura, me imaginaba la respuesta.

—Sólo planeábamos espantarla un poco.

—¿Qué coño tenían planeado? — Volví a levantar el tono de mi voz, se quedó callado durante unos segundos a través de la línea —Si no me dices que iban a hacer juro que...

—Íbamos a... ya sabe... bueno no como tal sólo... — Mi mandíbula se tensó cuando escuché aquello.

—Dense por muertos trio de bastardos, ¿En qué puta cabeza cabe hacer tal estupidez? Si lelgo a ver otra vez sus culos en la escuela a partir de mañana les juro que los saco a patadas, me alegro de que Luke se hubiese metido esta vez— Usé el tono más amenazador que tenía, escuché su voz alarmada al otro lado del teléfono suplicando que los dejara quedar, gruñí para después colgar el teléfono, me senté en el sillón que estaba detrás mío, esos idiotas, la iban a pagar muy caro, eso corría por mi cuenta.

—Volveré a Japón cuando acabe con el negocio de M&A ¿Cuál ha sido la respuesta del banco de Manhattan? — El silencio reinó unos segundos antes de que la voz femenina se escuchara de vuelta, esta vez siendo decorada por el sonido de las puertas del estudio abriéndose —No, pare el trato— La voz de mi madre sonó en toda la casa, sus guardaespaldas entraron primero seguidos por ella y su secretario —¿Te pedí alguna opinión?, he dicho que lo pares, ya— Dicho esto mi madre alejó el móvil de su oído y cortó la llamada, se paró en seco y volteó para mirarme cuando sintió mi presencia, me levanté del sillón para encararla —Ah... Estás aquí

—¿Eso es todo lo que le dices a tu hijo al que no ves desde hace seis meses?— La amargura salía de mis palabras, mis ojos se toparon con los de ella cuando no contestó, si las miradas mataran...

—Vamos a cenar— Caminó hacía el gran comedor que estaba a unos metros de la sala, la seguí de mala gana, odiaba cuando hacía que las conversaciones terminaran así.

La mesa era larga en forma de rectángulo parecía que ella misma la había diseñado, la distancia entre ella y yo era enorme, yo me sentaba en un extremo y ella en otro, no tardó mucho antes de que nos sirvieran los platillos principales, sin darle mucha importancia comencé a comer, ella jamás hablaba, se dedicaba a mirarme, ¿Trataba de intimidarme? No lo sabía.

—Por favor, dígale al chef que venga— La voz de mi madre se escuchaba tranquila, esa no era una buena señal.

—Sí, señora— Su secretario salió por la enorme puerta y segundos después reapareció por ella con el chef a sus espaldas, esté se quitó su Toque blanche (Nota: El "Toque blanche" es el gorro de los chefs.) en señal de respeto y se paró a un lado de mi madre.

—¿La señora me hizo llamar? — Una sonrisa santurrona se formó en los labios de ella.

—A partir de mañana está despedido— Pude notar como la leve sonrisa del chef se desvanecía ante aquellas palabras, me quedé congelado por su repentina decisión, la mujer hizo un ademan con la mano para que retiraran la comida y al chef de su presencia -Dominic, por favor contraté a un nuevo chef- Dirigió aquellas palabras a su secretario, sin importarle que le antiguo chef siguiera parado al lado de ella, Dominic lo tomó del abrazo arrastrándolo hacia fuera de la habitación, la mirada de mi madre estaba clavada en mí, haciéndome sentir incomodo, a veces me sorprendía el nivel de crueldad que esa mujer podía llegar a tener.

We're From Saturn | Somos de Saturno (Andy Biersack)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora