10. leave me alone.

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10

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10. déjame en paz.



Nancy tenía sus ojos cerrados. Habían pasado dos horas, en las cuales lo único que había hecho era dar vueltas entre las sábanas y contar del 1 al 100 en su cabeza, fallando en el intento de quedarse dormida. Deseaba tener la habilidad de Alaska de, que tan solo tocar las sábanas, era capaz de quedarse dormida en cuestión de segundos. La Wheeler no. Había estado pensando en varias cosas. Pensaba en lo que había ocurrido en el tejado hacía unas cuantas pocas horas atrás, en la tensión que hubo entre ambas. Pensó también en la investigación del asesinato de Chrissy; no tenía ni idea de qué hacer con ella. Comenzaba a pensar que lo mejor era, quizás, dejarle la investigación a los profesionales de verdad. Jonathan, al cual había olvidado tan fácil, también decidió pasar por su mente unos minutos.

—Tus pensamientos son muy ruidosos, ¿podrías pensar en silencio? —Alaska susurró, con su voz ronca. Se movió al lado de ella, recostando, somnolienta, su mejilla en el brazo de Nancy.

—¿De qué hablas? —preguntó Nancy, con su ceño fruncido. ¿Cómo caramba unos pensamientos podrían ser ruidosos?, se preguntaba la castaña.

Alaska soltó un suspiro y se acomodó con sus codos, mirando como Nancy se volteaba a verla.

—Puedo escuchar lo que piensas hasta acá —Alaska dijo— Oh, ¿será que me gusta? ¿Soy gay? Pero espera, también me gustó el bobo de Jonathan y el ególatra de Harrington  —la rubia imitó la voz de Nancy, una mucho más femenina y aguda que la suya.

Nancy pudo sentir sus mejillas calentarse enseguida. Cubrió su rostro, aunque por la falta de luz no hacía falta hacerlo, para evitar que Alaska pudiera notar su cara roja.

—No estoy pensando en eso —Nancy mintió. Sintió como Alaska liberó su rostro, apartando sus manos y sosteniéndola con las suyas—. No me atraes, ni me gustas ni nada por el estilo —Nancy aclaró. Sintió su corazón latir sobre su pecho con tanta fuerza que temió que Alaska fuera a escucharlo así mismo como lo había hecho con sus pensamientos.

—¿Estás segura? —Alaska preguntó. Comenzó a juguetear con los dedos de Nancy, mirando los ojos azules de esta. Nancy asintió en silencio, sintiendo la yema de los dedos de Alaska acariciar la palma de su mano. Aquello llevaba un sinfín de escalofríos a su espalda. Le encantaba esa sensación. Era la misma sensación que sentía cuando jugaban o trenzaban su cabello—. Entonces, me detendrás si hago esto.

Alaska se acercó, lentamente para darle el tiempo a Nancy de reaccionar, a cuello y dejó un beso húmedo en el lugar. Alaska sonrió mientras se alejaba y tomaba el mentón de Nancy, haciendo que la mirara.

—No me detuviste —Alaska dijo. Nancy todavía estaba recuperándose de aquel beso en su cuello, así que se quedó en silencio— Hagamos otra prueba entonces.

lovers rock  ⭒  nancy wheeler. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora