Capítulo 25

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Klaus, sentado en su cama, miraba con atención el lápiz que se movía de la mano invisible de Lena, escribiendo en un trozo de hoja que estaba sobre la mesita de noche.

«Le costó mucho a Elke convencerme de venir aquí. Personalmente pienso que eres un idiota.» Decía en el papel.

—El gusto también es mío— dijo Klaus en voz alta—. Agradezco la confianza.

«No te des aires, los dos sabemos que al final resultarás en un fiasco y mi amiga será quien pague por todo lo que descaradamente rompas.»

—Te equivocas, no soy un fiasco. Puede que me falte un poco más de confianza, pero no quiero el mal para Elke. Y haré todo lo que pueda para demostrarlo.

«Espero con ansias ese día, mientras tanto tienes mi descontento.»

—¿Para qué viniste si solo planeabas discutir?

«Elke me mandó. Quiere que sepas que va a hablar con el príncipe sobre los abogados.»

—Pero eso ya lo solucioné—contestó Klaus pensativo.

«¿Ves que eres tonto? ¿Crees acaso que eran las únicas personas involucradas? Seguro respondían ante alguien y eso es lo que ella intenta descubrir. Solo espero que no sea igual de peligroso que lo que hiciste tú.»

—Mejor detenla—se apuró a decir—. Dile que yo me encargaré de eso luego.

«Al fin coincidimos en algo, ¿qué le digo que haga mientras tanto? ¿Cortar flores del jardín?»

—No lo creo, el jardinero debe de haberse esforzado mucho en ello.

«No me tomes el pelo, hombrecito.»

—Mira quien se burla ahora— rio.

«Yo solo miro por la seguridad de Elke, si no puedes proporcionarla, deberías seguir tu camino. Pero no soy quien para decirtelo, Elke parece tener una extraña fascinación contigo y eso no es fácil de quitar. Me sentiría más segura si me contaras tus planes.»

—Te los diría, pero todavía no estoy seguro de ello. Llevo casi dos semanas aquí encerrado buscando soluciones— se lamentó.

«Algo deberías tener en mente aunque si después de dos semanas no tienes ningún plan, nunca lo harás.»

—Tus palabras son todo un consuelo— suspiró—. Tengo una idea pero no sé si funcione.

«Te escucho.»

Lo que más le molestaba a Klaus de la conversación era que las palabras de Lena carecían de emoción, no podía distinguir el tono que empleaba al escribirlas.

—¿Recuerdas los hombres que me golpearon la primera vez?

«Algo así.»

—Bueno, aparentemente son de la banda de Vik, aunque no estoy del todo seguro. Mi idea es averiguar donde se reúnen— explicó—. Ellos parecían tener la misma información que yo y puede que tengan planes similares. Si los convenzo de levantarnos contra los nobles, estoy seguro que tienen fuerzas suficientes.

«¿Y si no?»

—Es un riesgo que debo correr.

«¿Eso es todo lo que tienes?»

—Yo creo que es una buena idea. Por lo pronto ya te dije que hace dos semanas que vivo aquí encerrado. Dame espacio, por Loris.

«No hay tiempo. Ya se ha fijado la fecha de la boda, está próxima. Si tus planes incluyen impedirla deberías tener algo más sólido sobre lo que trabajar.»

Trono de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora