Capítulo 2

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10 de octubre de 2020

Un mes había pasado tan rápido, no pensé que el proceso para ser seleccionado y participar de aquel evento de lanzamiento de la empresa de Jungkook fuera tan agotador. Hemos practicado a diario, durante más de diez horas diarias, hemos dormido juntos, comido juntos, nos hemos peleado y reconciliado (en broma), nos hemos frustrado y hemos tomado energías de nuevo, pero todo ha valido la pena.

Me había propuesto ocupar todos mis sentimientos, pensamientos y esfuerzo en aquellos ensayos, en crear música, ocupar mi cerebro en algo más para no morir de dolor. Gof ha sido alguien tan importante porque me ha acompañado siempre dándome palabras de consuelo, motivándome, ayudándome a tomar valor y levantarme cuando he estado sumergido en el pozo profundo de la depresión, su mano amiga me ha confortado todos y cada uno de los días.

Los chicos también han sido un soporte muy importante, empujándome a dar lo mejor de mí en todo momento, brindándome su sincera amistad y su comprensión en aquellos momentos de locura y crisis, me siento afortunado porque cuando pensé que más solo estaba, me di cuenta que tenía personas a mi alrededor para quienes yo era valioso e importante y eso me dio valor para seguir.

Pero un mes ha pasado tan rápido y mi alma aún padece las consecuencias de su abandono, aún mi interior sangra de dolor, porque sigo amándolo con locura. Le he visto tantas veces a su lado, lo he visto tomarla de la mano sintiéndose orgulloso de la mujer con quien comparte su vida, sonriéndole y acariciándola tiernamente. He querido apartar mis ojos, pero son tan traicioneros que lo buscan sin siquiera pensarlo. Todo esto solo ha aumentado el dolor, la tristeza de saber que el amor que en algún momento sintió por mí, se esfumó para siempre.

Faltaban dos días para la siguiente clasificación, éramos solo 10 grupos que quedábamos en la selección, después de la evaluación solo quedarían los mejores tres para luego aspirar a ser los primeros y con ello ser los escogidos para estar en aquel proyecto tan grande y tan bueno para nuestro trabajo. No puedo negar que mi corazón está agotado tratando de fingir fortaleza, pero también estoy luchando por algo que creo que merecemos, me he convencido de las palabras que me dijo Gof, no voy a concederle dañar mi futuro, este maldito amor no me hará dañar mi vida más de lo que ya lo hizo, no más.

- Taehyungie qué haces, ven a medirte el vestuario para la presentación, debemos estar impecables, apúrate – Yoongi sabía de lo que pasaba en mi interior y cada vez que me veía solo y perdido en mis pensamientos, se apresuraba a decirme o a hacer algo que cortara con mi tristeza.

- Ahorita voy hyung

- Vamos!!! – se acercó a mí, me tomó de la mano y a jalones me llevó donde estaban todos los chicos midiéndose sus prendas. Cuando los vi quedé asombrado, se veían espectaculares. Me motivé y busqué mi ropa para probármela, quería que nos tomáramos una fotografía juntos, quería que Gof la viera y me dijera qué le parecía, se había vuelto alguien tan confiable, sabía que sería sincero en su percepción y de alguna manera quería que viera que lo estábamos logrando.

Me cambié y me vi en el espejo, la tristeza embargó mi corazón de nuevo, me veía vacío, cansado, me sentía feo, tonto, mi aspecto me disgustaba y eso hacía que mi confianza bajara muchísimo. De pronto dejé de querer enviar aquella foto, sentía que los chicos se veían espectaculares y yo, simplemente arruinaba todo. Yoongi se dio cuenta y se acercó a mi para darme un abrazo.

- Te ves tan genial que no tengo palabras Tae, eres hermoso y eso nadie lo puede poner en duda. No sé que estarás pensando, pero a mis ojos, creo que eres como un ángel – una lágrima cayó sobre mis mejillas, él la limpió y me dio otro abrazo, era evidente que mi alma estaba rota, que me estaba esforzando en superar mi dolor y le agradecí tanto aquel cariño porque de alguna manera me consolaba.

- Gracias Min ¿Nos tomamos una foto? – me repetí otra vez "Jungkook no se merece que pierdas el valor", así que decidí hacernos aquella foto.

- Si!!!! Qué buena idea Taehyungie... ¡Chicos, Tae dice que nos tomemos una foto!!!!!! – todos se comenzaron a acomodar y luego llegué yo a colocarme para aquella foto, sonreímos y la tomaron, aquello quedaría en nuestros recuerdos para siempre. Yoongi la mandó al grupo de chat que teníamos en común y pude observar cómo había quedado. Todos se veían felices y aunque lo intenté, mi rostro mostraba la amargura que me embargaba.

Tenía que salir de aquel hoyo en el que me encontraba, lo sabía, estaba consciente de ello, pero era tan difícil, porque con cada cosa mi corazón parecía romperse, estaba luchando a diario por no darme por vencido, porque en la realidad solo quería acostarme y llorar hasta que el sufrimiento se detuviera. Sabía que la vida no funcionaba de esa manera y por eso lo intentaba, pero mi rostro simplemente era el espejo de mi alma.

A pesar de eso, decidí mandarle la foto a Gof, sé que le hará feliz saber que lo estoy intentando, que me estoy esforzando por continuar y verlo feliz es algo que le da paz a mi corazón. Esperé unos cuantos minutos y pronto recibí su mensaje.

- Wow!!!! ¡Se ven geniales!!!! Estoy seguro que van a ganarle a todos... te ves hermoso Taehyungie y me alegra saber que sigues adelante. Te quiero mucho, me has hecho falta, espero volver antes de tu presentación, no me la perdería por nada del mundo.

- Gracias Gofie, sabía que te causaría alegría. Tu ya sabes cómo me siento, pero estoy tratando de obligar a mi cabeza y mi corazón a pensar en otra cosa, que se enfoquen en algo más. Ya quiero que vuelvas, tengo muchas cosas que contarte, que todo te salga bien en Japón, estoy seguro que vendrás con un enorme trofeo. Cuídate, tengo que irme a ensayar.

- Adiós mi Taehyungie, nos vemos en dos días. Ahora me esforzaré aún más en ganarme ese trofeo, será un regalo de mi parte para ti. Adiós!

Una sonrisa se dibujó en mi rostro al leer aquellas palabras que me llenaban de paz y seguridad. Decidí llevarlo a comer para celebrar su victoria al volver, para celebrarle todo el esfuerzo que ponía en lo que hacía. Era un bailarín excelente y se merecía todo lo mejor del mundo. Dejé el celular y decidimos practicar con el vestuario puesto, estábamos solo a dos días y todo debía salir perfecto.

Diario de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora