Capítulo 34

68 6 1
                                    

26 de junio de 2021

Era sábado por la tarde, esa semana habíamos estado muy ocupados porque todo se adelantó una semana, debido a otras actividades de la empresa, esos últimos días habíamos estado casi todo el día trabajando: grabando pautas, en sesión de fotos, algunas entrevistas, entre otras cosas menores pero que roban tiempo. Decidimos trabajar ese sábado par dar por cerrado todo, en la mañana se tomaron las últimas fotografías y a partir de ese momento estábamos libres, lo único que teníamos que hacer era dar por terminado el contrato e ir a recibir la totalidad del pago, lo cual sería al finalizar la semana próxima porque esa semana el CEO de la empresa, es decir Jungkook, estaría de luna de miel lejos de la oficina. Ese día era la boda.

Después de haberme entregado a Gof, algo en mí cambió, me di cuenta que Jungkook era parte de mi pasado, que no había más nada por sentir, que su frialdad, indiferencia, sus palabras crueles, su abandono, su engaño y todo aquel dolor, habían terminando aniquilando todo el amor que tenía por él. No puedo decir que de la noche a la mañana lo olvidé porque no es cierto, me costó mucho y tampoco puedo decir que no me siento traicionado aun, pero he entendido que él decidió qué camino seguir y a quien quiere a su lado para continuar caminándolo y yo, yo también he decidido darle mi corazón a otra persona.

Tampoco puedo decir que lo que siento por Gof es como lo que sentí en su momento por Jungkook, porque todo es un proceso, pero es el camino que también quiero transitar, a su lado, de su mano, porque lo quiero y puedo decir que me siento cautivado y que lo quiero como algo más que amigo. Me estoy enamorando y no deseo contenerme, quiero disfrutar de su presencia, de su dulzura y quiero entregarle mi corazón sin restricciones, ahora me siento más libre y más seguro de lo que quiero: Quiero a Gof, no por despecho, no como un consuelo, lo quiero con la sinceridad de mi alma y deseo amarlo sin límites, con un corazón y un alma en paz, libre de amargura, siendo una mejor versión de mí, para él.

Llegué a casa demasiado cansado, con ganas de dormir toda la tarde y no despertar hasta el día siguiente, creo que mis ojeras han crecido bastante esta semana, pero por fin terminamos el proyecto y estoy tan feliz con los resultados. Gof llegará hasta dentro de dos días ya que anda por Busan en una presentación, le dije que lo esperaré en casa para pasar nuestro tiempo juntos.

Me di un baño con agua caliente y me cambié para irme a descansar, cuando la puerta sonó tuve toda la intención de ignorarla, como siempre, pero nuevamente parecía que la persona tenía demasiada insistencia en que le abriera, fui y miré por la mirilla de la puerta, suspiré al ver quién era... Jimin.

- ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar listo para la boda de tu mejor amigo? – pasó sin que le diera permiso para entrar, suspiré de nuevo y cerré la puerta para entrar y saber qué es lo que quería.

- ¿Qué te pasa Taehyung?!!!!!!!

- ¿Y ahora qué hice??

- Hoy se casa Jungkook!!!!

- ¡Ya lo sé, ha sido de lo único que se habla en la empresa en los últimos días! Créeme que todos sabemos que se casa hoy...

- ¿Y no piensas hacer nada?

- ¿Quién? ¿Yo? ¿Por qué debería?

- No puedo creer lo que estás diciendo, es decir, Jungkook se casa hoy ¡y tú estás como si nada!!!

- Mira Jimin, en primera no entiendo por qué vienes a decirme todo esto y en segundo ¿por qué debería hacer algo? Es decir, él quiere casarse con ella, si se va a casar es porque la ama, él ha decidido hacer esto, no entiendo por qué me reclamas.

- Eres un tonto, ve a la boda, ¡impídela!!!!! – no pude evitar reírme, no entendía realmente sus palabras y mucho menos su molestia ante mi actitud.

- ¿Estás loco???? ¿Por qué no la impides tu si tanto quieres?

- Es que no entiendes, no entiendes – comenzó a caminar con desesperación, dando vueltas por toda la sala – Taehyung, por favor, haz algo, impide esa boda, por favor, por favor, sé por qué te lo digo, yo sé por qué, simplemente ve y di que no puede casarse, por favor

- ¿Por qué Jimin? ¿Por qué debo hacerlo?

- ¡Simplemente hazlo maldita sea! ¡Ven, cámbiate y ve! – me tomó de la mano hasta el cuarto y comenzó a buscar ropa en mi armario

- ¡Déjame!!! ¿Qué haces? No iré a ningún lado Jimin, no interrumpiré ninguna boda, no le haré daño a una chica ilusionada de casarse con el hombre que ama y no le arruinaré el día a Jungkook. Si él está dando este paso es porque quiere hacerlo y si no, entonces es un cobarde. Si es él quien no quiere seguir con el matrimonio entonces es él mismo quien debe terminar eso, yo no tengo ningún motivo para ir y hacerlo por él.

- Pero es Jungkook, tu amado Jungkook, el hombre que amas... no puedes quedarte aquí con los brazos cruzados.

- No Jimin, no, él no es mi Jungkook, él dejó de serlo el día que se fue con ella, dejó de ser mío el día que dijo que yo era su peor error y se fue de esta casa abandonándome a pesar del amor profundo que sentía por él, él no es mío. Y no, ya no es el hombre que amo, el Jungkook que yo amaba murió, murió hace 10 meses cuando no le importó matarme a mí y ese nuevo Jungkook se encargó de matar todo el amor que tenía por él. No, él y yo no somos nada, somos dos extraños que alguna vez se conocieron, pero que en el camino uno de ellos se encargó de acabar con el amor del otro, de acabar con las ilusiones del otro... lo siento, Jeon Jungkook es el jefe de la empresa donde trabajaba y no hay más, puede hacer su vida, porque yo estoy haciendo la mía con alguien más y no me interesa lo que decida hacer él.

Jimin rompió en llanto, cayó sentado al suelo con sus manos sobre su rostro, sus lágrimas se colaban por entre sus dedos y sus sollozos se volvieron más fuertes y angustiosos cada vez. No sabía qué pensar o qué decir, no entendía esa manera de suplicarme que fuera y detuviera a Jungkook, no, no había una explicación en mi cabeza para ello. Fui por un vaso con agua y luego me senté a su lado en el suelo, lo abracé con una mano y con la otra le di para que bebiera, él solamente comenzó a murmurar – debes ir... debes ir Taehyung, no puedes haber dejado de amarlo, no puedes, no puedes estar con nadie más, no Taehyung, no – guardé silencio y no pregunté nada más, simplemente lo consolé, como cuando un niño quiere algo que es imposible de cumplir.

Después de una hora Jimin se fue de mi apartamento ¿estaba molesto? ¿decepcionado? ¿atormentado? No lo sé y no quiero saberlo, no necesito más dolor en mi alma, no cuando he encontrado la paz.

La hora de la boda era a las 7:00 de la noche, desde que se fue Jimin no pude conciliar el sueño, no porque quisiera interrumpir aquella ceremonia, sino porque me causaba incertidumbre la actitud de aquel chico, la forma tan desesperada que suplicaba porque terminara con aquella boda, por sus lágrimas agónicas y desesperadas. Cuando el reloj dio las 8:00 de la noche supe que Jungkook ya era esposo de aquella hermosa chica y que tendría todo aquello que yo nunca podría darle, cerré los ojos y en medio de una oración, pedí por su felicidad y su paz, con ello pude al fin quedarme dormido.

Diario de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora