Nuevo comienzo

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Cambió de canal varias veces. El tema iba disminuyendo en cada canal de noticias, pero todavía había algunos que lo ponían como titular de mediodía. Habían pasado dos meses, era bastante tiempo y había mucha prensa barata ocupándose de nuevos escándalos a cada día que pasaba.

Dejó un canal y escuchó lo que la pecadora rubia de traje rojo decía con una sonrisa torcida ante la cámara delantera del noticiero.

—Aún se sigue averiguando la identidad del imp que atentó contra la vida de dos pecados capitales en el juicio de los reyes Asmodeus y Mammon —sonrió de forma forzada con sus ojos de insecto brillando intensamente—. Un juicio que ha marcado un precedente histórico en el infierno a causa de la ineptitud y torpeza en la redacción de contratos entre demonios reales.

Su compañero, un pecador con una mascarilla nuclear anti radiación, acomodó sus papeles contra la mesada y también se dirigió a la cámara.

—¿Piensan que habrá un antes y después luego del caso de Fizzarolli, quien logró su libertad al solo descifrar el contrato trampa del rey Mammon, señor de la Codicia? —cuestionó ante los televidentes con un exagerado tono interesado.

Blitz apagó la televisión y se quedó sobre el sofá de la sala de Stolas, desparramado y pensando en lo cretinos que eran los de la realeza.

—No habrá cambios porque todos son unos inútiles —dijo en voz alta con aburrimiento—. Tan inútiles que todavía no saben que fui yo el que casi los mata.

Las cámaras de celular ni siquiera grabaron a Blitz en ningún momento, todos se enfocaron en la pelea de pecados. Y los de la realeza en cuestión nunca le prestaron la suficiente atención al imp para reconocerlo, ellos pensaban que todos eran iguales. Como era de esperarse, solo prestaron atención exclusivamente a la batalla entre Satán y Mammon, quienes tuvieron las máximas consecuencias en ese tribunal.

Lucifer se las agarró con ellos al enterarse con lujo de detalles de la situación que había sido la sensación viral del momento. No todos los días los pecados capitales se mataban entre si en un tribunal.

Stolas llegó a su lado y tomó asiento en el sofá con su bata habitual de color morado. Le entregó una taza de café a Blitz entre las manos, era su hora de desayunar juntos de forma rápida antes de que el imp acudiera a su trabajo.

—¿Cómo estás? —Blitz se acurrucó al lado de su pareja y no tardó en enredar su cola alrededor de su cintura. Sujetó su taza y apoyó su mejilla sobre el brazo del búho, quien bebió un sorbo de su propio café y se mantuvo apegado a él.

—Mejor gracias a ti —Stolas le sonrió y llevó su mano libre hacia los cuernos de Blitz para acariciarlo. Él pudo sanarse al pasar el tiempo, su recuperación era muy buena y tuvo la asistencia primordial y necesaria luego de su batalla, al igual que Asmodeus—. Sabes que me asustaste mucho, ¿cierto?

Apretó la punta de uno de los cuernos de Blitz y lo hizo estremecerse. El imp alzó la mirada con molestia, pero luego se suavizó. Todo fue tan arriesgado y caótico y hubo tanta falta de comunicación por todas partes... el miedo del momento se sentía como si la gran pelea entre pecados hubiera sucedido solo hacía un par de días atrás.

—Las cosas no resultaron como pensábamos. Pero, de cierta forma, la gente habla bien de ti luego de esto —Blitz remarcó la nueva posición de Stolas frente a la realeza.

Cuando todos vieron el fiasco que era el contrato de Mammon y como el pecado pudo ser destruido por Stolas el último día del juicio, incluso Lucifer reconoció que hizo un gran trabajo. Y ese reconocimiento elevó su status, al menos en la cuestión judicial y en su credibilidad como un miembro activo de los Goetia.

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