Capítulo 19 | Mimos.

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¡Buenas! ¿cómo están? Aquí les traigo su nuevo capítulo luego de una semana de ausencia ✨

Es un cap bastante tranquilo, y aunque es largo seguro lo sentirán rápido ya que realmente no pasa gran cosa. Disfruten 💜

🌷

El sol entraba por los grandes ventanales de la casa, donde solo estaba una pareja que moría de calor. Miguel e Irix habían decidido tomarse el día para descansar luego de tanta pelea.

Sus heridas ya habían sanado, y por suerte no habían dejado cicatrices. Solo quedarían lo sustos y rabias en sus memorias algo, bastante, rencorosas. Aun así, cumplieron su deber y siguieron la moral de la mayoría de los Spiders.

Irix estaba recostada boca abajo en el sofá, usando solo sus bragas y una camiseta que le quedaba enorme; debido que no era de ella, sino de Miguel. Era una mujer que poco sudaba, pero de alguna manera ese día estaba sudando hasta en lugares incomodos.

Miguel estaba recostado en el suelo, boca arriba y su antebrazo tapaba sus ojos, el solo usaba unos bermudas y trataba de consolar su cuerpo caliente y sudoroso con el frio del suelo.

¿Y el aire acondicionado? Todos estaban encendidos, pero se sentía más vapor que frio.

- Estoy a nada de tener un yeyu. – Murmuró la mujer, con la cara clavada en el sofá.

- ¿Un qué? – Miguel se quitó el brazo de la cara para mirarla. – Hablamos el mismo idioma pero a veces no te entiendo nada.

- ¡Que me voy a morir del calor! ¡Nojoda!

Pataleó un poco antes de ponerse boca arriba, entrando en desespero gracia al calor que estaba haciendo. Odiaba el calor, la hacía sentir sudada, pegajosa, sucia y fea. Miguel soltó una risita por el pequeño berrinche de su novia.

Él se levantó del suelo, estirando un poco perezoso sus músculos.

- Ven, vamos a salir antes de que me quede viudo.

El levantó a su mujer sin mucho esfuerzo, cargándola como si fuera un saco de papas. Ella se dejó levantar por él, emitiendo solo un sonido perezoso mientras relajaba todo el cuerpo, quedando literalmente guindado de él.

Miguel aprovechó su relajación para darle una rápida pero sonora nalgada en su glúteo derecho, haciendo que Irix diera un pequeño salto mientras soltaba un grito bastante grave a comparación de su voz femenina diaria.

- ¡Coño, Miguel!

- No me voy a disculpar. Lo hice con toda la intención.

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La pareja decidió salir a un centro comercial cercano, con un aire acondicionado tan potente que logro refrescar los cuerpos de ambos a los cinco minutos que entraron al local. Sintieron que se relajaron al instante, ambos compartían el odio hacia el calor.

Irix había metido a Miguel a una tienda de maquillaje, ya que quería probar las marcas que ofrecía el universo 928. Le dio gracia que habían muchas versiones alternas a marcas de su dimensión, parecían como si fueran plagio.

La morena caminaba por los pasillos de la gran tienda, metiendo productos en la cesta que colgaba de su antebrazo. Miguel solo iba detrás de ella, detallando todo lo que tomaba, tocaba o veía con más atención que el resto de productos.

Ella tomó un labial, de color vino algo oscuro. Las tonalidades oscuras eran sus favoritas, odiaba colocarse rojos o rosas porque pensaba que no le favorecía.

ONLY ONE | MIGUEL O'HARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora