ONLY ONE | MIGUEL O'HARA

Capítulo 25 | Se mi único.

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Capítulo Final.

La oficina de Miguel era un completo desastre, papeles esparcidos por doquier, paquetes de entregas de comida y todos los monitores encendidos.

Ya habían pasado algunas semanas desde que Miguel regresó a su puesto en La Sociedad Arácnida, y aunque si se concentró en su trabajo habitual, había otro asunto del que debía encargarse.

Al principio lo hizo solo, pero sus amigos más cercanos decidieron ayudarlo en su objetivo de recuperar a su novia. Le importaba una mierda lo que dijera la tecnología que el mismo ayudo en desarrollar, lo que dijera el modelo o lo que dijera el mundo entero.

Él sabía que estaba viva y que en algún lado del multiverso lo estaba esperando.

Gabriel, Gwen, Jess, Peter, Miles y Miguel estaban reunidos, cada quien en un rincón distinto de la oficina y leyendo un montón de papeles, comiendo comida china o investigando en sus celulares.

Buscaron en cada libro, articulo, servilleta o cualquier cosa que tuviera escrito sobre investigaciones del multiverso, consecuencias de jugarse con este y demás. Cualquier cosa servía.

Sentían que jamás habían estudiado más en su vida que con esto, pero todo era por una buena causa.

Gabriel con un gruñido soltó el montón de papeles que sostenía y se frotó el rostro, estaba cansado y frustrado por no encontrar algo interesante o que pudiera anotar en su pequeña libreta donde anotaba todo lo que parecía importante.

- Joder...¿y si le preguntamos a los vengadores?

Miguel miró enseguida a su hermano, frunciendo ligeramente el ceño mientras se subía a la cabeza los lentes formulados que ayudaban al cansancio en sus ojos.

- Ellos han tenido más contacto con todo estas cosas multiversales, han peleado con más gente que podría saber algo y tienen muchos aliados. – Explicó. – Además, así te cobras todos los dolores de cabeza que te han causado.

Miguel chasqueó la lengua, colocando los papeles a un lado.

- No, ni de chiste. – Se pellizcó el puente de la nariz. – No quiero deberles un favor.

- A mí me han dicho que son buena onda, tienen un spidey también. – Miles opinó, pero se cohibió cuando todas las miradas se posaron en él. – Solo digo...

- Su Spider-Man no debe saber aún que todo esto existe. – Suspiró, estirando un poco sus músculos cansados por las malas posiciones. – Podemos solos...nosotros podemos.

Lo último lo dijo muy bajo, porque era dirigido para el mismo. Habían pasado muchas semanas de investigaciones que cuando pensaban que tenían una respuesta otro problema aparecía y les arruinaba todo.

No podía darse por vencido, eso sería el fin definitivo de todo.

Los presentes notaron su cansancio, haciendo que sus miradas se tornaran triste al ver todo el esfuerzo que parecía en vano.

Miguel entre murmullos se alejó de ellos, necesitaba algo de aire para despejar la mente y pensar claramente. Con todos los pensamientos y emociones revueltos serian incapaz de pensar en planes y soluciones.

Llegó finalmente al balcón, donde miró cabizbajo el panorama desde las alturas. La cabeza le retumbaba pero no decía nada, si el expresaba lo mal que se sentía todos los ánimos bajarían.

¿Realmente debía buscar ayuda externa? No le convencía que desconocidos supieran sobre su tecnología y descubrimientos pero se estaba quedando sin opciones.