𝘾𝙖𝙩 𝙡𝙤𝙫𝙚

Cuando el corazón decide por si mismo

Al sentir sus labios sobre los míos una ola de sentimientos se desbordó en mi, todo fue tan repentino que no lo esperaba...al menos por ahora, sin embargo estábamos ahí, a solas, en la biblioteca de la escuela, experimentando un beso ¡Mi primer beso carajo!.
En un instante el pelirrojo se apartó y se quedó observando mi reacción; me había ruborizado tanto que mis mejillas ardían y de la vergüenza tape mi rostro con ambas manos.
-Esto...yo...que verguenza-baje la mirada.
-¿Qué pasa? ¿No te gustó?-de inmediato volví a clavarle la mirada.
-¡YOUNGJO!-grité mientras aún tenía las manos sobre mi rostro-¿¿Cómo puedes decir algo así?! ¡No estuvo bien!-
-Relajate, no te vas a morir por un beso, o acaso ¿Eres homofóbico?-bajé mis manos y me crucé de brazos.
-¡Claro que no! se muy bien que cada quien tiene gustos diferentes y los respeto-repliqué mientras ladeaba los ojos-Solo que...nunca había besado a alguien, ¡¿Por qué lo hiciste?!-reproché.
-No lo sé, fue por impulso, no te lo tomes tan enserio-retrocedio un poco y se recostó levemente en el asiento-Creo que es porque ando muy hormonal, después de todo a esta edad es normal tener ese tipo de deseos ¿No es así chibi?-juraria verlo relamerse los labios al decir eso.
-¡Que pervertido eres Youngjo!-exclamé molesto.
-¿Pervertido yo? Pero si el pervertido es otro, ¿Crees que no me di cuenta de cómo tocabas y saboreabas mis labios?-no puede ser...¡YOUNGJO SE DIO CUENTA! ¡PEGUENME UN TIRO! estaba congelado ante tal confesión de su parte, el muy bastardo estaba despierto y se dio cuenta de todo ¡¡AHHHHH!! y yo de idiota caí en su trampa. No dije nada y solo trataba de ignorar todas las cosas que pasaban por mi mente en ese momento, hasta que finalmente ordené mis pensamientos.
-Escucha bien, lo que pasó hoy...solo olvidemoslo ¿Ok? Fue algo que no debió pasar, hagamos como que nunca pasó y continuemos con nuestra vida-el pelirrojo se quedó en silencio-¿Esta bien?-
-Como quieras, no es como que me importara así que pues...haz lo que quieras-se cruzó de brazos.
-Bien, ¿Nos vamos? Ya oscureció y no tardan en cerrar la escuela-el pelirrojo asintió y ambos recogimos nuestras pertenencias y salimos del lugar.

Al llegar al portón no vimos a ningún estudiante, ya era tarde así que evidentemente todos ya estaban en casa; así que me detuve para hablar con él.
-Bueno, me despido por hoy...¿Hasta mañana?-el chico se detuvo también y se volteó hacia mí dirección.
-¿Supongo? ¿Te sorprendi tanto como para querer renunciar?-cuestionó mientras dejaba escapar una sonrisa pícara.
-¡Por supuesto que no imbecil!, solo que...ya es tarde, deberías volver a casa tú también-
-No tengo prisa por volver a casa, tú sí deberías irte-no se pero estoy casi seguro que su expresión cambió, como si se hubiese deprimido pero lo disimuló bastante bien.
-Tú...olvídalo, ¿Te irás caminando?-cambié de tema.
-No, tengo mi propio transporte-
-¿Enserio? ¿Qué es si se puede saber?-me dio curiosidad, no pude evitar preguntar.
-No puedes-maldito pelirrojo-Pero si insistes te lo dire-metió las manos en sus bolsillos-Es una motocicleta-
-¡¿Enserio?! ¡¿Conduces una motocicleta?!-me acerque rápidamente hacia él-¿Y dónde está?-trate de encontrarla con la mirada pero no había nada.
-Esta prohibido venir en moto a la escuela ¿No lo recuerdas Chibi?-
-¡Deja de llamarme Chibi! y si, ¡Ya se que no se puede! Solo lo olvidé, pero en fin ¿Dónde está?-
-Ven conmigo, está cerca en un lugar seguro-el pelirrojo empezó a caminar y yo le seguí, en el transcurso del camino hablamos sobre cuando la compró y lo fácil que le fue aprender a conducirla, incluso le puso un nombre "Flame" no se muy bien porque lo hizo pero dijo que era especial para él.

Finalmente llegamos al lugar, no era muy lejos de la escuela, estaba a unas 2 cuadras. Youngjo tocó la puerta y alguien del otro lado contestó.
-Contraseña-
-Mi puño en tu cara-
-¡Que grosero eres! ¡Anda pasa!-el chico abrió la puerta y ambos entramos, parecía ser una especie de taller mecánico ya que habían muchas herramientas y grasa regada por el lugar.
-¡Oye Youngjo!-se acercó a él lentamente y le susurró-¿Por qué no me dijiste que vendrías con alguien? Pudiste avisarme y así me preparaba, ¡Mira cómo estoy!-el chico parecia un poco mayor que nosotros, era alto y tenía mucha musculatura, como si fuera al gimnasio-¡Mucho gusto!, soy Chang Bin...lamento que me veas así, estaba trabajando y este tarado vino sin avisar-hizo una pequeña reverencia.
-Oh, no se preocupe, no hay inconveniente...además el que debería de disculparse soy yo por venir a su local sin aviso-el chico me observó aún avergonzado y sonrio cálidamente.
-No te preocupes, bienvenido y espero que no te moleste el estado en que se encuentra el taller, no he tenido tiempo para limpiar pero si gustas tengo algo de refrescos en el refri ¿Quieres algo?-¡Que tipo tan agradable! No pude evitar sentir ternura por él así que asentí y de inmediato me sirvió una limonada enlatada, Youngjo por otro lado tomó una bebida energética y se sentó junto a mi.
-¿Como está? ¿Pudiste arreglarla?-preguntó el pelirrojo hacia el peli negro.
-Claro, aunque tuve que comprar la pieza así que te saldra más costoso-declaró mientras limpiaba sus manos cubiertas de grasa con un trapo-Ahora dime, ¿Quién es él?-clavó su mirada en mi.
-Oh pues, es un conocido de la escuela, se llama Chibi-este tipo era un completo hijo de...
-¿Chibi?-se rió a carcajadas-Ya enserio, ¿Cómo te llamas?-
-Soy Hwanwoong, un gusto y por favor no le haga caso, a él le gusta fastidiarme con ese estupido apodo-el chico dirigió su mirada hacia Youngjo quien no paraba de reírse.
-Ya veo, mucho gusto ¡Wongie!-
-¿Wongie?-pregunté algo confundido.
-Oh, pensé que si tendrías un apodo ese estaria mejor ¿No crees?-
-Oh...pues no esta mal, es mejor que Chibi, me gusta-reimos un poco y luego Youngjo me mostró su motocicleta; era de color rojo y tenía algunos detalles de llamas de fuego y rosas, se veía muy hermosa, el pelirrojo tiene buenos gustos la verdad.
-¡Es muy hermosa!-analicé detenidamente cada detalle que tenía, hasta el casco era genial-Tienes buen gusto Youngjo-el pelirrojo me guiño un ojo y se dispuso a sacarla del local.